Una barra y tu propio cuerpo, eso es todo lo que se necesita para realizar uno de los deportes más completos que existen en la actualidad: el poledance. Virginia Ojeda (El Puerto, 31 años) se mueve entre Jerez y su tierra natal con su escuela para enseñar que el pole es algo más que lo que se ve en las películas: es empoderamiento y superación. Un ejercicio físico que mezcla la fuerza y la flexibilidad para trabajar el cuerpo por completo. No es solo una rutina para bailar, es un deporte de alto rendimiento en toda regla.
Virginia empezó por su cuenta cuando no había escuelas en Cádiz: “Me compré una barra y empecé a bailar. Por entonces no era tan conocido, solo había escuelas en Barcelona y Madrid”. Cogió sus maletas y se mudó a Barcelona, fue aprendiendo y mejorando, trabajando en el mundo de la noche. “En ese momento era la única forma de vivir del pole”, cuenta.
Su sueño era poder vivir de su pasión, haciendo lo que más le gusta, y apostó por eso. Tras varios años en Cataluña, decidió formarse para ser instructora y volver a su tierra. “Al principio no me sentía muy segura ni preparada para dar clases, pero empecé a formarme para ello”. Lo consiguió: en 2018 montó su escuela en Cádiz.
Es un deporte peculiar, no muy conocido, pero que se ha vuelto de moda. Puede que Jennifer López tenga que ver en esto tras su espectáculo en una barra de poldance en la Super Bowl, pero es mucho más que lo que la artista latina muestra. “Viene mucha gente a probar, pero es un deporte complicado. Aun así, si eres constante y aprendes te vas a quedar mucho tiempo. Tengo alumnas que están conmigo desde que abrí la escuela”, narra Ojeda.
Es un deporte muy completo en el que se trabaja día a día. “Lo que más se trabaja es la fuerza. Tengan o no más flexibilidad vas a poder hacer pole porque no es una cualidad necesaria. La flexibilidad sirve para hacer figuras más bonitas”, narra. La fuerza la vas trabajando “cada día": "Cada clase se ven los avances y siempre aprendes cosas nuevas. Es un deporte muy bonito, muy dinámico. No te das cuenta de la cantidad deporte que haces porque te lo pasa muy bien, pero es de alto rendimiento”.
El poledance es para "todo tipos de cuerpos"
Como todo deporte, practicarlo te hace sentir mejor contigo misma. El pole tiene ese poder de empoderamiento, de superación. “Es un deporte que se puede utilizar de terapia”, cuenta Virginia. Ella misma ve esas evoluciones en sus clases: “Las niñas cuando empiezan se ponen las camisetas largas para no enseñar la barriga. Sin embargo, las siguientes semanas van poniéndose cada vez ropa más corta y empiezan a aceptarse como son. Ven a otras compañeras y se fijan en ellas. Allí hay gente con todo tipo de cuerpos”.
Es un deporte para todos, da igual si eres hombre o mujer. “Las figuras de los hombres son diferentes, tienen estilos más vastos. Le dan un toque más varonil, pero hacen cosas muy bonitas”, cuenta Ojeda. Asimismo, la edad no tiene importancia en su escuela: “Tengo alumnas desde los seis años. Se le hace una prueba para ver la conciencia que tienen los niños sobre su propio cuerpo y empezamos a trabajar”.
Tabúes por derribar
Todavía hay personas que tienen prejuicios respecto al poledance. Lo asocian al mundo de la noche y no consiguen ver más allá. Virginia reconoce que es una barrera con la que tiene que luchar en su trabajo: “Hay gente que viene a las clases y se cree que va a hacer un striptease. Tu vienes aquí a hacer ejercicio solamente. Haces tu calentamiento y realizas acondicionamiento físico con la barra. Cuando ya llevas un tiempo si que empieza a aprender algunos pasos para enlazar una figura con otra.”
“Lo que hacemos son acrobacias. Hay gente que cree que va a venir a menear el culo y ponerte sexy. Cuando vienen por primera vez y lo prueba se quedan sorprendidas por lo que realmente es el pole dance” afirma. Anima a todos a que lo prueben: “Es un deporte en el que nunca dejas de aprender. Yo llevo diez años y cada vez aprendo algo nuevo. Tiene muchas facetas, puedes bailar o hacer acrobacias. Es uno de los deportes más completos que existen, trabajas todo el cuerpo.