El monumento a Carlos Edmundo de Ory

Carlos Edmundo de Ory nació en Cádiz, en 1923, hijo de un poeta modernista, también gaditano, Eduardo de Ory. La obra está compuesta de dos elementos, el pedestal y la estatua-retrato

Escultura a Carlos Edmundo de Ory.
31 de octubre de 2025 a las 14:01h
Actualizado a 07 de noviembre de 2025 a las 09:42h

Esta escultura pública se inauguró el 27 de abril de 2015; surge fruto de la colaboración de la Fundación Carlos Edmundo de Ory, y de la Fundación Municipal de Cultura, junto con el Ayuntamiento de Cádiz, que sufragó su erección, en justa correspondencia no solo por tratarse de uno de sus ilustres hijos, sino también por la legación que hizo a la ciudad de su patrimonio documental y artístico.

La obra se encargó al escultor y amigo del poeta, Luis Quintero, que en mayo de 2012 presentó al Ayuntamiento una maqueta del proyecto en el que se le representaba sentado en uno de los laterales de la glorieta dedicada al escritor; frente a la casa donde nació el autor, en la alameda de la Apodaca. El pedestal vacío quedaría en el centro. Idea que quedó posteriormente desechada.

Maqueta monumento Carlos Edmundo de Ory.

Carlos Edmundo de Ory nació en Cádiz, en 1923, hijo de un poeta modernista, también gaditano, Eduardo de Ory. 

Su obra se relaciona con las vanguardias poéticas del siglo XX. En 1945, tras trasladarse a Madrid, fundó el Postismo, un movimiento postsurrealista, un nuevo dadaísmo ibérico; en un principio fue rechazado, encontraría en el “Manifiesto Introrrealista”, de 1951, el reconocimiento de escritores de la talla de Vicente Aleixandre y Eugenio d'Ors. 

Se instaló en Francia en 1955, huyendo de la asfixia política y social, y allí pasó el resto de su vida, en pequeña localidad llamada Thezy-Glimont, cercana a Amiens, donde ejerció como bibliotecario.

Autor muy desconocido hasta la década de los setenta, cuando comienzan a emerger sus antologías poéticas y obras diversas. Siguió con su abundante producción literaria, hasta prácticamente el final de su vida. Tuvo el reconocimiento político y social en todos los ámbitos. Falleció el 11 de noviembre de 2010 en Thézy-Glimont, Picardía, Francia, con 87 años.

La obra está compuesta de dos elementos, el pedestal y la estatua-retrato.

Original en barro, vista frontal.

El pedestal de base cuadrangular, con un basamento formado por dos escalones. Ambos sobresalen cuerpo principal. Está aplacado en granito gris pulimentado, El pedestal, tiene dos elementos, una placa de bronce en un lateral. En la parte superior, dos huellas lisas y ligeramente entreabiertas, en dirección hacia la placa.

Delantera del pedestal.
Huellas en la parte superior del pedestal.

La figura está realizada en bronce hueco, y fue fundida en la fundición Capa S.A., a partir de un original de barro. Es de tamaño ligeramente mayor que el natural, tiene 185 cm de alto y 70 cm en la parte más ancha, la espalda. Es un retrato de cuerpo entero. Para realizarlo, el escultor utilizó como fuentes múltiples fotografías, los comentarios que le hicieron los amigos, la viuda y sus propios recuerdos; el resultado final es además de una síntesis de todos esos elementos, una interpretación del amigo sobre el poeta.

El poeta es representado en movimiento. Si las huellas están fijadas en el pedestal, sus pies no están totalmente apoyados, el pie derecho solo se apoya en la zona delantera, dando una sensación de movimiento que se incrementa con la disposición de las piernas: una, rígida, situada de frente, y la otra, ligeramente flexionada, en ángulo hacia el pedestal.

Escultura a Carlos Edmundo de Ory, detalle parte inferior, posición de las piernas.

Se representa la figura, vestida con un pantalón ceñido por un cinturón, cuyo drapeado tiene abundantes pliegues, que también se mantienen en la chaqueta, abierta. Bajo la chaqueta, aparece una camiseta abotonada en la parte superior.

La disposición de los brazos: el izquierdo doblado a la altura del codo, se coloca el antebrazo en la parte delantera del torso, extendiendo la mano, mientras el derecho que se coloca extendido hacia atrás de la figura, flexionando algo el antebrazo hacia arriba. Esta disposición, junto con el tratamiento de la tela de la chaqueta, abierta con cierta agitación en la parte inferior, permite acentuar el sentido de movimiento.

8 Escultura a Carlos Edmundo de Ory, detalle de la disposición de los brazos.

En la cabeza, el escultor optó por representar al poeta con perilla y media melena peinada hacia atrás, el rostro con arrugas propias de un personaje maduro, de mirada profunda, con su mirada ligeramente hacia abajo, alejada del pedestal, del que parece huir.

Escultura a Carlos Edmundo de Ory, detalle del rostro.

La parte posterior de la escultura, la espalda, de tamaño mayor que el natural, sugiere la enorme fortaleza espiritual y literaria del poeta.

Dicho movimiento y la expresión del rostro hacen que se plasmen la sabiduría de la madurez con el vigor del joven, y las dudas vitales con las certezas del escritor.

El poeta era un heterodoxo, fuera del sentido práctico y de los típicos homenajes: no le gustaban los pedestales. La escultura huye del pedestal, y se coloca a pie, caminando hacia la balaustrada de la Alameda. Las huellas quedan como nexo de los dos elementos escultóricos, y se convierten en el elemento que armoniza el conjunto.

Escultura a Carlos Edmundo de Ory, texturas.

Al colocar la escultura a pie de calle, de forma que el espectador pueda observarla al mismo nivel, se establece también un nexo de unión con el visitante, aumentado su cercanía a la obra del escritor, a propia personalidad y experiencia vital, ajena a los ambientes elitistas y academicistas de la cultura y la sociedad.

Escultura a Carlos Edmundo de Ory, visión posterior.

El conjunto escultórico además de homenajear a un poeta vanguardista, se convierte en un recuerdo constante de la capacidad creativa y literaria del poeta y de la capacidad creativa y artística del escultor.

Escultura a Carlos Edmundo de Ory, vista hacia la balaustrada de la Alameda.

El escultor Luis Quintero Brea (Cádiz, 22.05.1963 – Chiclana de la Frontera, 12.10.2017), se consideraba como “un eterno aprendiz”. Su obra estuvo siempre en continua evolución, y no dejó de captar nuevas impresiones de lo que le rodeaba, tanto de la realidad como del ambiente creativo y artístico. Algunas de sus esculturas son figurativas con una fuerte carga realista, tal es el caso de esta obra.  

Sobre el autor

Manuel Holgado García

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