Vocación literaria "desde siempre"
Manuel Herrero Villanueva cuenta 70 años de edad y un extenso bagaje en la política local. En la década de los 80 entró como concejal en el segundo Ayuntamiento democrático, formando parte del gobierno de Pedro Pacheco. Más tarde pasó a militar en el PSOE, sumando una década dedicada a la política.
Su vida profesional ha estado vinculada durante cuatro décadas a la banca, aunque siempre ha mantenido y desarrollado su vocación literaria como articulista en diferentes medios, entre ellos lavozdelsur.es. Afirma que sus artículos se cuentan por miles y es autor también de numerosos relatos y de unas cuatro novelas terminadas. Como él dice, en el ‘horno’ tiene una cadena más. Ahora presenta su último trabajo, su primer thriller titulado Grazalema fue solo el principio, editado por Octubre Negro Ediciones, de Getafe.
Pregunta: ¿'Grazalema fue solo el principio' es una novela policíaca, una novela negra?
Respuesta: Eso ahora se llama thriller. Es una novela más de intriga psicológica, que mezcla crímenes y, en mi caso, como conozco el mundo bancario tras 40 años trabajando en este sector, entra también el blanqueo de capitales, la delincuencia económica… No es una novela de crímenes, pero sí que hay uno y lo investigan.
P: ¿Y por qué Grazalema?
R: Yo vivía en una casa en Grazalema hace tiempo y soy un enamorado de la Sierra de Cádiz. Monté un primer relato allí sobre la desesperanza. Poner una película empezando en Grazalema no es lo mismo que ponerla, por ejemplo, en otro escenario en Cádiz, en una playa o algo así. Pero Grazalema fue un hecho casi estético. También porque me cogía a medio camino entre varios escenarios de los crímenes.

"Grazalema fue un escenario elegido por estética y por su conexión con varios puntos clave del relato"
R: Editado y publicado sí, pero no es mi primera incursión. Tengo tres porque le cogí gusto a esa forma de expresarme. Me gusta el thriller, porque como tal se puede decir que asimismo es el Quijote.
P: ¿Tiene algún autor como referente?
R: Tengo muchos. Dashiell Hammett, Leonardo Padura, que es un cubano espectacular; Vargas Llosa, Vázquez Montalbán. Ahora mismo, el que más me gusta es Leonardo Padura, que es un cubano espectacular, que además, curiosamente, vive en La Habana y pone a parir al régimen cubano. No sé cómo vive ahí todavía ese hombre.
"¿Un referente? Leonardo Padura, un cubano espectacular que critica desde dentro al régimen"
R: Mi estilo depende de la escena, suele ser crudo, seco y también, en algunos momentos, romántico. Intento sumergir al lector en un ambiente. Imagínate que hay una persona que tiene que hacer en un momento determinado un salto en la línea argumental. Al principio lo sitúo muy amable y después lo pongo como un diablo. El estilo lo tengo que adaptar a lo que estoy escribiendo.
R: Eso nunca se pierde. No la actividad, pero sí el gusanillo. Miras la política con otros ojos. Fui un niño de la Transición, tenía entonces 18 años. Los que tenemos la evidencia de haber pasado la Transición, la política de ahora nos interesa mucho, pero también nos da un poco de asco. Entonces yo hablaba con toda la gente del Partido Popular. Y sigo siendo muy amigo de todos los concejales que estaban entonces en el Partido Popular, en el Partido Comunista, en el Partido Socialista y con Pacheco. Era otra forma de vivir la política.
R: Es que no es una política de consenso. No es una política de intentar llegar a algún sitio. Parece como si fueran a un ring de boxeo todos los días. Antes me reunía con el PP, y eso que teníamos mayoría absoluta. Hoy parece que lo que interesa es salir en la prensa el primero diciendo la barbaridad más grande.
P: Estas vivencias que se han acumulado en la política, ¿no le inspiran un thriller político?
R: Lo tengo. Lo que pasa es que no consideraba el momento para que fuera mi primera salida. Por ejemplo, en Facebook cada vez pongo menos cosas porque es difícil dar una opinión que tú crees que es la verdad sin que te ataque la gente como si estuvieras diciendo que a su madre la habían violado. Me ha parado eso. Pienso que si sacaba el libro lo catalogarían de antemano o estarían condicionándolo con mi pensamiento político.
P: ¿La polarización es peligrosa para la democracia?
R: No debería ser, pero desgraciadamente hay polarización. Yo, por ejemplo, en el tema del fútbol. Hay gente que va a pegarse de guantazos e incluso hasta matarse. No es normal. Eso es polarización, que está pasando en la humanidad, en la sociedad en general. Es raro que en una cena de amigos o en una cena de familia no haya una discusión en la que llega un momento en que no puedas seguir porque es difícil no ir a más de la dialéctica. Es verdad que la polarización siempre ha existido, pero ahora está tomando unos tintes muy peligrosos.
"La democracia y la convivencia son ideas imparables, aunque tengan sus altos y sus bajos"
P: ¿Tanto como para poner en riesgo la convivencia?
R: Creo que no. En eso sí estoy bastante esperanzado. Los que hemos conocido otras formas de vivir en España, creo que nadie va a querer volver atrás. ¿Hay peligros? Pues sí, pero los peligros son cada vez más globales también. Por ejemplo, en la comida. ¿Serías capaz de cambiar el gusto de la gente por comer hamburguesas? Pues no. También con la celebración del Halloween. Son cosas imparables y la democracia es una idea imparable. La democracia y la convivencia son ideas imparables y tendrán sus altos y sus bajos, sus retrocesos y sus avances. Tengo esperanza en la humanidad.
P: Otro frente es la corrupción, con políticos entrando en la cárcel, una circunstancia que agría aún más el debate en la sociedad.
R: Durante cinco años trabajé en Cádiz en la avenida Ana de Viya. La paralela a esta se llama calle Los Balbos, que era una famosa e importante familia gaditana en los tiempos del Imperio romano. Cuando se descubrió el teatro romano de Cádiz apareció una pintada que decía "Balbos ladrones". O sea, que la corrupción está unida al humano. En España los casos que se dan, que son horribles y asquerosos, estamos por debajo de Estados Unidos, por ejemplo; y muy por debajo de Suecia, imagínate. Y no es excusa para las asquerosidades que han hecho. Debemos tener leyes más duras, que obliguen a la gente a devolver el dinero y que no los dejaran salir de la cárcel. O que familias herederas de mafiosos y de corruptos sigan viviendo con la riqueza que consiguieron sus padres con la corrupción. La corrupción es un mal tremendo, es un cáncer para la sociedad y puede acabar con que la gente se desilusione con la democracia y entonces llegue el dictador que nos quite la democracia.


