El actor y director teatral Salvador Távora (3 de abril de 1930), gran renovador del teatro independiente andaluz en consonancia con el universo flamenco en los años de la Transición, ha fallecido en Sevilla a los 88 años de edad. Su figura es imprescindible para entender la cultura andaluza y la proyección misma del flamenco más allá del tópico andaluz, ampliando su dimensión artística y cultural.
Más de treinta y cinco países y millones de personas han podido ver obras de este andaluz universal, que ha recorrido medio mundo con su compañía La Cuadra. Desde que estrenara Quejío en Madrid, en 1972, sorteando la censura franquista, su obra no ha parado de crecer. Ha sido ésta, precisamente, su última puesta en escena, cuya reposición tuvo lugar en 2017.
Además de Quejío, entre sus obras podemos destacar Andalucía Amarga, Nana de espinas, Piel de toro, las Bacantes, Alhucema o Carmen, ópera andaluza de cornetas y tambores.
Távora alberga una cantidad de reconocimientos que sirven para hacernos una idea de la grandeza de su figura: Es Hijo Predilecto de Sevilla, recibió la Medalla de Andalucía y la de oro a las Bellas Artes. Además, es el único no catalán que posee la Cruz de Sant Jordi.
En los últimos años su estado de salud había empeorado de forma notable. Numerosas personalidades de la sociedad andaluza han querido manifestar sus condolencias y respeto hacia su figura.
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