La pianista 'junior' de Chiclana que tiene plaza en una de las universidades de música más prestigiosas del mundo

Neira García, de 17 años, que toca este instrumento desde los cuatro, estudiará su carrera en Boston Conservatory at Berklee, escuela de renombre a la que acceden muy pocas personas de todo el planeta

Neria García, pianista chiclanera que estudiará en la universidad de música más grande del mundo.
Neria García, pianista chiclanera que estudiará en la universidad de música más grande del mundo. MANU GARCÍA

Sus dedos se deslizan por un teclado Midi mientras utiliza un programa de escritura musical para alargar la duración de una nota. En una pequeña habitación, una chica prodigio del piano estudia composición. “Hoy en día tienes que controlar todo el tema digital”, dice Neria García Ramos, un vecina de Chiclana de 17 años que acaba de lograr una beca que muy pocas personas consiguen en el mundo. En septiembre, una vez finalizado el Bachillerato Internacional que cursa, comenzará sus estudios en la prestigiosa Boston Conservatory at Berklee, la universidad privada de música más grande el mundo.

“Sueño con poder ir desde que tenía 12 años, es un reto que me propuse cuando era pequeñita”, comenta desde el cuarto donde pasa horas entre partituras. Tras enviar solicitudes a seis conservatorios de excelencia, su destino será Boston, en Estados Unidos, donde se formará en los próximos cuatro años. Acceder a esta escuela conocida en el mundillo de la música resulta complicado para la mayoría de los mortales. Pero Neria es de otro planeta, musicalmente hablando. Tras mandar un portafolio con muchas obras compuestas, se enfrentó a diversas entrevistas, pruebas teóricas y prácticas hasta que llegó a la selección final.

Esta joven chiclanera es uno de los rostros de esa élite capaz de crear las melodías que emocionan. Desde muy pequeña ya manifestó la que es su vocación. “Con cuatro años vi la película Amadeus, la biografía de Mozart, y me quedé embobada, me gustó tanto que empecé a decir que yo quería ser Mozart”, comenta a lavozdelsur.es. Por entonces, vivía en Londres, ciudad a la que su familia se mudó durante un año por motivos laborales. Allí, tuvo la suerte de aprender a hablar en inglés y en español al mismo tiempo, de forma que hoy juega con ventaja y con un C2 bajo el brazo.

La chiclanera en el cuarto donde crea nuevas composiciones.
La chiclanera en el cuarto donde crea nuevas composiciones.  MANU GARCÍA

"Con cuatro años vi la película de la biografía de Mozart y me quedé embobada"

Sus padres la apuntaron a clases privadas de piano y le posibilitaron un camino en el que comenzó tocando la canción del cumpleaños feliz. Cuando regresó a Chiclana, estuvo cuatro años formándose en la escuela Multison. “Todavía era pequeña para empezar en el conservatorio elemental”, comenta Neria, que entró con ocho años, pero con una gran base que le permitió ‘zamparse’ los libros de aprendizaje antes que nadie.

Con 12 años, entró en el Real Conservatorio Profesional de Música Manuel de Falla, donde completó en tres años, lo que los alumnos y alumnas suelen hacer en seis. “Para la prueba de acceso presenté obras de Schubert que tocaban en el último año”, comenta la chiclanera. Ella tiene un don que sabe aprovechar. A los 14, como avanzaba con una rapidez asombrosa, decidió solicitar plaza en la Música Mundi School, en Waterloo, Bélgica. Una experiencia que guarda con cariño y en la que aprendió de grandes músicos de primer nivel. Neria enseña un vídeo en el que interpreta una pieza a cuatro manos en un auditorio “a lo Harry Potter”. Junto a la pantalla, una foto de ella con su primer piano.

Neria utiliza un 'midi' durante su estudio.
Neria utiliza un 'midi' para sus estudios. MANU GARCÍA

“Mi repertorio fue bastante clásico, piezas de Beethoven, Mozart, Chopin, hasta que entré en Bélgica y me empecé a especializar en obras más contemporáneas, Stravinski o Bartok, son las más complejas, y pude hacer mis propias composiciones”, explica la joven, ahora desde el salón, insonorizado, frente a su piano.

Allí, posa sus dedos en las teclas antes de empezar a acariciarlas y dar rienda suelta a la improvisación. Neria regala un tema que se está inventando en el momento, sin partitura, como si no le costara trabajo. Una habilidad sorprendente. Las notas resuenan en el piano donde reposan premios internacionales que ha ganado durante todos estos años, recuerdos de participaciones en concursos online en plena pandemia y una fotografía junto a sus compañeros en Waterloo. “Creo que no recuerdo mi vida sin la música”, expresa la chiclanera, que tiene claro a lo que se quiere dedicar en el futuro.

Detalle de una fotografía con sus compañeros en la Música Mundi School, en Bélgica.
Detalle de una fotografía con sus compañeros en la Música Mundi School, en Bélgica.  MANU GARCÍA
La estudiante durante la entrevista en su casa.
La estudiante durante la entrevista en su casa.  MANU GARCÍA
Uno de los diplomas obtenidos en concursos de música.
Uno de los diplomas obtenidos en concursos de música.  MANU GARCÍA

Su meta es ser compositora. “Me encantaría realizar composiciones para musicales... la música de cine, me llama mucho la atención, al igual que música para orquestas y óperas. Una de mis mayores influencias hoy en día es la música de cine”, dice mencionando a John Williams o Hans Zimmer.

Para ello, se esfuerza a diario desde su casa, donde, desde las 8.30, ya tiene los dedos en el piano. Combina la práctica del instrumento con el estudio teórico y con sus estudios de Bachillerato. “Tengo la suerte de que las cosas académicas se me quedan bastante rápido, entonces no le tengo que dedicar demasiado tiempo y puedo priorizar la música”, sostiene. Para ella, es su pasión y asegura que, si no fuese su hobby favorito –porque también le gustan el cine y el surf– “no sería posible porque es tanto tiempo”. Una promesa de la música que pisa fuerte y que, si todo va sobre ruedas, pronto aparecerá en los créditos de alguna película.

Sobre el autor:

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Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

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