El patio del Museo de Cádiz es un aeropuerto, una estación de ferrocarril, una parada de metro, una plaza o cualquier calle. También es la vida, nuestra existencia urbana. A veces el paseo y la espera ocupan una zona borrosa del tiempo, momentos en los que estamos obligados a cruzarnos con los otros y con nosotros mismos. Los paseantes son seres transparentes porque pueden ser cualquier persona. Son siluetas porque la identidad se diluye en la masa que se desplaza o espera. Los paseantes son de colores porque reflejan la diversidad vacía de las masas en movimiento. Somos paseantes de consumo, con identidades complejas y caóticas. La disposición de las figuras nos arroja al entramado de vectores de toda migración. Y las señales nos indican hacia dónde desplazar nuestro ser.
Hasta que los viajeros se vuelven invisibles, ya sea porque desaparecen entre la multitud o porque los olvidamos pronto para no tener remordimientos de conciencia: “Una mujer, un hombre y una niña. Los tres llevan de la mano sus maletas. Las tres figuras representan a refugiados. Cuando miras a esas figuras de frente ves a tres personas en una situación extrema pero cuando te mueves y las ves desde otro punto las líneas de esas figuras desaparecen, entonces empiezan a ser invisibles. Ese es el problema que tenemos cuando vemos alguna noticia al respecto. Nos preocupamos pero cuando pasa la noticia se nos olvida y queda lamentablemente invisible. Pero por supuesto son personas humanas, tienen voces, tienen vida, y con mi trabajo pretendo darles voz y que sus historias sean más visibles.”, dice el artista.
Román Lokati es un creador multidisciplinar nacido en Rota. Ha realizado sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Cádiz y en la University of the Arts London, donde se graduó en el año 2006. Actualmente trabaja en Londres. Las obras que ahora expone en el Museo de Cádiz son el fruto de sus observaciones mientras se desplazaba: “Este trabajo lo llevo realizando desde hace más o menos cinco años. Empecé dibujando personajes en estaciones o aeropuertos cada vez que viajaba. En esos tiempos empezó esta serie de viajeros o transeúntes. Puede ser entendida como una metáfora de la vida, el ser y el movimiento".
Román Lokati expone en el Museo de Cádiz 'La filosofía del paseante'.
Según Francisco Almengló, comisario de la muestra, “Sus proyectos están relacionados con el individuo y su entorno mediante la representación de personas, animales u objetos, minimizados y sintetizados a sus perfiles o sus siluetas que desarrollan acciones cotidianas. Los personajes han sido sacados de una acción y crean un testimonio humano. Son obras de estética limpia y muy cuidada, contienen una sabia mezcla entre ironía, crítica social, y ensoñación filosófica, son el resultado de un proceso meticuloso de años de investigación y experimentación con diversas disciplinas tales como la pintura, la escultura, el dibujo, la instalación, la fotografía y diversas técnicas de artes gráficas.”
Francisco Almengló nos explica en qué consiste esta muestra. Se compone de cuatro series: Lost in the city contiene quince esculturas. Ha participado con algunas de ellas en varias exposiciones en Londres, como “No Turning Back: Seven Migration Moments that Changed Britain”, en The Migration Museum. Transeúntes y paseantes incluye siluetas de gente que van por la calle en diversas actitudes. Se compone de 50 esculturas en metacrilato, 6 objetos en madera y 20 grabados al linóleo, a punta seca, dibujos y dibujos digitales, agrupadas en: Signals, Wood blocks, Gente en el metroy Gente en la calle. The Faboulous Life of Román Lokati es una serie de veinte fotografías que el artista se ha realizado con varios creadores actuales y que ha ido mostrando estos últimos años en las redes sociales. Por último, Double Identity son 8 objetos que contienen dobles siluetas en metacrilato fluorescente en dos colores naranja y amarillo. Plantea la complejidad de la identidad y las muchas personalidades que puede tener el individuo.
Las siluetas de Román Lokati conectan con el grafiti y el arte urbano, nos aclara Almengló en el texto de la muestra. Es un estilo frío, minimalista y conceptual. “El acabado de sus objetos, esculturas y monumentos es suprematista y monocromo mientras que en el de caso de sus cuadros y obras gráficas suele ser bicromo y de colores primarios”. Su trabajo es interdisciplinar, “una simbiosis entre la infografía, la escultura, el dibujo y la pintura digital”. También hay crítica social cuando hace referencia a las barreras que impiden desplazarnos en silla de ruedas, por ejemplo. Almengló destaca el humanismo que desprenden las instalaciones de Román Lokati. Y recuerda el proyecto Los Paseantes que el artista llevó a cabo en la Playa de La Costilla (Rota, 2016), esculturas de acero pintadas de diferentes colores. Al desplazarnos entre las siluetas, vemos lo que hay detrás y se va trasformando el entorno, su significado y nuestro lugar en él: “Estas instalaciones aquí presentadas están dotadas de un humanismo sorprendente creando una parábola reticular del paisaje que a su vez supone una apropiación elegante del espacio, enmarcando múltiples realidades de los transeúntes que por allí deambulan.”
"Es posible que el paseo sea la forma más pobre de viaje, el más modesto de los viajes. Y sin embargo, es uno de los que más decididamente implican las potencias de la atención y de la memoria, así como las ensoñaciones de la imaginación y ello hasta el punto de que podríamos decir que no puede cumplirse auténticamente como tal sin que ellas acudan a la cita. Pasado, presente y futuro entremezclan siempre sus presencias en la experiencia del presente que acompaña al Paseante y le constituye en cuanto tal”. (Morey, M. , “Kanslspromenade”)
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