Ahora mismo no hay nada que pueda reparar lo que está viviendo a diario la población palestina. Cada día, muchos habitantes de la Franja de Gaza tienen que huir de los ataques israelíes y, en algunos casos, eso no es suficiente porque el hambre ya es una epidemia en el territorio. Sin embargo, este martes estuvo a punto de surgir un pequeño halo de luz. Nada es consuelo, pero el fútbol en ocasiones es una pequeña alegría. Eso sí, en Jordania, donde Palestina juega como local.
La selección de Palestina jugaba para la historia contra Omán. Una victoria la hubiera clasificado para los Play Offs del Mundial que se disputará en 2026 en Estados Unidos, Canadá y México. Y durante gran parte del encuentro se estaba dando el mejor de los escenarios previstos. Un gol en un saque de esquina durante la primera parte puso a la selección palestina por delante y clasificándola como uno de los seis combinados asiáticos que pasarían de ronda. Todo se aclaró mucho más cuando Omán se quedó con uno menos.
Pero la crueldad del fútbol hizo su aparición en el descuento. En un centro que iba a ninguna parte, un jugador visitante cayó en el área y el árbitro no dudó en pitar penalti. Era el minuto 95 de partido. El colegiado había añadido 5 minutos, no iba a haber tiempo para más. La pena máxima fue revisada por el VAR sin consecuencias pese a que en algunas tomas se observa al delantero tropezándose consigo mismo. Omán transformó el penalti y el sueño palestino se esfumó.
La situación en Gaza
Mientras en el fútbol estaba en juego un Mundial, en Gaza seguía en juego la vida. Un ataque israelí a las oficinas de Médicos del Mundo en Gaza dejó ocho muertos mientras que al menos 36 personas perdieron la vida y otras 208 resultaron heridas por disparos del ejército israelí en un reparto de comida en el centro de la Franja.