La Fundación Caballero Bonald ha inaugurado el nuevo curso con la presentación de un libro sobre los escritores, el flamenco y la lucha antifranquista, un tema que, como señaló Josefa Parra, toca muy de cerca a Jerez y a la Fundación. José Manuel Caballero Bonald es un ejemplo de la intersección de esos tres elementos: escritura, flamenco y antifranquismo.
De hecho, Tyler Barbour ha utilizado el archivo de la Fundación para elaborar su estudio: unas cartas entre Caballero Bonald y Diego Clavel. “Y menciona la conexión de Bonald con figuras del flamenco como José Menese, Manuel Gerena, Enrique Morente y tantos otros que, como los escritores el 50, se comprometieron en la lucha por la libertad y la democracia”, explicó Josefa Parra.
José Jurado conoce a Tyler Barbour desde hace años. Ha seguido desde el principio su carrera investigadora. Detrás de Los escritores y el flamenco. La lucha antifranquista (1967-1978), publicado por la Universidad de Cádiz, hay dos vidas, una académica y otra flamenca, nos explicó el profesor. Tyler nació en EEUU. Allí estudió Relaciones Internacionales y Filología Hispánica. En 2010 se vino a Cádiz como auxiliar de conversación. Aquí se matriculó en Filología Hispánica, luego en el Máster de Estudios Hispánicos y a continuación el programa de Doctorado de Artes y Humanidades, en el que llevó a cabo su tesis doctoral, que es el germen, la raíz, de este libro.
Ahora pertenece, junto a José Jurado, al grupo de investigación Estudios de Literatura Española Contemporánea de la Junta de Andalucía. La otra vida, la dedicada al flamenco, también comenzó en EEUU. Allí recibió clases de guitarra de varios profesionales. En 2009, tocó como segundo guitarrista en la compañía de baile Flamenco Arana, dirigida por Kristina Cobarrubia, y recibió clases de guitarra de Edward Fishwick y Juan Moro. Cuando llegó a España siguió profundizando en la cultura del flamenco.
Este libro, muy bien acogido por la crítica especializada, nace de esas dos pasiones, la literatura y el flamenco. Tyler se acercó a José Jurado para que le dirigiera el trabajo de fin de máster. Quería investigar sobre Lorca y el flamenco. Realizó un trabajo excepcional. Cuando llegó el momento de la tesis doctoral, José Jurado, que había estado investigando la relación entre Ricardo Molina y Caballero Bonald, le sugirió que abordara otros autores ya que había todo un mundo sin explorar… Y Tyler aceptó la propuesta.
Tres grandes cualidades en un mismo libro
Según José Jurado, este libro posee tres grandes cualidades. La primera consiste en lo que los antropólogos llaman “la mirada del otro”. El libro está escrito desde la neutralidad. Tyler se ha acercado a nuestra cultura desde otras categorías, desde fuera, sin prejuicios. El libro ofrece una mirada fresca y objetiva.
La segunda cualidad es su enfoque interdisciplinar. El libro no solo habla de música, de flamenco, sino que también aborda la literatura, el teatro, la poesía y la ideología del momento. La tercera cualidad de la obra consiste en que utiliza fuentes diversas. Las fuentes orales son esenciales en su investigación. Tyler ha partido de la letra escrita, de lo que han estudiado otros investigadores, pero luego ha acudido a las fuentes orales, a los archivos, a las relaciones epistolares, a los artículos de prensa y a los materiales audiovisuales. “Ha escrito un libro que va a ser un referente sobre el flamenco”, concluyó José Jurado.
Tyler Barbour nos explicó que en su investigación partió de la siguiente hipótesis: “La contribución de los artistas flamencos a la construcción de la democracia ha sido insuficientemente abordada desde un punto de vista académico”. En el libro ha podido demostrar que “los escritores fueron imprescindibles para llevar al flamenco por el camino de la lucha antifranquista y la búsqueda de la democracia”.
En la obra analiza muchas letras flamencas, todas ellas escritas por disidentes políticos y cantadas en ambientes antifranquistas, contestatarios. Hubo también obras de teatro con un marcado compromiso ideológico en las que el flamenco se estableció como el núcleo de su lenguaje escénico. Y estas letras tuvieron más proyección gracias a la cobertura periodística de la revista Triunfo, una de las publicaciones emblemáticas de los intelectuales del antifranquismo. Tyler aclaró que se trató de una minoría de artistas flamencos y escritores, pero una minoría muy significativa.
El libro analiza la relación entre la cultura de la disidencia y el flamenco durante el tardofranquismo y la transición. Aborda la conexión entre los escritores disidentes y el mundo del flamenco. Al inicio de su investigación le llamó la atención que para la mayoría de la gente de ese mundo una cosa era el flamenco y otra la literatura y la política. Se presentaban como mundos aislados. A Tyler le impresionó en primer lugar la vida de Federico García Lorca, donde literatura, flamenco y circunstancias políticas convergen de forma clara y dramática. Su investigación le ha llevado a sacar a la luz la historia de otros artistas y escritores de los años 60 y 70 en los que aparecen esas conexiones. La investigación de Tyler se ha basado en primer lugar en un trabajo de campo.
Ha entrevistado a muchos de los protagonistas que aún viven. Este trabajo de campo lo ha compaginado un análisis epistolar. En la Fundación ha investigado la as cartas entre Bonald y Diego Clavel. También ha analizado artículos del archivo digital de la revista Triunfo. Ha realizado un análisis textual de letras flamencas. Algunas las ha tenido que transcribir él mismo directamente de los discos. Por último, encontró mucha documentación en la casa de José Luis Ortiz Nuevo, donde tuvo acceso al archivo personal.
En el libro se habla del ambiente cultural e intelectual del Madrid de aquellos años. Madrid fue la capital del cante. Hubo cante contestatario. Intelectuales, artistas y estudiantes universitarios coincidieron en el mismo espacio. También hubo represión. Tyler Barbour resaltó que cinco de los escritores que aparecen en el libro pasaron por la cárcel, por la Modelo de Carabanchel. Paco Moyano fue torturado. Enrique Morente fue multado. Y Manuel Gerena sufrió la suspensión de varios conciertos.
A lo largo de la obra aparecen muchas letras que dan voz a la lucha contra el régimen y que hablan de libertad. Hay letras de carácter autobiográfico que dejan testimonio de un tiempo injusto. Hay letras que hablan de libertad como concepto político. Otras que rinden homenaje a los poetas que fueron símbolo de esa lucha por la libertad, como Miguel Hernández, Lorca, Alberti y Antonio Machado. En la tradición oral del flamenco las quejas de las letras carecen de destinatario concreto. El cante no solía considerarse un vehículo para el cambio sociopolítico. Se limitaban a cantar la miseria sin la intención de transformarla. “En la época que analizo surgió la necesidad de actualizar las letras para formular críticas específicas al franquismo”.
Nos recitó letras de Moreno Galván, Caballero Bonald y de José Luis Ortiz Nuevo. De este último autor es uno de los artículos de Triunfo dedicados a defender a sus compañeros (Morente, Menese…) involucrados en la lucha política: “El pensamiento político del cante flamenco”. Tyler Barbour ha escrito dos capítulos sobre los artículos de disidentes políticos (Bonald, Monleón, Montse Roig…) que hablaron sobre cantaores políticamente activos. Así escribía Moreno Galván: Mi pare y mi hermano Diego/ zapateros como yo,/ y en casa de zapatero, / descarcito andamos tós.