El traje de gitana, origen y evolución: del campo y las ferias de ganado, a objeto de colección

Descubre la fascinante historia del traje de gitana, desde sus humildes orígenes hasta su estatus actual como icono de la moda española

Una mujer vestida con el típico traje de gitana montando a la grupa en la Feria del Caballo en Jerez.
Una mujer vestida con el típico traje de gitana montando a la grupa en la Feria del Caballo en Jerez. ESTEBAN
06 de mayo de 2025 a las 18:37h

El traje de gitana se ha convertido con el paso del tiempo en el vestido regional más famoso del mundo, pero en sus orígenes era bastante distinto del objeto de colección en el que se ha convertido en la actualidad y que, principalmente, tiene su eclosión cuando llega la Feria de Abril en Sevilla o la Romería del Rocío en el onubense pueblo de Almonte.

Para poder ubicarnos en la génesis de esta prenda indispensable del vestuario femenino de las ferias y romerías andaluzas y — por extensión— españolas, debemos trasladarnos hasta finales del siglo XVII y, más concretamente, al vestuario que usaban las mujeres gitanas de la época, para realizar las labores del campo o acudir con sus familias a las distintas ferias de ganado que se celebraban durante el año.

No son pocas las referencias que podemos encontrar que hacen alusión a este hecho y que sitúan a la bata de faena con volantes de las campesinas como punto de origen de una prenda, que ahora se quiere declarar patrimonio inmaterial de la humanidad, pero bajo el sinónimo de traje de flamenca.

Con el paso del tiempo, lo que antiguamente era confeccionado con telas de baja calidad como el percal, hoy en día las firmas más relevantes lo han convertido en un objeto de colección, cuya elaboración artesanal puede llevar a tener que desembolsar importantes cantidades de dinero, tanto por la exclusividad en el diseño como por los materiales empleados.

Un lunes brillante en la Feria de Abril de Sevilla.
Un lunes brillante en la Feria de Abril de Sevilla. MAURI BUHIGAS

Del percal y los volantes a la seda y los bordados

El traje de gitana — terminología correcta a nuestro entender— hoy día es el único traje regional de toda España que evoluciona en función de la moda. Es una vestimenta viva que cada año se renueva y se reinventa.

Y al igual que ocurre con el flamenco como género musical, que viaja de la calle al escenario, algo similar ocurre con esta prenda, en el momento en el que la alta alcurnia de la época decide copiar estas batas con volantes como prenda con la que asistían a las ferias a divertirse.

No obstante, para que aquellas las batas de faena con volantes y bordados confeccionadas en percal de aquellas campesinas gitanas primigenias se convirtieran en lo que hoy conocemos como traje de gitana, tuvo mucho que ver la Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla en 1929.

El gran punto de inflexión: la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929

La Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla del 9 de mayo de 1929 al 21 de junio de 1930, con el objetivo de hermanar a España con Iberoamérica, Estados Unidos, Portugal y Brasil, marcó sin querer el gran punto de inflexión del traje de gitana, convirtiéndolo en el traje regional de la mujer española por antonomasia, por encima de otras prendas regionales, sobre todo aragonesas, valencianas o catalanas.

Gracias a la difusión mediática que tuvo este evento en la época, aquellas prendas que empezaron a copiar las damas de la alta sociedad andaluza a partir de 1847, en semejanza a las que usaban las gitanas que acompañaban a sus maridos a las ferias de ganado con motivo de lucir sus trajes, alcanzaron grandes cotas de popularidad y difusión.

Viernes de Feria de Jerez
Viernes de Feria de Jerez JUAN CARLOS TORO

El tejido de lunares: de defecto de fabricación a estampado indispensable

Desde que el traje de gitana se erigiera como la prenda oficial, a partir de la Exposición Universal de Sevilla en 1929 y su proyección como un referente de la cultura española que se mantiene actualmente, hoy en día no se entiende una feria o romería sin mujeres que vistan estos típicos vestidos, cuyas telas estampadas con lunares tampoco es un alarde de creatividad, sino más bien fruto de la casualidad.

De hecho, los lunares — también llamados topos— tienen su origen en los errores de estampación de los fabricantes de estos tejidos en el siglo XVIII y, por considerarse un defecto, vendían estos telares a bajo coste para quitárselos del medio lo antes posible. Y, debido a ello, las economías más humildes eran los productos que adquirían para hacerse sus propios trajes.

Traje de gitana vs. traje de flamenca: casi lo mismo, pero no siempre es igual

En muchas ocasiones se habla de forma sinónima entre traje de gitana y traje de flamenca, pero en terminología coloquial se podría decir que son lo mismo, pero no es igual. Sobre todo, por una mera cuestión denominativa, en la que debemos diferenciar la propia definición de la prenda, por un lado, mientras que, por otro lado, la segunda hace referencia al uso de que se le confiere.

De hecho, desenlazar esta dicotomía se hace necesario en tanto en cuanto la primera acepción es la que responde al origen de la prenda, si bien la segunda de ellas es fruto del marketing y de la publicidad más que de otra cosa y, lo que es peor, conlleva de forma implícita un blanqueamiento de la acepción que ha tenido la palabra gitano a lo largo del tiempo y el uso tan erróneo como desafortunado que ha tenido, generando estereotipos y clichés que poco o nada tienen que ver con la realidad.

Además, el traje de gitana se podría decir que tiene fines más estéticos que artísticos y, en su ideario actual, no está concebido para ser usado como prenda de las bailaoras, sino más bien como prenda de distinción u originalidad.

De hecho, los primeros trajes de flamenca que se recogen de forma documentada en cuadros y referencias escritas se describen como "faldas largas y voluminosas — con y sin volantes—, complementadas con camisas con mangas de globo o abullonadas", diseñados para realzar la figura femenina, la belleza de la bailaora y la elegancia del movimiento, como manifestación artística y cultural de un género musical como es el flamenco, que desde el año 2010 está considerado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Lunes de Feria del Caballo en Jerez
Lunes de Feria del Caballo en Jerez JUAN CARLOS TORO

El traje de gitana y la moda flamenca como motor económico en Andalucía

Con algo más de dos siglos de existencia a sus espaldas, la evolución constante del traje de gitana ha generado a su alrededor un tejido productivo muy importante en lo que se denomina moda flamenca, dando un paso más allá de la pasarela para consolidarse como una industria pujante con impacto local e internacional.

Más allá de los números, la moda flamenca representa una forma de vida, una expresión cultural que encuentra en ferias y romerías su máxima visibilidad. Pero hoy, también es sinónimo de innovación, empleo y desarrollo económico.

La simbiosis perfecta entre tradición artesanal y diseño de vanguardia, en Andalucía existen entre 350 y 450 empresas dedicadas a la confección, diseño, distribución y comercialización de vestidos, complementos, calzado y joyería asociados al traje de gitana, cuya singularidad radica en el modelo productivo: pequeñas y medianas firmas, muchas de ellas familiares, que emplean técnicas artesanales con una alta participación femenina.

Como motor económico, la moda flamenca andaluza supera los 120 millones de euros de volumen de negocio en exportaciones de productos, con Japón como principal país extranjero consumidor de esta industria, si bien Estados Unidos y Europa son nichos atractivos en niveles similares, gracias a la digitalización y los canales de venta a través de e-commerce y redes sociales.

De esta forma, diseñadores emergentes y firmas consolidadas lleguen a nuevos públicos sin intermediarios y en igualdad de condiciones, asunto que ha sido clave para su proyección como tejido productivo.

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David Montes

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