#CarteleraSur Crítica de la película 'Wonder Woman', de Patty Jenkins.
Directora: Patty Jenkins. Guión: Allan Heinberg, sobre una historia de Zack Snyder. Fotografía: Matthew Jensen. Música: Rupert Gregson-Williams. Reparto: Gal Gadot, Chris Pine, Robin Wright, Connie Nielsen, Danny Huston, Elena Anaya…
Wiliam Moulton Marston publicó las primeras historietas gráficas de Wonder Woman en 1941 para la editorial DC Comics y, con algún breve período de desaparición, el personaje ha tenido continuidad hasta hoy en día. Junto con Superman y Batman, Wonder Woman forma la “trinidad” de superhéroes de DC Comics. Ahora vuelve en imágenes en movimiento —ya fue protagonista de una serie de televisión de los setenta— y en pantalla grande un símbolo feminista, la heroína que lucha por la justicia, la libertad y la paz, pero también por la igualdad sexual y el amor.
Wonder Woman comparte con otros superhéroes de comics un origen divino, en la línea de semidioses de mitologías diversas. Tiene por nacimiento poderes sobrenaturales y por naturaleza inclinación a mezclarse en los asuntos a menudo mezquinos y triviales de los mortales.
La simpática película de la directora norteamericana Patty Jenkins nos cuenta el nacimiento de Diana de Temiscira, la amazona, su adiestramiento y las circunstancias que la hacen abandonar la protección de la isla segura donde habitan las mujeres guerreras y entrar en el mundo de los hombres para luchar contra el mal encarnado por la Gran Guerra Mundial, la primera.
Como película de superhéroes Wonder Woman ofrece pocas novedades a excepción de su carácter de reivindicación feminista. El hecho de que su directora sea mujer no aporta desviación significativa con respecto a las constantes del subgénero: personajes simples, buenos o malos sin ambigüedades, acción, luchas, efectos especiales espectaculares, duelo final con las fuerzas del mal y un humor jovial e inofensivo que nos dice que todo es una broma. Es lo que se le pide a estas películas y es lo que Wonder Woman ofrece, con el aliciente de ahorrarnos algo de la testosterona y la locuacidad de otros machotes con disfraz.
El guión, escrito por Allan Heinberg y basado en una historia de Zack Snyder (Los 300, Batman vs Superman, Watchmen … etc), salta juguetonamente de la fábula mitológica a una rudimentaria trama de espías sobre fondo bélico. Diana Prince, el nombre de la mujer maravilla entre los mortales, es, como Superman, ingenua, generosa en el esfuerzo y tan invencible como segura de que el bien prevalece siempre. Todo sin sorpresas, excepto por los detalles obvios que muestran que estamos ante una película feminista: Diana lleva la iniciativa y su partenaire masculino, el piloto espía norteamericano Steve Trevor (Chris Pine) no actúa de macho alfa y acepta su liderazgo. La tensión sexual parece limitarse a una cita en el discurso de la amazona: "El hombre es necesario solo para la reproducción pero no para el placer".
El genio científico seducido por el mal también puede ser una mujer. En este caso el personaje de Elena Anaya, poco desarrollado y desaprovechado pero que remite visualmente a otros personajes suyos —La piel que habito— y villanos con máscara —Hannibal Lecter, el fantasma de la Opera o Leatherface—.
Mitos como las amazonas, las sirenas o la esfinge, son ambivalentes en cuanto que pueden simbolizar a la mujer fuerte, independiente y osada que no se subordina al varón, pero también tenían connotaciones destructivas para unas sociedades patriarcales porque ignoran o incluso desprecian a éste; son una amenaza al dominio del hombre cimentado en su rol de guerrero y cazador. Moulton Marston en su origen y ahora Patty Jenkins toman de la mujer guerrera su lado reivindicativo, constructivo, y prescinden de su sentido amenazador para la estabilidad de la polis.
Películas recientes como Figuras Ocultas, Sufragistas, Miss Sloane …, parecen adoptar definitivamente el feminismo como tema social y económicamente rentable. La industria del cine hace cuentas y sabe que, como en otras áreas de la cultura —teatro, música o lectura—, el público femenino es mayoritario y que el viejo discurso machista, a pesar de tipos como Trump, ha pasado ya.
Wonder Woman es una película de superhéroes entretenida, a la altura de los Capitán América, Spiderman y compañía, con el sentido común y la falta de grandilocuencia del comic original y una mirada diferente a los roles sexuales.
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