Como cada año por estas fechas, todo aquel que visite el centro de nuestra ciudad puede disfrutar de una buena exposición de arte. Desde el jueves, y hasta el 5 de enero, Carmen Chofre nos ofrece en la Sala Pescadería Vieja el trabajo de los últimos años, Paisaje humano, un amplio conjunto de retratos elaborados con distintas técnicas. Es licenciada en Bellas Artes por la Facultad de Sevilla y ha realizado un Máster en Artes Gráficas y Diseño Gráfico Editorial en la Universidad Politécnica de Valencia. Ha expuesto su obra en Madrid, Sevilla, Córdoba, Granada, Ávila…
Actualmente trabaja como profesora de dibujo en la Escuela de Arte de Jerez de la Frontera. “De clara raigambre figurativa, tanto en el dibujo como en la pintura, Carmen demuestra una capacidad técnica mayúscula, que facilita una simbiosis perfecta entre la intención de la artista y la materia pictórica. Lejos de una simple factura fotográfica, el dominio que posee de la “mancha” la entronca con la más alta tradición de la pintura española”, dice J. Morillo en su página web.
El acto de inauguración contó con la intervención del crítico de arte Bernardo Palomo. Habló de “una artista que hace uso del arte como instrumento inequívoco para crear la máxima emoción”. En su obra no hay trampa ni cartón, su pintura no necesita un manual de instrucciones, porque “su pintura es clarificadora, el resultado de una verdad absoluta, la ejecución apasionada de un proceso pictórico donde todo es evidente”. El visitante se va a encontrar con un mirada sincera, “su pintura está alejada de los artificios equivocados y mentirosos de los que nada tienen que aportar o quieren empatizar con rebuscados asuntos de un único interés personal”.
Además, remarcó Bernardo, “posee una técnica capaz de todo, sabe ejecutar la pincelada exacta que clarifica, desentraña lo mediato de lo inmediato, y no teoriza con espurios argumentos de lo que no es”. Todas estas cualidades artísticas se concretan en la obra que ahora expone: “En sus retratos contemplamos la única verdad del retratado, sus formas, sus gestos, también sus emociones, sus luces y hasta sus sombras, en ellos está la vida, la esencia, y hasta la existencia del que posa… ”.
“A los artistas no les gusta hablar de sus obras”, reconoció Carmen Chofre. Por dos razones: “Primero por el carácter del trabajo que hacemos, que parte de la intuición, de la emoción en gran parte. Hablar de ello es poner orden, puertas o cotas, con las palabras a algo que es impalpable, intangible, algo que no se puede agarrar. En segundo lugar, no nos gusta hablar porque esto de exponer conlleva pánico escénico, pudor… Tú estás en tu estudio, pintando, y los cuadros los conocen tus allegados y amigos. Pero al final, cuando haces una exposición individual, de lo que se trata es de exponerte, de mostrarte y eso genera una sensación de pudor extremadamente fuerte.” Carmen, como muchas otras artistas, prefiere que sea “el espectador el que observe, interprete y acabe la obra, y que no tenga muy en cuenta lo que yo he pretendido o dejado de pretender”.
En el tríptico elaborado para la exposición, Guillermo Bermudo dice que “Carmen muestra la dignidad humana de las personas que retrata. Se trasluce de ello un profundo respeto por el otro, por la alteridad… Desde las pequeñas y sutiles cabezas de las tanagras, pasando por sus extraordinarias acuarelas, hasta sus óleos de maestría incontestable… todo nos habla de lo humano.”
Sala Pescadería Vieja. Horario de visitas: De martes a viernes, de 10:30 a 13:30 horas y de 18:00 a 21:00 horas. Sábados y domingos, de 10:00 a 13:45 horas. Lunes y festivos cerrado.