Felipe Benítez Reyes ha ganado con este Prontuario enciclopédico provisional de algunas cosas materiales y conceptuales del mundo el Premio Alvar de Estudios Humanísticos 2019, convocado por la Fundación Cajasol y la Fundación José Manuel Lara.
En los diccionarios rebeldes todo es posible. El intruso honorífico es un modelo de libertad creativa. Bastaría con esta frase para animar a los lectores a sumergirse en la obra. En estas enciclopedias no hay límites temáticos ni estilísticos. Se define lo que hay que definir, es decir, lo que al escritor le apetece. Por eso es una obra abierta. Es fruto de años de lecturas, apuntes, reflexiones y vivencias. Y como es lógico, podría extenderse hasta el infinito. Benítez Reyes define aburrimiento, bombilla, botella, gato, muerte, Cádiz, goma de borrar, rábano, Faulkner, panadería, Valle-Inclán, ferretería… Rábano es la “unidad de medida aplicable a la importancia de algunos asuntos”. Y el patriotismo es “sugestión telúrica de muchos y negocio esotérico de algunos”.
Hay en esta enciclopedia muchas entradas que tratan de figuras retóricas: alegoría, aliteración, metáfora, anáfora, sinécdoque… Una hipérbole es un “procedimiento retórico consistente en mirar con microscopio la diversa insignificancia de las cosas del mundo”. En el prólogo nos cuenta el autor que así nació esta obra, como un intento de explicar las figuras literarias de forma comprensible. Pero “…llegó un momento en que me degradé a la definición jocosa de tan altos conceptos…” Luego quiso ampliarlo con un catálogo de escritores de todos los tiempos y países, “aunque de este último empeño me aburrí pronto”. Hasta que leyó la Nueva enciclopedia de Alberto Savinio, donde encontró “el diapasón para un proyecto más caleidoscópico y antojadizo”.
Benítez Reyes escribe entradas muy breves, como aforismos, y otras más extensas, como una columna o un artículo de prensa. Recurre a citas de otros escritores, que pueden ser tanto definiciones de conceptos como descripciones de otros escritores. De André Gide, por ejemplo, nos dice que Jean Genet opinaba de él que era “de una inmoralidad dudosa”. El humor y el ingenio impregnan todas las páginas de esta enciclopedia rebelde. A veces lo poético, lo narrativo y lo filosófico se mezclan para proporcionar al lector algo muy parecido a la felicidad.
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