[Estamos también en WhatsApp y en Telegram. Síguenos]
Hubo un tiempo en que en España noviembre era el mes de difuntos. El 31 de octubre era el de acostarse temprano para coger el autobús al cementerio a primera hora del día 1, con las flores ya preparadas, o previendo dónde comprarlas. Día de cepillo y hacer el cuerpo a contarle a nuestros muertos qué ha pasado desde la última vez. El 31 de octubre, hoy, ni mejor ni peor, es una fecha de niños y de jóvenes. Unos, disfrazados en el cole; otros, tomando las discotecas para iniciar el puente. Pero mientras los establecimientos están decorados con falsas telarañas, en la calle San Luis, en la iglesia desacralizada de San Luis de los Franceses, volvía 15 años después la representación del Don Juan por parte de la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla. Un grupo de actores y de actrices que surgió hace casi 20 años, en 2005, precisamente para esta obra y este lugar, adonde vuelven tres lustros después, bajo el espacio y con el impulso de la Diputación de Sevilla.
Una obra, la de Don Juan Tenorio, que está en la historia sevillana. Porque su trama transcurre en la ciudad. No es la única obra en esta Sevilla dramática, pero quizás la más popular. Porque Don Juan es uno de los textos más representados en el teatro español, desde aficionados hasta profesionales. Un texto que fue un éxito a finales del siglo XIX como una de las obras que mejor explican el romanticismo español. Romanticismo, adviértase, nada tiene que ver con amoroso, sino con el movimiento cultural y filosófico posterior a la Ilustración y que explora los sentimientos, tanto humanos como colectivos. En lo personal, el romanticismo supuso una restauración de puesta en el centro de las preocupaciones mundanas, del instinto, del espíritu, llevando las obras a las enseñanzas populares, quepan o no en la idea de obra de gran calidad. Y en lo colectivo, fue el siglo de conformación de los nacionalismos, de las identidades compartidas y de los elementos que la conformaban. El siglo XIX surge de verdad el estado-nación. El Tenorio es una obra profundamente religiosa y se hizo enormemente popular, al estilo de lo que hoy sería 'lo más visto' en Netflix o Telecinco.
Era popular y lo sigue siendo hoy en día. Esta semana, ha sido uno de los grandes planes para Halloween y Día de Difuntos en Sevilla. Este 28 de octubre, lunes, salían a la venta las entradas para la segunda tanda de actuaciones hasta este 2 de noviembre. "En minutos me estaban llamando para decirme que se habían agotado por internet", director de la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla. "En 2005, en esta iglesia, comenzó la compañía. Pensábamos estar dos semanas allí, sin otro interés. Estuvimos cuatro temporadas seguidas, de octubre a Semana Santa. Cuando la Iglesia entró en restauración, fuimos de gira por toda España, fue un nacimiento feliz", rememora. Aquello fue un experimento, emplear una iglesia desacralizada como escenario para apenas 100 personas de público. El pasado año, Motilla caviló sobre recuperar el Tenorio en San Luis tras 15 años, y finalmente se ha llevado a cabo.
Esta obra, considera Motilla, puede convertirse en un atractivo turístico y cultural si se representara todo el año, de forma estable. "El lugar es precioso, un ejemplo del barroco, y eso hace que se genere mucha demanda, que se llene cada día". Además, por ese atractivo que genera Don Juan Tenorio desde hace siglo y medio. "Podemos hablar de La Vida es sueño o de alguna obra de Lope, pero creo que Don Juan es la obra más popular del teatro español. He actuado muchas veces como Comendador, y veo a gente mover los labios, porque se sabe los textos".
Una obra de la condena y contrición, una especie de Crimen y castigo cuasirreligioso y de romance prohibido. La de la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla es la representación tradicional. "Hay más de 500 donjuanes, pero queremos hacer tal cual fue escrita, porque creo que es una barbaridad cambiar el punto de vista". Un pendenciero, "un sinvergüenza, que ha violado, matado, y se enorgullece". No pasaría el filtro de lo correcto si se pone la lupa, pero precisamente el fin de la obra es denunciar a quien no vive con rectitud. "Que sea el público el que tome su punto de vista".
La obra que fue inicio es también recorrido y futuro para la Compañía. "Este mes de octubre he tenido más de 30 nóminas: 10 o 12 en el Alcázar, esta obra, más los técnicos... El apoyo institucional es el que es, y hay que pelear mucho porque nadie regala nada, pero seguimos luchando para rescatar textos universales como éste". Una Sevilla que tiene actuaciones, pero "muy poco de teatro clásico. Me gustaría que fuéramos 10 o 15 compañías para dar vidilla a nuestra profesión, donde hay un 90% de paro a nivel nacional, con escuelas en Sevilla, Córdoba y Málaga, con unos 150 chavales que quieren ser actores al acabar de estudiar y no hay mecanismo que les absorba, así que se van a Madrid".
Ahora, habrá que esperar al año que viene para volver a ver Don Juan Tenorio en San Luis. Habrá que correr para volver a lograr las entradas.
