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La soprano jerezana cambió las fórmulas químicas por la escala musical, un sueño que siempre tuvo de niña y que lleva haciéndose realidad desde que logró una bolsa de estudios musicales en un recital del Villamarta. 

Proviene de una familia aficionada al bel canto en una ciudad como Jerez donde el flamenco es su cuna, ¿Cómo se produjo el flechazo “amoroso” entre Maribel y el pentagrama operístico?

En casa siempre hemos oído más música clásica que flamenco, debido a que mi abuelo era muy aficionado a la música, cantaba como barítono en el Orfeón Jerezano y dirigía la Schola Cantorum Carmelitana de Jerez. Esta pasión la transmitió a sus hijos, entre ellos, mi madre, que también cantaba en el Orfeón e hizo algún papel de solista en las zarzuelas que se representaban en el Teatro Villamarta en los años 50. Yo siempre quise cantar, dirigía a mis hermanos e imitaba a los cantantes que admiraba de niña: Julie Andrews y José Carreras. Jamás imaginé que el flechazo por la ópera se produciría cuando pisé por primera vez un escenario de forma profesional, el del Teatre del Liceu, formando parte del coro, en la producción de Samson et Dalila de Camille Saint-Säens en el año 2001 junto a José Carreras. Coincidencias de la vida.

Teniendo en cuenta su trayectoria y el camino que ha ido labrando ¿Por qué decide cambiar la tabla periódica por un pentagrama y notas musicales?

Siempre quise cantar, pero las circunstancias no fueron favorables en su momento. Años después, la vida me dio una segunda oportunidad que no quise desaprovechar. Hice caso a mi corazón y me lancé en busca de hacer realidad un sueño. No quería estar frustrada el resto de mi vida, preguntándome a cada momento que hubiera pasado si... Tenía que intentarlo...y sigo haciéndolo. Cada día es un desafío, es como empezar de nuevo. Y hasta que el cuerpo aguante...seguiré.

La primera vez que se pisa un escenario siempre es algo mágico ¿Qué recuerdos tiene de aquella primera experiencia?

La primera vez que pisé un escenario fue el del Villamarta, allá por el año 1999. Me presenté a la primera edición del Concurso Otoño Lírico Jerezano. Cantaba dos romanzas de zarzuela en la primera fase del concurso. Estaba atacada de nervios y éstos fueron de mal en peor porque me tocó salir después de una soprano que cantó maravillosamente, Cristina Obregón. No di una, bueno esa fue mi impresión, lo pasé tan mal que pensé que realmente sería la última vez que lo haría. El jurando me otorgó una bolsa de estudios y gracias a ella empezó mi camino y mira... ¡aquí estoy!

La ilusión, la pasión o vocación ¿Son armas poderosas del ser humano?

Es importante tener ilusión, pero también la fuerza de voluntad y la paciencia son importantes, porque a veces te sientes derrotado y cuando te sientes así, hay que tener paciencia con uno mismo, recuperarse para volcarse con nueva energía en tu proyecto personal.

Aunque ya tiene unas grandes “tablas” profesionales ¿Aún se tiene el gusanillo en el estómago a la hora de soltar la primera nota musical?

¡Eso siempre! Depende del día y del sitio donde cantas pero siempre hay nervios, y si no estás bien de voz o estás preocupada, más aún. Un consejo, que me dio mi hermano y que intento aplicar cuando estoy nerviosa, es el de integrar esos nervios en el personaje para que se vayan de forma natural. En un recital es más complicado porque no hay movimiento escénico. Entonces, respiro profundamente, sonrío y me pongo al servicio de la música...

Jerez siempre ha destacado por el flamenco y su arte pero ejemplos como usted o Ismael Jordi están abriendo paso a la lírica en Jerez ¿Cres que Jerez tiene nivel para equilibrar la lírica al mismo lugar que el flamenco?

Normalmente la lírica es un género minoritario, aunque en Jerez siempre ha tenido su público. En los tiempos que cantaba mi madre había una gran afición, no sólo por la zarzuela, sino también por la ópera. Indiscutiblemente, Ismael es nuestro embajador más internacional en este campo, y gracias a él el nombre de Jerez no sólo se asocia al flamenco. Yo espero que pronto vayan saliendo cantantes líricos jerezanos que se equiparen o superen el camino labrado por él y, aunque mi carrera sea más discreta, por mí misma.

"Echo de menos (en Jerez) una orquesta fija profesional, aparte de una escuela de canto más o menos oficial, algo parecido a una ópera-estudio, como en otros países europeos"

En este mismo sentido, Jerez ha vuelto a recuperar la lírica este año con Tosca o Verdi, que será lo próximo y donde tendremos la oportunidad de escucharla, ¿qué cree que le puede faltar a esta ciudad para terminar de consagrarse con la lírica?

Es una pregunta delicada. Yo echo de menos una orquesta fija profesional, aparte de una escuela de canto más o menos oficial, algo parecido a una ópera-estudio, como en otros países europeos. Pero supongo que al final todo se reduce a una cuestión económica. Pienso que el futuro está en la formación desde la infancia, teniendo formaciones corales y orquestales donde se pueda desarrollar el talento artístico, formar una cantera de músicos y cantantes que puedan tener su primera experiencia profesional en el Teatro Villamarta, u otras salas de Jerez.

Hablando de Tosca ¿Disfrutó de la obra? ¿Qué le pareció?

Tosca es una de mis óperas preferidas. He tenido el placer de interpretarla y el segundo acto de la obra es una explosión de dramatismo teatral y vocal. Disfruté muchísimo con la propuesta del Teatro Villamarta. La puesta en escena fue preciosa y me emocioné al encontrarme con un antiguo colega Jorge de León que estuvo soberbio como Mario Cavaradossi. Una función inolvidable.

Siempre hay alguien en quien fijarse ¿Recuerda el consejo de alguien en particular para comenzar a trabajar en este mundo musical?

He recibido muy buenos consejos, sobre todo de los maestros con los que he trabajado. Pero destacaría el de Jaume Aragall, tenor catalán, cuando gané su concurso en 2006 y con el que tengo una excelente relación: “Maribel, no cambies de forma de ser.” Supongo que se refería a que el mundo del canto no me cambiara como persona, que no me volviera una diva o algo parecido y fuera fiel a mí misma. Eso es lo que intento, conseguir mis metas, ser buena colega y mejorar cada día como artista y como persona.

Ha sido profeta en su tierra, en el Teatro Villamarta ¿Es más exigente el público de Jerez que otros?

Yo creo que no se puede generalizar, porque depende siempre de la relación que se establece en cada representación. Ante un mismo reparto y una misma producción, el público puede estar más receptivo un día o ser menos expresivo en otro momento. Por ejemplo, el público del Teatro  alla Scala de Milán, tiene fama de ser muy exigente, y puedo decir que no tiene nada que ver el que asiste a la primera función del resto. En Jerez, la gente es más receptiva y viene a disfrutar, y se agradece. Es un público cálido, respetuoso y generoso.

Lo de oír palmas por bulerías, ¿lo ha escuchado en alguna otra parte?

Pues no...jajaja. En Cataluña he oído alguna vez que aplauden al unísono si ha gustado mucho, pero las bulerías se quedan aquí.

¿Impone subirse a un escenario como el del Liceu?

La primera vez que te subes a cualquier escenario constituye una experiencia impactante, sobre todo con público. Sí es verdad que a medida que vas adquiriendo experiencia, te asustas menos...pero creo que el “miedo al toro” no se pierde nunca. Y hay escenarios que siempre dan mucho respeto, como por ejemplo el del Teatro alla Scala de Milán.

De todo el repertorio musical que tienes hasta ahora. ¿cuál ha sido la obra que más le ha marcado?

Aunque no la haya cantado mucho, la ópera que más me ha marcado es Norma de Bellini. Fue con la que debuté en 2006 y  fue muy emocionante para mí y mi familia. Después de Norma vino Lady Macbeth de Verdi, convirtiéndose en mi talismán y más recientemente, Turandot de Puccini.

"La ópera que más me ha marcado es Norma de Bellini. Fue con la que debuté en 2006 y  fue muy emocionante para mí y mi familia"

¿Y el personaje con el que más la ha emocionado?

Hasta el momento, ha sido Suor Angélica. Cada vez que la canto tengo un nudo en la garganta, desde el comienzo hasta el final de la ópera. Incluso he llegado a llorar en escena. Otro personaje con el que intuyo que me pasaría lo mismo es Madame Butterfly. 

El próximo mes de junio, Jerez tendrá la oportunidad de vibrar y emocionarse con su voz ¿Nerviosa?

Todavía no...Pero pienso en ese momento con gran emoción y lo espero con ansiedad. Será la primera vez que debute con un papel en Jerez y estoy encantada con que éste sea Aida de Verdi.

¿Cómo ha sido y sigue la preparación del papel de Aída?

Ha sido una preparación a largo plazo pues llevo estudiando el papel desde hace bastantes años. En un principio estudié las arias y los dúos, y por último, los conjuntos. Así, he ido estudiando poco a poco cada parte, a medida que he ido debutando cada parte en conciertos. Sólo me quedan por cantar en público los conjuntos, aunque en mis inicios con el Coro del Gran Teatre del Liceu ya los canté como coro.

Posteriormente a Aída, ¿qué otros proyectos tiene en su atril?

Aunque todavía no está anunciado, me espera otro debut: Jaré Helmwige de Die Walküre de Wagner en el teatro Campoamor de Oviedo. Y luego Abigaille de Nabucco en el mismo coliseo.

¿Es duro vivir todo el día de aquí hacia allá?

Al final te acostumbras y cuando llevas mucho tiempo sin moverte hasta lo llego a echar de menos. Supongo que lo llevo mejor porque me gusta viajar. Lo que llevo peor es estar lejos de los seres queridos y aunque se hacen amigos en las producciones y conciertos, pasas mucho tiempo en soledad y si pasa algo en casa, tampoco estás.

¿Cómo lleva el no poder disfrutar de una terraza en Jerez acompañada por un “Tío Pepe”?

En realidad, ahora puedo disfrutar más a menudo de esa copita ya que desde hace unos meses vuelvo a vivir en Jerez, que se ha convertido en mi campamento base de momento.

Wagner, Verdi, Mozart… ¿Con qué compositor se queda de todos los que has podido estudiar?

En orden de preferencia: Mozart, Bellini, Verdi, Puccini, Wagner, y, recientemente, Rachmaninov.

Todos tenemos ídolos musicales, en mi caso particular, Jonas Kauffman es puro placer para mis oídos ¿Cuál es el de Maribel Ortega?

Jonas Kauffman me encanta, también Placido Domingo. Otras voces que admiro, Luciano Pavarotti, Mirella Freni, Renata Tebaldi, Anna Netrebko, Elina Garança, Violeta Urmana, Dolora Zajick, Teresa Berganza, Renee Fleming. En mis inicios me emocionaba escuchar a Franco Corelli y Maria Callas, ahora me gusta deleitarme con otras voces, aunque a veces éstas no sean de actualidad, como Kirsten Flagstad, Marian Anderson ó Leontyne Price. Mi lista es larga...

España tiene grandes escuelas de canto y ha tenido grandes figuras en lírica ¿Cuál ha sido para usted la figura que más ha marcado a este país?

Pues creo que hay varios nombres, Plácido Domingo, José Carreras, Alfredo Kraus y por supuesto, la gran Montserrat Caballé.

Entre Zarzuela y Ópera, si te dieran a elegir ¿Con qué se queda?

Aunque me gusta mucho la zarzuela, creo que mi voz se encuentra más cómoda y brilla más en la ópera. De hecho sólo he representado una zarzuela en mi vida, Los Gavilanes de Jacinto Guerrero. Aunque siempre que puedo incluyo romanzas en mis recitales, sobre todo fuera de España.

Goza de premios nacionales e internacionales ¿Hay espacio para muchos más en ese rincón particular de su hogar? ¿Qué siente cuando entra en esa habitación y los ve?

Si soy sincera, los tengo todavía guardados en cajas...de mi última mudanza. Los premios están bien, pero el reconocimiento más gratificante es el aplauso del público al final de un concierto o una representación. Esa emoción se guarda en el corazón  y siempre hay sitio para ese tipo de premios.

¿Cómo es el día a día de una soprano como Maribel Ortega?

Pues muy normal...creo. Aunque depende de si tengo o no ensayo o si actúo por la noche. Cada día es distinto. Si no actúo, intento levantarme relativamente temprano, desayuno y últimamente hago algo de natación y ejercicios cardiovasculares. Luego hago un poco de trabajo de oficina y también estudio. Intento ver a la familia y a los amigos cuando ambos podemos. Si tengo actuación, intento descansar lo máximo posible. Caliento un poco la voz, repaso el papel o las piezas del concierto, y me preparo para irme a la función.

"Todavía no he coincidido con Ismael (Jordi) en el escenario y sería un honor para mí"

Cada persona es diferente al igual que cualquier cantante lírico ¿Cuáles son las canciones o piezas con las que se despierta Maribel Ortega en su cabeza?

Normalmente me despierto y me voy a dormir con lo que estoy estudiando o cantando en ese momento...Sin embargo, lo que siempre viene a mi mente cuando estoy relajada es la melodía de “La luce langue” de Lady Macbeth...(un papel que no me abandona nunca)

Siempre se ha usado el tópico de “Yo solo canto en la ducha”, ¿ha tenido que ir algún vecino a su casa para quejarse o en su caso para agradecer la melodía de su voz?

Cuando era jovencita y empezaba a cantar, se quejaban bastante...no paraba de cantar y supongo que molestaba bastante. Ahora intento no cantar mucho tiempo seguido para no cansar a los vecinos. Tengo suerte porque parece que a mis vecinos actuales no les molesta demasiado. Sin embargo, a lo largo de mi carrera he vivido de todo, gente que no aguantaba el “ruido” y gente que echaba de menos mi voz cuando no estaba.

Además de la lírica, ¿qué otros gustos musicales tiene Maribel Ortega?

Mis gustos musicales son muy variados, o por lo menos intento que lo sean, pero van cambiando según la época de mi vida. De más joven, me gustaban Queen, Enya, Whitney Houston, Elvis Presley, bandas sonoras, ... Actualmente, escucho más música nacional, todo lo que llega a mis manos, aconsejado por amigos. También pongo la radio e intento oír lo que está de actualidad. Me gustan las voces de Adele y Amy Winehouse, también me gusta Dulce Pontes, voces femeninas, normalmente.

Envidia y malas lenguas hay en todos los ámbitos pero como soprano, ¿por qué existe el tópico o el pensamiento de que en el mundo de la lírica se crea la figura de “la diva” o “el divo”?

Este concepto viene de antiguo y supongo que está muy relacionado con el magnetismo que desprenden los artistas sobre el escenario. Ese halo, entre mágico y divino, que los convertía en seres especiales, con un don divino, y que hechizaba al público de aquella época. La vanidad del cantante era tan sobrealimentada que se creían realmente especiales fuera del teatro, dando lugar a comportamientos caprichosos y soberbios...Hoy en día, sigue habiendo algunos, pero la mayoría de los cantantes nos consideramos gente normal que hace su trabajo. Yo diría que el divo del siglo XXI es el director de escena.

Dejándose llevar por la imaginación, ¿qué le parecería una obra con Maribel Ortega, Ismael Jordi y Jonas Kauffman junto al Coro del Teatro Villamarta? ¿Cuál le haría más ilusión interpretar con ese cartel?

Me gusta dejarme llevar por la imaginación... Todavía no he coincidido con Ismael en el escenario y sería un honor para mí. Tenemos repertorios diferentes y supongo que eso dificulta nuestro encuentro en producciones de ópera, quizás sea más factible un recital o una zarzuela. Aún recuerdo una anécdota de hace años, él cantaba en el Teatro Villamarta, en la zarzuela Los Gavilanes. Creo que era una de las primeras cosas que hacía y yo estaba entre el público. Al oírlo, me emocioné. Yo todavía no había empezado mi camino y cuando terminó la función fui a verlo para que me firmara un autógrafo, lo dedicó a “su colega”...desde entonces estoy deseando compartir escenario con él. Espero que ese día llegue. Con Jonas Kauffman sí que tengo repertorio en común. Y sería increíble poder cantar repertorio alemán con él. Otro sueño hecho realidad por partida doble: cantar Wagner y coincidir con él en alguna producción de, por ejemplo, Die Walküre. O también una Tosca, por qué no?

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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