Cuatro personajes en busca de autor

El gaditano Eduardo Guerrero, con un pretencioso montaje vanguardista que firma Mateo Feijóo, luce en 'Sombra efímera' un baile muy por encima de su espectáculo

Eduardo Guerrero y compañía, en 'Sombra efímera'. FOTO: MANU GARCÍA.
Eduardo Guerrero y compañía, en 'Sombra efímera'. FOTO: MANU GARCÍA.

Cuatro personajes en busca de autor —un bailaor, una cantaora, un cantaor y un guitarrista— o La función por hacer —en la adaptación libre del clásico de Pirandello que firma el kamikaze Miguel del Arco—. El caso es que da la sensación de que esta pieza que ha presentado el bailaor gaditano Eduardo Guerrero en el marco del XXIII Festival de JerezSombra efímera, viene mal tratada desde el matadero y le falta, ya en escena, varios hervores o golpes de plancha que le den sabor y consistencia. Cuatro protagonistas de un elenco que necesitan seguir viviendo una obra a medio contar. Se agradecen ciertas respiraciones y ciertos destellos por seguiriyas antes del naufragio. Hay apuntes y esbozos pero faltan concreciones. A la salida del teatro, saludé a un amigo que, junto a su hija, acababa de asistir a la representación. Estaban felices por haber compartido un rato juntos en un patio de butacas, pero no podían ocultar su perplejidad después de lo visto.

La chica, próxima a los 18 años, preguntaba al padre que dónde estaba el hilo argumental de la propuesta, que qué querían decir con todo aquello, mientras su padre, con raigambre flamenca en la ciudad, pero abierto y con nivel cultural como para valorar otras propuestas más transgresoras y arriesgadas —nada sospechoso de miope intelectual o flamenco talibán—, sentenciaba: "Su baile ha estado muy por encima de su espectáculo". Tuve que suscribirlo. El público a veces no tiene la razón.

Porque dentro del teatro aún resonaba la ovación cerrada de cada noche, pero en cambio daba gusto encontrar ya en la calle a espectadores en esta época que no se lo tragan todo en seco, que son exigentes, críticos y distinguen el camelo de lo verdadero, el epidérmico artefacto del arte, de la belleza, de la poesía. Fue justo ayer, el mismo día en que abría sus puertas la controvertida feria Arco, desatando de nuevo la polémica con, esta vez, un ninot de cuatro metros del rey Felipe VI, a la venta en esta feria de las vanidades por 200.000 euros bajo exigencia de ser quemado en un máximo de un año. Como mercadeo chabacano y broma provocadora, muy bien, pero ¿han dicho arte? ¿Artes vivas? ¿Cultura? ¿Han dicho algo? No se busca la belleza, se busca el grito y que triunfe lo horrendo. No se busca la conversación entre disciplinas o el diálogo cargado de futuro, se busca el tuit atestado de estiércol —quizás fuera eso lo que representaba la montaña de tierra que aparece en escena en esta sombría propuesta—.

El montaje, con su aire posmoderno y millenial, o todo a la vez, apenas da espacio a la música de Javier Ibáñez (una pena), hay una escenografía y un concepto del espacio escénico tan pretencioso como estéril, un apunte teatral con los indigentes-refugiados del inicio que parece que romperá en algo y no sucede nada, un bailaor afectado y sobreexcitado —técnicamente de diez, eso sí; hábil en la búsqueda del efectismo— que parece fuera de contexto, y una monotonía de lluvia en los cristales que no la salva un concepto más próximo al onanismo mental —entendido como coitus interruptus— que a la danza que pudiera venir.

"Un creador no pertenece a su época, detiene su tiempo", sostiene el dramaturgo Eusebio Calonge, revulsivo de la escena española de los últimos 25 años y silenciado por el oficialismo rampante, a izquierda o a derecha. Y si esto que vimos y no vimos en Villamarta es vanguardia; si esto, como dice la sinopsis de Mateo Feijóo —director artístico y diseño escénico de la producción—, es "una suerte de exploración en la que se encuentran el sonido y el movimiento en un espacio y momento concretos", yo me bajo en la próxima... ¿y usted?

Eduardo Guerrero

'Sombra efímera' (-)

Baile: Eduardo Guerrero. Guitarra: Javier Ibáñez. Cante: Samara Montañés y Manuel Soto. Director artístico y escénico: Mateo Feijóo. Coreografía: Eduardo Guerrero y Mateo Feijoó. Diseño iluminación: Irene Montero. Composición electroacústica: Pablo Palacio. Música: Javier Ibáñez. Letras: Poesía Sufí y populares.Día: 27 de febrero de 2019. Lugar: Teatro Villamarta. Aforo: Tres cuartos de entrada.

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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