La Real Fábrica de Tapices (RFT) ha acercado a Jerez los conocimientos, experiencia y prestigio acumulados por esta institución en sus 300 años de historia. Ha sido en el desarrollo de un seminario dedicado a contar qué es en la actualidad la RFT, además de ofrecer asesoramiento a quienes tienen en sus manos el cuidado y protección de telas y bordados de un valor singular, como es el caso de las hermandades jerezanas.
En el 'mercado' cofrade: "Somos una fundación sin ánimo de lucro; nuestros costes son el material y el personal técnico"
Artesanos del bordado, mayordomos, priostes y gente interesada en este apasionante territorio llenaron el salón de actos de la Academia de San Dionisio. La ocasión lo merecía porque, además, los responsables de la RFT quieren acercar al mundo de las hermandades de España los servicios que presta en la conservación y restauración de telas y bordados. En pocas palabras, salir al mercado.
En este sentido, el director general de la RFT, Alejandro Klecker, explicó a lavozdelsur.es que son "una fundación sin ánimo de lucro, con lo cual el coste es prácticamente en personal y materiales. No hay ninguna otra intención". O sea, que no se busca hacer negocio o una rentabilidad, que no es el fin de la fundación que sostiene a la Real Fábrica.
De forma explícita, aseveró que “estamos a disposición de las casi 15.000 hermandades de Semana Santa que hay en España, con una media de dos o tres pasos cada una”. Klecker lamentó que en ese ámbito “nos encontramos con un patrimonio textil que está muy olvidado, a veces incluso por las autoridades que también deberían dar algún apoyo vía subvenciones para mantenerlo”.
Hay que recodar que en el caso de Andalucía, la Junta tiene activadas líneas de ayudas para la reparación patrimonial de las cofradías, un hecho excepcional dada la implantación e importancia de los bienes artísticos que acumulan estas corporaciones en la región, aunque el director insiste en que “no solo se trata del bordado en oro y plata, sino también material textil puro y duro”.
El seminario celebrado en Jerez tuvo “un objetivo clarísimo”, señala el máximo responsable de la RFT: “Nosotros desde hace unos años hemos hecho un gran esfuerzo en crear una gran unidad de restauración textil”, iniciativa que ahora quiere poner en valor usando su experiencia y prestigio. De ahí que de momento el ‘público’ al que se está dirigiendo sea el cofrade, “sobre todo en Andalucía. Tienen un patrimonio textil único y singular”.
En la sesión se incidió precisamente en este aspecto. Además de subrayar los 300 años de la institución y de una “actividad ininterrumpida”, se expuso cuál es el trabajo en la restauración textil desde distintos puntos de vista, como la restauración del oro, de la seda, de terciopelos… “además de enseñar buenas prácticas en la restauración”. En este punto, Alejandro Klecker subrayó que “una de las cuestiones a la que nos enfrentamos, y que es muy típica, es lo que llamamos el trasplantar el oro a una tela nueva”.
Dejo claro que “somos enemigos de esto porque tan histórica puede ser la seda del siglo XVIII como el propio bordado de oro. Tenemos técnicas para restaurar seda, limpiarla. Merece la pena conservar la pieza en su conjunto”, exceptuando el terciopelo, que presenta complejidades que hace muy difícil su rescate. Otro aspecto más didáctico fue explicar las técnicas de almacenamiento, dado que “se siguen tradiciones en algunos sitios que no son precisamente idóneas, como el método que se usa para quitar las manchas de cera, operación que es inherente en estas piezas que salen en procesiones”.
Otro frente en el que se detuvo el seminario fue contar la complejidad de los tejidos, “algo que es lo primero que hay que saber cuando hay que restaurar”. Las técnicas de teñido, cómo se tiñe, cómo se analizan los colores, la contaminación del tejido… A todos estos aspectos técnicos se fue reseñando la moderna tecnología que emplea la RFT en los distintos procesos, “teniendo en cuenta que en la fábrica restauramos telas nazaríes, banderas del siglo XIV… Ahora mismo diría que somos el top en Europa. Una buena prueba es que restauramos tapices franceses en Madrid”.
"En la fábrica restauramos telas nazaríes, banderas del siglo XIV… Ahora mismo diría que somos el top en Europa"
Cuando en 2021, la RFT cumplió 300 años desde que la mandara crear Felipe V, el hoy por hoy de la institución se compagina la preservación de su legado histórico y artístico junto con una decidida apuesta por la innovación, además de mantener la fabricación bajo criterios estrictamente artesanales, pero actualizados usando la tecnología más avanzada, sobre todo en el campo de la restauración: “La Real Fábrica de Tapices va más allá de ser una institución con tres siglos. Tiene una actividad diaria y funcional, abordando proyectos de restauración complejos”.
El director general abre las puertas de la RFT al patrimonio cofrade como una opción a la hora de intervenir en piezas de gran valor. El procedimiento, explica, “es que nos manden un reportaje fotográfico de las zonas que ellos determinen que pueden estar más deterioradas. Nosotros hacemos un primer análisis de cómo están las cosas y ya dependiendo del interés nos acercamos hasta el lugar donde se conserva, hacemos un estudio y un presupuesto previo, todo sin compromiso alguno”.
Klecker concluye con que “a veces hay que hacer un programa a largo plazo. No nos vamos a gastar una cantidad grande en un año porque no podemos como hermandad. Así que hacemos un programa cuatro o cinco años y vamos atacando las piezas con calma y con tranquilidad”.
La Real Fábrica nació cerca de la Puerta de Santa Bárbara de Madrid. En sus inicios, la familia Vandergoten, generación de artesanos flamencos, se hace cargo de la dirección de los trabajos. La nueva sede se sitúa en Atocha en un edificio de estilo neomudéjar que fue diseñado por el Arquitecto Mayor de Palacio, José Segundo de Lema. En 1996, la RFT adquiere la titularidad de Fundación. La dirección pasa a manos de un Patronato compuesto por las administraciones públicas y una serie de patronos individuales.
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