La Delegación Territorial de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta en Cádiz, a través de la Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental, acaba de adquirir en subasta pública un valioso ejemplar de la que es considerada primera obra de la bibliografía flamenca: Colección de Cantes Flamenco recojidos y anotados por Demófilo, editada en Sevilla en 1881.
Según ha indicado la Junta en una nota, aunque el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco ya atesoraba entre sus fondos un ejemplar de esta obra, la adquirida recientemente se encuentra en mejor estado y, sobre todo, tiene el valor añadido de estar autografiado por el propio Demófilo, con una dedicatoria para el filólogo y musicólogo gaditano José María Sbarbi.
Demófilo fue el seudónimo de Antonio Machado y Álvarez, padre de los poetas Manuel y Antonio Machado, y eminente folklorista andaluz. La obra de Demófilo se enmarca dentro de las corrientes de estudio científico de las manifestaciones folklóricas, que se desarrollan en toda Europa en la segunda mitad del siglo XIX, y una de cuyas manifestaciones es la aparición de las "sociedades de folklore".
Obra de Demófilo.
La primera se funda en Londres en 1878, y sólo tres años más tarde aparece en Sevilla la sociedad El Folk-lore Andaluz, impulsada por el propio Demófilo, con la firme idea de acercar los estudios científicos a las manifestaciones culturales andaluzas incluyendo entre ellas y sin duda el arte flamenco. Su labor en este campo fue incansable, hasta el punto que se dejó en el empeño tanto la estabilidad económica de la familia como su propia salud. Murió prematuramente a los 47 años.
Su trabajo en el campo del flamenco lo convierten, en palabras de Félix Grande, en el "fundador de la Flamencología". Daniel Pineda Novo en el título de la más completa biografía editada hasta el momento de Antonio Machado y Álvarez, lo califica como "el primer flamencólogo español".
Aunque la aparición del término y del concepto Flamencología es posterior a la obra de Demófilo, se reconoce generalmente que la Colección de Cantes Flamencos, recojidos y anotados por Demófilo
publicada en Sevilla en 1881, constituye el primer paso en la aparición de los estudios científicos sobre el arte flamenco, y supone el inicio de una bibliografía específicamente flamenca.
Aunque los años transcurridos desde su publicación, obviamente no han pasado en vano. Los numerosos estudios flamencos que, desde diferentes disciplinas científicas, se han ido llevando a cabo a lo largo de estos años, han venido en ocasiones a revisar o a desmentir algunos de los supuestos sobre los que se asienta esta obra de Machado y Álvarez. Pero ello no impide que siga siendo de obligada lectura para cualquier amante o estudioso del flamenco, además de una de las más bellas recopilaciones de la lírica popular andaluza.En palabras de Manuel Machado: “Son además las coplas aquí contenidas las mejores y más famosas, elegidas principalmente con sacrificio –cruel para el colector-de otros valores folklóricos, por su valor estético y profundidad sentimental, así saben encerrar muchos tomos de filosofía en los tercios de una soleá, como toda una gama vivida y sufrida de penas y alegrías-más de penas naturalmente-en el quinto extracto de poema dramático que es una seguiriya”.
El libro consta de un prólogo sobre el origen de los diferentes cantes flamencos y una recopilación de 772 letras de martinetes, deblas, tonás, livianas, seguiriyas, soleares, polos o cañas. Incluye una biografía de Silverio Franconetti (Sevilla, 1829-1889) y un repertorio de sus letras y termina con una "lista de algunos notables cantadores de flamenco". Para su trabajo de recopilación contó con la colaboración del cantaor Juanelo de Jerez.
La noticia de la venta del libro en subasta pública en Madrid llegó al C.A.D.F. a través de un usuario y buen amigo del Centro, el Doctor en Flamenco Idelfonso Vergara Camacho, a quien el CADF agradece la colaboración.