Un repaso a la vida y trayectoria de Adrián Llamas Meira, pintor, escultor y ceramista.

Conversamos con Adrián Llamas Meira, en el local de la asociación de vecinos del centro histórico, que al ser un pintor, escultor y ceramista de Jerez de la Frontera, puede hablarnos con conocimiento sobre los problemas de la artesanía en la ciudad.

¿Cuándo empezó con este trabajo?

Desde el año 2000 al año 2002 estuve estudiando en la Escuela DellaRobbia, antes estuve trabajando en Alicante, pero acabé harto de ese mundo y volví a Jerez para buscar algo relacionado con el arte porque ya desde el 73 al 76, en la Escuela de Oficios de Jerez, me introduje en ese mundo y, tras mi experiencia fuera, me decidí a retomar esto. Entonces, una amiga me habló de una escuela de cerámica artesana y artística. Fui allí, me hicieron una entrevista y me cogieron, por lo que tomé esa oportunidad y me decidí por la especialidad de pintura cerámica.

¿Hay muchas más ramas?

Sí, existen muchas ramas además de la especialidad de pintura cerámica, como, por ejemplo, la de alfarería o la de modelado.

¿Cuánto tarda en hacer un trabajo normalmente?

Los maestros que yo he tenido en la Escuela de Artes y Oficios de Jerez y en la Escuela de artesanos DellaRobbia me decían: "Esto no es cuestión de tiempo sino de aprender a hacerlo bien, para que lo interiorices".

"Los maestros que yo he tenido me decían: 'Esto no es cuestión de tiempo sino de aprender a hacerlo bien, para que lo interiorices"

¿Hay muchos sitios para aprender cerámica?

Aquí, en la Escuela de Artes y Oficios de Jerez, puedes introducirte, pero el único lugar para aprender bien lo que es el oficio de la cerámica está en Gelves (Sevilla), en la Escuela DellaRobbia, que es un sitio magnífico, aunque ha pasado por muchos problemas porque ha estado algunos años sin funcionar, aun siendo una de las mejores escuelas.

¿Tiene entonces mucho reconocimiento?

Pues sí, porque a esa escuela ha ido gente de Alemania, Austria e Italia para aprender, en el pueblo de Gelves, cómo trabajar la cerámica tradicional.

En este momento, Adrián nos enseña algunos de sus trabajos y uno de ellos nos llama especialmente la atención por la técnica utilizada. Hablando con él, nos explica que está realizado con la técnica artesana tradicional de la cuerda seca, la cual es muy típica de la cultura andalusí y que consiste en la aplicación de una grasa sobre un azulejo, con un fundente y un colorante, para luego introducir la pieza en el horno, creando dibujos y formas geométricas de diferentes tonalidades. Cabe señalar que esta técnica siguió utilizándose en períodos posteriores y que se sigue reproduciendo en la actualidad gracias al trabajo de artesanos como Adrián Llamas.

¿La técnica de la cuerda seca se sigue realizando exactamente igual que antaño?

Antiguamente, en el medievo, se hacía con una brocha de pelo de mulo. Tú mojabas el esmalte y se quedaba enganchado en el pelo. Por este pelo, caía poco a poco y empezabas a rellenar los huecos de la pieza para hacer los azulejos. En Sevilla, todavía hay un taller que hace eso, pero, en el fondo, las técnicas no han cambiado mucho.

Pero hoy en día tenemos la cerámica industrial…

Sí, pero la cerámica industrial es la que utiliza, por ejemplo, la serigrafía, ya que esa técnica le permite a las grandes empresas pasar el azulejo por una máquina y poner el esmalte. Así te salen miles de azulejos, pero están seriados y con este otro estilo, está todo hecho a mano y claro, ahí está su gracia, porque no todo es perfecto ni es igual. Este trabajo, en cambio, es pintura y al final, es parecido a pintar un cuadro, pero hay que meterlo en el horno y por eso, tienes que tener en cuenta que hay minerales y sustancias químicas que generan una serie de reacciones. En la Escuela DellaRobbia, aprendes, por eso, a fabricar y a utilizar tus propios esmaltes. De esta forma, parece que estos azulejos son muy antiguos, pero en realidad, sencillamente utilizamos la misma técnica.

¿Utiliza mucho esas técnicas?

Yo procuro imitar esas técnicas, es la gracia de mi trabajo, que al aprenderlas puedo imitar los estilos antiguos.

Entonces, un espacio como el Zoco de Artesanía sería muy adecuado para un taller y para crear una escuela que enseñara este oficio.

Hablando de escuela de oficios, cuando estaban rehabilitándose los Claustros de Santo Domingo y el Alcázar de Jerez, yo me fui con toda mi paciencia a proponer un proyecto para crear una escuela. Entre unos amigos y yo, montamos un pequeño dossier que presentamos a los técnicos de la Moncloíta en una entrevista y les gustó la idea, pero el político es al final el que tiene la última palabra.

El que nos atendió nos dijo que era muy interesante y que podríamos sacar una rama para cada oficio; carpintería, cantería, etc. Así se formaría a los alumnos en azulejería con las técnicas antiguas, con idea de que todos los azulejos que fueran a necesitarse en Santo Domingo y en el Alcázar, fuera para fuente o para bancos, pudieran hacerse con estas técnicas para no utilizar los azulejos industriales. Así usaríamos azulejos nuevos pero aplicando las técnicas antiguas y, aunque el proyecto gustó, al final, aún sigo esperando una respuesta.

"Antiguamente, en el medievo, se hacía con una brocha de pelo de mulo"

¿Se podría hacer restauración de los azulejos?

Eso es muy complicado, el caso sería poner una pieza parecida haciendo notar que es un agregado, pero lo que es restaurar, aunque se puede intentar, es difícil, porque hay que tener en cuenta que no podemos rehacerlo. Tapamos y pintamos, pero esa pieza ya no podemos volver a meterla en el horno. Eso sí, cuando restauraron la Plaza de España, hubo un estudio previo de la Universidad de Sevilla porque hubo muchos azulejos en los que el esmalte se había separado del soporte de barro cocido por culpa de las floraciones del salitre y de la humedad. Entonces, allí, decidieron meterlo otra vez en el horno porque la pieza ya estaba estropeada, pero resultó que aguantaron y el esmalte se volvió a reintegrar, de forma que muchos de esos azulejos siguen siendo los originales.

¿Cuánto tiempo puede pasar un azulejo en el horno?

Pues una pieza, como mínimo, pasa entre 24 y 48 horas, porque tienes que esperar que el horno se enfríe completamente, salvo que tú quieras usar una técnica especial llamada craquele. En esta, usamos piezas de cierto grosor y las metemos en el horno a una temperatura de 100 grados, abrimos la puerta y, con unos guantes especiales, cogemos la pieza, a la que llamamos tocho, y la sacamos para luego echarle agua. Entonces, empieza a rajarse y se queda ese efecto de rajado, queda muy bonito porque, si encima le pones betún de Judea, se pintan las grietas y, si limpias el resto, hace contraste con el resto de la pieza.

Hay que jugar mucho con los tiempos…

Sí, en una pieza de barro, un azulejo o una escultura, tú tienes que jugar con el tiempo que te toque. Si es verano, pues secará antes y si es invierno, pues no secará nada, pero también depende de cómo sea cada pieza. Tienes que saber que con esto hay que esperar y que, si toca aguantar un mes, pues un mes, no podemos meterle prisa a esto.

¿Este oficio está muy ligado a Jerez?

Cuando presenté el proyecto del que hablamos antes, hice un pequeño estudio y averigüé que aquí se hacía cerámica. Encontré restos de talleres y, bueno, aquí tenemos una calle llamada cantarería, ¿no? Por algo será. Estamos hablando de que, en la Edad Media, en las ciudades, las calles tomaban los nombres de los oficios que había y no me extrañaría que hubiera más, pero claro, en el siglo XIX, cuando llegó la industrialización, se arrasó y todos estos oficios se trasladaron a Sevilla ¿Quién se puede imaginar que Jerez, antes del siglo XVIII, era una de las ciudades que más producía aceite de oliva? Entonces, claro, llegó la época del vino y en un campo en el que había olivos y que daba poco, se pasó a la viña, que era mucho más rentable. Gracias a esto, me he dado cuenta de que aquí había muchos talleres cerámicos y mi idea es montar cosas de aquí, pero entiendo que es muy difícil, aunque creo que la artesanía puede ser fundamental para recuperar el casco histórico de nuestra ciudad, en colaboración con la asociación de vecinos. No sólo eso, sino porque considero que el potencial de la artesanía y de los oficios en Jerez es impresionante pero no se apoya.

¿Cómo se plantea su trabajo a día de hoy?

Pues hoy en día afortunadamente estoy muy bien y llevo unos años dando clases de cerámica aquí en el centro de Jerez. Intentando transmitir mi pasión por esto y echándole muchas ganas.

¿Cree que se puede vivir de esto?

Es complicado, pero creo que, si las cosas se hacen bien, se puede. Pongo de ejemplo Sevilla, allí, yo creo que se está haciendo mucho mejor y no veo por qué motivo no podríamos hacer aquí lo mismo.

Recomendamos el blog de Adrián Llamas para que todo aquél que quiera conocer un poco más acerca de la cerámica, pueda ver sus trabajos.

Sobre el autor:

Foto Francisco Romero copia

Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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