Monumento a la Constitución española de 1978

La escultura combina la abstracción figurativa con el realismo, en aras de lograr una mayor carga expresiva y simbólica

Monumento a la Constitución de 1978 en Cádiz.
05 de diciembre de 2025 a las 08:00h

Este hito escultórico fue muy controvertido cuando se erigió. Constituyó una apuesta innovadora no solo por parte de su autor, sino también por parte de sus patrocinadores. 

Monumento a la Constitución de 1978, vista general, desde el lado izquierdo.

El monumento a la Constitución Española de 1978 se inauguró el 2 de mayo de 2008, en el treinta aniversario de la misma. Está situado en la plaza homónima, en las Puertas de Tierra. El Ayuntamiento gaditano renombró esa plaza dedicándola a la Carta Magna en 1979. 

Desconozco la causa de la fecha elegida para su inauguración, pero, paradojas de la historia, ese día se conmemoraba el doscientos aniversario del levantamiento del pueblo en Madrid contra el invasor francés o, lo que es lo mismo, el inicio de la toma de la soberanía nacional por los ciudadanos.

El Ayuntamiento, presidido por doña Teófila Martínez, planteó la necesidad de que Cádiz, como "Ciudad Constitucional" y origen del constitucionalismo español, erigiera un monumento a la Constitución de 1978, en los prolegómenos de la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812

Este monumento fue controvertido ya desde su proyecto, considerándolo poco representativo de la Constitución de 1978. Sin embargo, los patrocinadores quisieron que la obra fuese realizada por un artista de la ciudad y defendieron la propuesta escultórica de su autor, Luis Quintero Brea.

Monumento a la Constitución de 1978, vista general desde el ángulo izquierdo.

Su primera propuesta, la representación de un hombre en bronce, decapitado y apoyado en una esfera y sostenido por un triángulo de mármol, y que ofrecía una visión fragmentada y real de la libertad en el mundo, fue modificada por considerarla el artista “un tanto dramática”.

Con el resultado final, para el que el autor tuvo absoluta libertad creativa, que consiste en la representación de un “pájaro-jaula”. El artista, de entrada, con esta obra, pretendía dar una imagen más positiva tanto de la Constitución de 1978 como de la ciudad de Cádiz.

Para Luis Quintero, el monumento a la Constitución es su segunda obra de estatuaria pública en Cádiz. Representa un pájaro sin alas, situado en paralelo a la avenida de entrada al casco antiguo, con su cabeza y pico orientados hacia los barrios de extramuros.

La figura es transparente en el cuerpo, la cabeza y la cola. Está realizada en acero inoxidable a base de unas barras cilíndricas que conforman su forma exterior (una esfera y una forma ovalada, desiguales en tamaño: cabeza y cuerpo, y una pirámide alargada e inclinada para la cola).

Los tramos en que se dividen los barrotes de las esferas se sueldan a pletinas circulares, y los de la cola a pletinas cuadrangulares. Estos elementos permiten la sujeción y dan consistencia a la obra, que mide 9 metros de altura por 10 de anchura. 

Monumento a la Constitución de 1978, vista general desde la base.

La transparencia de la figura deja ver las Puertas de Tierra al fondo o el edificio de la Delegación de Hacienda. Únicamente es compacta en la parte de las garras, de gran tamaño, propias casi de un águila, apoyadas firmemente en una cruceta formada por dos cilindros en forma de "T", sugiriendo el mecanismo detonador de un explosivo. El resto de la figura, que es la de un pájaro pequeño, transmite ligereza, cualidad que se acrecienta por la estructura enrejada. El pájaro representa la libertad infinita, sin límites, apoyada firmemente en la Constitución.

La estructura enrejada representa la ausencia de esa libertad, a la que se accede por la escalera que se conforma en la larga cola del gorrión o pinzón. La escultura combina la abstracción figurativa con el realismo, en aras de lograr una mayor carga expresiva y simbólica.

Luis Quintero trabajó en la escultura con elementos contrarios: libertad y opresión, pájaro y jaula. Si el pájaro tiene forma de jaula (pájaro-jaula o "jaulajaro", así fue denominado desde el primer momento), las rejas bien podrían representar la protección de las libertades que nos da la Constitución.

La escultura de la Constitución se asienta sobre un pedestal elevado, de planta triangular y aplacado en granito negro pulido. En el lado de la base se han adherido sendas placas de granito rugoso más claro: en la superior, el escudo de la ciudad, y en la inferior se ha situado la leyenda conmemorativa.

Monumento a la Constitución de 1978, placa conmemorativa.

En los lados del triángulo se ha grabado el texto en versales inscritas de dos artículos de la Constitución: el número 1, relativo a la definición de España, los valores que la fundamentan, la Soberanía Nacional y la forma política del Estado Español.

Monumento a la Constitución de 1978, leyenda artículo nº 1.

En el lado del pedestal que da a la avenida, figura el artículo 14, que fundamenta la igualdad de todos los españoles. Bajo los artículos se han adherido sendas placas de granito, semejantes a las de la base, en este caso referenciando a los mismos en el texto de la Constitución.

Monumento a la Constitución de 1978, leyenda artículo nº 14.

Luis Quintero incorporó al monumento un elemento que lo convertiría en una escultura dinámica y cambiante. La idea era que la jaula se abriera, en la parte del pecho del ave, de forma automática cuando alguna persona enviase un mensaje SMS relativo a las libertades.

Una empresa operadora de telefonía gestionaría los mensajes, y los beneficios económicos se destinarían a una ONG pro derechos humanos (se pensó en Amnistía Internacional). El mecanismo se probó en el acto de inauguración por el propio escultor, que afirmaba que "la idea tenía algo de romántica”.

Monumento a la Constitución de 1978, detalle mecanismo de apertura.

Lamentablemente, ninguna empresa se hizo cargo de la explotación de esa idea y la jaula nunca se llegó a abrir, quedando olvidada, como otras propuestas escultóricas innovadoras en la ciudad. 

Monumento a la Constitución de 1978, detalle de su estado.

Por otro lado, su material constructivo, el acero, aunque inoxidable, demanda unas labores de mantenimiento que no han sido realizadas, y en consecuencia, el óxido empieza a aparecer.

Sobre el autor

Manuel Holgado García

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