Manuel Esteban Fernández, más conocido como Manolete, falleció este miércoles en Madrid a los 68 años, la ciudad donde nació y vivió su pasión por el Atlético de Madrid y el periodismo deportivo. Figura emblemática de medios como As y la Cadena SER, su muerte deja un hueco irreemplazable en la profesión.
Periodista de raza, Manolete se curtió en la agencia EFE, donde desarrolló un talento innato para la “información de despachos” y el mercado de fichajes en verano. Su olfato y persistencia con el teléfono le convirtieron en una referencia del gremio. Tras un paso de ocho años por Marca, se sumó en 1996 al As, donde permaneció hasta su jubilación en 2020, ya con la salud resentida.
Una vida unida al Atlético y al micrófono
Dentro de AS fue durante años pilar de la sección de Fútbol y, más tarde, redactor jefe de la información del Atlético, el club de su vida. Su voz también fue habitual en Radio Popular, Onda Madrid, Radio España, Telemadrid, Punto Pelota, Don Balón y Sport, aunque fue en la Cadena SER donde alcanzó gran popularidad gracias a su estilo directo y su autenticidad.
Su amor por el Atleti fue visceral. El propio Enrique Cerezo, presidente del club, mantenía una relación de gran cercanía con él, que se hizo evidente en el homenaje que recibió en 2021 por parte de sus directores en AS, Alfredo Relaño y Vicente Jiménez. Cerezo le entregó entonces un escudo del Atlético de Madrid, símbolo de ese vínculo irrompible.
Libros, homenajes y una herencia periodística
Manolete también fue autor de varios libros, entre los que destacan ‘El gran partido’ (escrito junto a Tomás Roncero, su inseparable antagonista) y ‘Soy del Atlético ¡y qué!’. Obras que reflejan su pasión por el fútbol y su peculiar estilo narrativo, siempre cercano y sin filtros.
El apodo Manolete se lo puso José Ramón de la Morena, otro grande de la radio, cuando ya era ampliamente reconocido. Fue su padre, ferroviario, quien lo llevó por primera vez al Metropolitano. Aquel día nació su amor por el fútbol... y por el periodismo. “Un día me senté con una guía de teléfonos y escribí a todos los medios buscando prácticas. EFE me llamó”, contaba.
Durante casi cuatro décadas, Manolete fue una de las voces más reconocibles del periodismo deportivo español. Su herencia profesional, como él mismo decía, ha quedado repartida entre generaciones de periodistas que aprendieron de su intuición, su entrega y su forma de contar el fútbol desde la trinchera emocional del hincha.
Desde la redacción de As hasta los estudios de la Ser, pasando por tertulias, libros y transistores, Manolete deja un legado imborrable. Descanse en paz uno de los nuestros, como lo bautizaron muchos. El periodismo pierde a una voz única; el Atlético, a un fiel soldado.