Reseña de 'Desvestir el cuerpo', de Jesús Cárdenas

Un poemario acogedor, para leer despacio, al calor de una buena chimenea y una copa de brandy —quién pudiera— mientras dejamos que el frío del invierno, lentamente, retroceda

Cubierta de 'Desvestir el cuerpo', de Jesús Cárdenas.
Cubierta de 'Desvestir el cuerpo', de Jesús Cárdenas.

Siempre es difícil regresar a la rutina, más aún después del parón invernal. Pero confieso que los libros, como el mar y la montaña, saben llamarlo a uno con su idioma secreto y levantarlo —como a Lázaro— del sepulcro de la vida sedentaria. Es de recibo declarar que, a fuerza de soportar el peso de mi desidia, mi mesita de los libros se ha ganado un merecido ascenso al rango oficial de estantería. Que me perdonen aquellos que me esperan, uno no puede estar siempre en todas partes y mucho menos allí donde desea.

Como un entrenador al filo de la prórroga estudio con calma los libros que me esperan. Hay dos que me dan muy mala espina: una muestra un payaso fumándose un cigarro, la otra una imagen algo despixelada que juraría haber visto en Pixabay. No soy de los que juzgan el libro por la portada, pero la experiencia me dicta que los mejores poemarios suelen vestir prendas minimalistas. Finalmente, me dejo seducir por un libro de una editorial, hasta la fecha, ajena a mi biblioteca. Sí, soy de esos coleccionistas con TOC que ordenan los libros por familias y este de Lastura Ediciones (Madrid, 2023) aún es hijo único. Su título es Desvestir el cuerpo, octavo poemario de Jesús Cárdenas (Alcalá de Guadaíra, 1973), autor entre otros títulos de Sucesión de lunas (2015), Los falsos días (2019) o Memorial Rosario Martín (2019), ensayo galardonado con el Primer Premio del Certamen Literario Villa de Marchena.

Pueden llamarme frío, pero la idea de desnudez en el contexto poético, me traslada de forma casi instantánea a los Idilios e Historias de Juan Ramón Jiménez. A aquel poeta que retornado en su Moguer natal se dedicase a desvestir sus versos, lavándolos con amor paternalista de la sórdida hojarasca modernista. Al sumergirme entre sus líneas descubro que la búsqueda interior es el punto común que enlaza aquellos versos desnudos con este Desvestir el cuerpo de Jesús Cárdenas. 

Ya en su prólogo, José Antonio Olmedo López-Amor (Valencia, 1977) lo define como “un acto de sinceridad en un solo movimiento”. Ciertamente, el poso de verdad en sus palabras es innegable, logrando hacerse por momentos muy cercano al lector, gracias a las afinidades generadas por los lugares comunes, tanto en la victoria del amor como en la derrota ante la inevitable monotonía de lo rutinario. Sin embargo, no es la desnudez juanramoniana que pudiera apreciarse, si me permiten el símil pictórico, en la obra de Ramón Gaya, sino una desnudez profunda y metafísica, más próxima a las abrumadoras escenas amorosas de Giorgio de Chirico. Téngase en cuenta, llegados a este punto, que no es la poesía a la que estoy acostumbrado, sencilla, machadiana y de corte franciscano, y que escribo desde mi humilde butaca de lector y no desde los analíticos despachos de la crítica. 

En sus tres actos enlazados es su propia poesía, libre y sin ataduras, quien va despojando al autor de su vestimenta hasta acabar mostrando el blanco de sus huesos: “Todo expuesto sin hojas ni ramajes / ante la muda sucesión del tiempo. // Mostrar no ya la piel sino los huesos / unos huesos que quieren ser poemas”. Estamos ante un poemario denso e intimista, compacto a fuerza de redundar en conceptos fetiches como el espejo, el cristal, las aristas, el invierno, la herida y las sombras. Oscuros leitmotivs qué, según Luís Ramos de la Torre, autor del epílogo del libro, “confieren al poemario una firmeza de ida y vuelta, dual y necesaria” y que, al término de la búsqueda interna del poeta, son vencidos —o al menos obligados a replegarse—por la cálida lumbre del hogar: “Encendimos / el fuego con las manos; amor erguido en llamas. // Con esta firmeza combatiremos / esta y todas las noches invernales”.  

Y es que si una virtud tiene este Desvestir el cuerpo es su capacidad casi sinestésica para hacernos sentir entre sus versos el crepitar de las ascuas del hogar y el calor de las brasas en el rostro. Se trata, al fin y al cabo, de un poemario acogedor, para leer despacio, al calor de una buena chimenea y una copa de brandy —quién pudiera— mientras dejamos que el frío del invierno, lentamente, retroceda.

Poesía

Jesús Cárdenas: 'Desvestir el cuerpo'. Lastura Ediciones. Madrid, 2023. 118 páginas. 13,00 euros.

Sobre el autor:

Sergio Moreno.

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