Conmoción en Brasil tras la repentina muerte en Pará de Édson, portero de 38 años, durante un torneo amateur de fútbol sala. El guardameta logró detener un penalti y, según muestran las imágenes compartidas en redes sociales, caminó hacia adelante para celebrarlo con un compañero, pero se desplomó.
El suceso ocurrió pocos segundos después de la acción. Compañeros solicitaron de inmediato la asistencia médica, que intervino con rapidez. El jugador fue trasladado al hospital de la ciudad, donde finalmente falleció. La prensa brasileña apunta que, por el momento, la causa de la muerte aún se desconoce.
Un caso similar en España
En España, un episodio de características similares marcó el desenlace de un partido amistoso disputado en Montija (Burgos). Daniel Gomes Vila, de 33 años y portero del Montija CF, murió este pasado domingo poco después de sufrir una parada cardiorespiratoria mientras disputaba un amistoso contra el Zuazo CF, un equipo de Baracaldo.
El guardameta se derrumbó en los últimos minutos del encuentro, justo después de recibir un gol y poner el balón en juego desde el centro del campo. Compañeros y rivales acudieron con rapidez a socorrerlo en espera de los servicios de emergencia.
Daniel Gomes fue atendido en el césped hasta la llegada de una UVI móvil. Los sanitarios lo trasladaron al Hospital de Cruces, aunque el jugador falleció en el trayecto. Según confirmaron fuentes médicas, la autopsia determinó que la causa de la muerte fue un infarto.
Ambos casos, ocurridos en menos de una semana y en escenarios distintos, han generado un fuerte impacto tanto en Brasil como en España, al tiempo que pone el foco sobre los protocolos de atención médica y la prevención de riesgos cardíacos en el fútbol amateur, donde, por desgracia, se dan este tipo de muertes con demasiada frecuencia.





