Traducir es optar y crear

Inmaculada Moreno presenta en la Fundación Caballero Bonald el número 5 de la revista 'Pliegos Sueltos de la Academia. Revista Semestral de Traducción', una publicación que se dedica a resaltar el papel de los traductores en nuestra cultura

'Pliegos Sueltos de la Academia', una revista para revalorizar el papel de los traductores en nuestra cultura. FOTO: MANU GARCÍA.
'Pliegos Sueltos de la Academia', una revista para revalorizar el papel de los traductores en nuestra cultura. FOTO: MANU GARCÍA.

Las revistas en papel siguen ahí, nunca se fueron. La Fundación Caballero Bonald acogió la tarde del pasado viernes la presentación del número cinco de Pliegos Sueltos de la Academia (revista semestral de traducción). Esta publicación, que se dedica a resaltar la labor de los traductores en nuestra cultura, se edita gracias a la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia y a la Fundación Unicaja. "¿Qué sería de la literatura española si no se hubiese traducido a Dante o a Homero, qué sería de los modernistas si antes no se hubiese traducido a los franceses…?", se preguntó Josefa Parra. "La Historia habría cambiado mucho si no hubiera traductores". Nos recordó lo que decía Saramago: “Los autores hacen las literaturas nacionales y los traductores hacen la literatura universal".

A Josefa Parra lo de traductor traidor nunca le ha gustado. Traducir es optar y crear, esa es la idea fundamental que manejaron Inmaculada Moreno, José Mateos y Josefa Parra. Hablaron de la dificultad de traducir poesía, de la importancia de conocer la lengua original, del papel de los buenos traductores para que no se note que estamos ante una traducción, de las versiones que unos poetas hacen de otros… Y, por si fuera poco, los guitarristas Antonio Villar y Javier Noriega cerraron la sesión con una composición propia.

José Mateos, asesor literario y maquetador de la revista, señaló que esta publicación semestral cumple ya tres años. La idea surgió en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, situada en El Puerto de Santa María y fundada en 1900. Ya existía la revista Pliegos de la Academia. Cuando le proponen colaborar a Inmaculada Moreno, pensó en crear algo nuevo; habló con José Mateos y llegaron a la conclusión de que ya había muchas revistas literarias y que la distribución para esas publicaciones era cada vez más difícil. Las revistas literarias han quedado reducidas al ámbito académico o al mundo de los blogs literarios y revistas digitales, así que había que pensar algo diferente.

Un momento del acto en la Fundación Caballero Bonald. FOTO: MANU GARCÍA.

Había un espacio literario del que casi nadie se ocupaba: la traducción. Y la idea fue muy bien acogida por la presidenta de la Academia, Carmen Cebrián. Pliegos Sueltos de la Academia es la única revista que se dedica exclusivamente a la traducción. Se trata de reivindicar el papel fundamental que tiene el traductor en la literatura, porque en muchas ocasiones esa labor pasa desapercibida. El nombre del traductor no aparece en las portadas de los libros. “Y de un traductor a otro hay una diferencia tremenda”, subrayó José Mateos. Ni la literatura ni la ciencia podrían haber surgido sin las traducciones de los autores clásicos. El diseño de la revista es una imitación del formato de la que T. S. Eliot publicaba en Inglaterra con el nombre The Criterion en los años veinte y treinta del siglo XX.

Traducir un best seller es fácil, el problema son las literaturas minoritarias, aclaró Inmaculada Moreno, directora de la revista, escritora, traductora de Mascha Kaléko y miembro de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia. “Y es esa literatura, más compleja, de ideas, la que mueve la cultura y la sociedad”. Por eso son tan importantes las personas que se dedican a la traducción. Pliegos Sueltos de la Academia consta de unas secciones fijas. En el editorial se avanzan los contenidos de la revista y se defiende la ardua tarea del traductor: “Ezra Pound supo distinguir tres tipos de poesía: aquella en la que lo musical es fundamental para su significación (melopeia), la que se construye a partir de la impresión de imágenes (phanopeia) y aquella que se sostiene en significados connotativos propiamente léxico-semánticos (logopeia). A nosotros nos gusta pensar que los tres tipos pueden darse en un solo poema. Traducir es optar.

La correcta conexión de un lector con una obra escrita en una lengua ajena depende de obtener el predominio adecuado en cada traducción de estos factores claves

La correcta conexión de un lector con una obra escrita en una lengua ajena depende de obtener el predominio adecuado en cada traducción de estos factores claves.” El traductor es co-creador de la obra en su propio idioma, subrayó Inmaculada Moreno. Hay que dar prominencia al sentido, a la música o a la imagen. El traductor tiene que elegir. A veces una imagen no tiene el mismo valor cultural en las diferentes lenguas, y la debe sustituir. Se trata de lograr el equilibrio, añadió.

En la primera parte de la revista siempre hacen un homenaje a un traductor, en este caso a Andrés Sánchez Robayna, que dirige el Taller de Traducción Literaria de la Universidad de La Laguna. En esta sección, nos explicó Inmaculada, hablan de traductores con larga experiencia y que además coincide que también son escritores. La siguiente sección suele ser un ensayo. En este número Felipe Benítez Reyes aporta un conjunto de aforismos, absolutamente inéditos, dedicados a la literatura y la traducción. Las páginas centrales están dedicadas a un autor no conocido en España. Ya han traducido de varios idiomas, y en el número cinco nos encontramos con un autor japonés: Ishikawa Takuboku. Los tankas que aparecen han sido traducidos por Masateru Ito y Elena Gallego.

Debajo del original han realizado también la traducción sonora, para que experimentemos cómo suenan en japonés. En la sección Papeles Viejos rescatan traducciones hechas por escritores. Se publica un fragmento de Sleep and poetry, del Endymion de Keats, traducido por el poeta malagueño José María Souvirón y de su esposa Olivia Price. Apareció por primera y única vez en el número 31 de la revista Cruz y raya de 1935. Termina la revista con el apartado de reseñas. En Libro de los otros (Ediciones Trea), Jordi Doce realiza traducciones de doscientos poemas del inglés, acompañadas de impresiones personales. Es un libro marcado por el criterio subjetivo del traductor, “y una defensa clara de la tarea creativa que supone la traducción de poesía”. Se reseña también la edición de Carmina Burana llevada a cabo por Francisco Rico en Galaxia Gutenberg. La última reseña habla de la traducción que ha realizado Ignacio Vidal Folch de Jardines en tiempos de Guerra, de Teodor Ceric (Editorial Elba).

Sobre el autor:

juan carlos gonzalez

Juan Carlos González

Filósofo

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