Con apenas 15 años y una imponente estatura de 1,93 metros, Rafa Mateos se ha convertido en una de las grandes promesas del fútbol jerezano. El joven delantero acaba de fichar por la cantera del Córdoba, tras formarse en equipos como el Xerez DFC, Marianistas y Paquete. Con el balón en los pies y un futuro por escribir, su aspiración es clara: llegar algún día a las categorías superiores y dejar huella en el fútbol nacional.
Mateos no solo hereda el talento, sino también el camino que marcó su padre, Rafael Mateos Lozano, quien militó en clubes como el Xerez CD, Villarreal, Fuenlabrada, Atlético de Madrid B y Linense. Una trayectoria que combina la experiencia en el terreno de juego con una etapa en la vida política local. Hace dos años decidió dejar su cargo como concejal en el Ayuntamiento de Jerez, donde fue delegado de Deportes y Juventud, para asumir responsabilidades en la Diputación de Cádiz como asesor de la presidenta Almudena Martínez.
Un fichaje que emociona a toda una familia
El traspaso del joven a la cantera verdiblanca no solo ha generado expectación en el plano deportivo, también ha estado cargado de emoción familiar. Su padre confesó públicamente: “Día bonito y triste a la vez. El fútbol me separa de mi sombra, mi fiel apoyo, mi mejor amigo, mi confidente, mi pareja perfecta, pero el amor por ti no entiende de distancias. Cumple tu sueño y sigue luchando día a día con humildad y fe”. Unas palabras que reflejan tanto la alegría por el nuevo paso como la inevitable nostalgia de ver partir a su hijo.
La figura de Rafa Mateos está vinculada al fútbol jerezano por varias generaciones. Su abuelo fue presidente del Xerez CD entre febrero de 2012 y julio de 2013. La llegada del joven al Córdoba supone un nuevo capítulo en la familia Mateos. El reto ahora será consolidarse en un entorno competitivo donde la exigencia es máxima. A su corta edad, Rafa Mateos combina el entusiasmo de quien empieza con la serenidad que le otorga un físico privilegiado y una formación sólida en la cantera.


