La incertidumbre acerca de si el festival Bierzo al Toque sería acogido o no con buen agrado, en un territorio donde lo más y menos jondo se acoge de forma esporádica y tangencial, quedó disipada nada más abrirse al público La Térmica Espacio Cultural, lugar donde este fin de semana se pone de largo la nueva apuesta del gurú de los festivales de musica nacionales, Miguel Morán, que se ha decidido a poner en marcha una nueva propuesta en su tierra natal.
Desde primera hora del mediodía se respiraba buen ambiente en el recinto de celebración del evento. La cata de vinos de la bodega J. Palacios que estuvo maridada con el cante de Arcángel, así como la llegada de los últimos rezagados para recoger las invitaciones que daban acceso a los conciertos de la noche, dejaban entrever que la tarde iba a estar animada.
Como así fue, desde la presentación del libro Ni tribus, ni movidas de José Manuel Gómez Gufi y Paco Manzano, en la que recorrieron los años más tórridos de la movida madrileña, con sus luces, sus sombras y las fotos de un artista de la cámara que siempre sabe estar en el lugar correcto, a la hora adecuada y con el objetivo dispuesto. Mil y una historias gráficas son las que recoge este trabajo fotoliterario que “pronto estará disponible en todas las librerías de España” como indicaba Gufi, mientras Paco Manzano apostillaba, con su habitual humor, que así sería “si nos lo piden que se lo enviemos”.
El flamenco como genoma vital de Arcángel y Carlos de Jacoba
Con Pablo Calatayud como dj pinchaó amenizando el comienzo de los espectáculos, serían cuatro las propuestas que se iban a ofrecer al público, en franjas de entre 45 y 50 minutos. Carlos de Jacoba, con su hermano David como artista invitado, puso inicio. “Es un honor para mí estar en este festival y además ser el encargado de darle inicio” reseñaba el tocaor madrileño, que cuajó un concierto de guitarra de primer nivel, con el que volvía a refrendarse como el artista de primera línea que es.
Rondeñas, soleares -en las que él mismo se canta-, tarantos, mineras, bulerías y los tangos que pueden ver en el vídeo de esta noticia, dejaron un grato sabor de boca a los asistentes, que vivieron con intensidad (y mucha cerveza) todo cuanto ocurría en un escenario, donde el compositor y director de orquesta extremeño Paco Suárez ejercía de maestro de ceremonias y trataba de poner algo de orden y concierto – nunca mejor dicho- en lo que ocurría delante del escenario y detrás del patio de butacas.
Con el público metido en ambiente, el onubense Arcángel lo tenía todo a su favor para salir al ruedo. No se dejó nada en los camerinos y cuajó una actuación redonda de pitón a rabo. Casi media hora duraba una primera intervención donde se encadenaban tientos morentianos con el universo de los cantes abandolaos, los tangos, la caña y la soleá por bulerías, en plena conjunción y coordinación con un atrás donde Los Mellis ponían los coros y las palmas, Benito Bernal y Francis Gómez el toque, mientras la percusión estaba a cargo de Lito Mánez.
Así las cosas, la vertiente más seria, clásica y personal de Arcángel llegaría en solitario, tanto por soleá como por seguiriyas, que cerró recordando la mítica letra jerezana de Santiago y Santa Ana. Tal fue la ovación, que hasta el propio artista quiso agradecer al público no sólo la asistencia al espacio cultural sino “tener la suerte de poder decir, cuando baje para el sur, que en Ponferrada gusta el flamenco y además se sabe escucharlo y disfrutarlo”. Para remantar y antes de despedirse, dejó unas largas cantiñas en la que también tuvieron espacio otros cantes análogos como las alegrías o el mirabrás.
Del éxtasis de Tomasito a la pasividad de Soleá Morente
Un torbellino huracanado de compás y duende comenzó a revolotear por el escenario, nada más bajarse del mismo Arcángel y su escolta musical. Tomasito, tan imprevisible como inclasificable tiene muy claro qué le gusta al público y la conexión desde el primer momento, con quienes están sentados en sus butacas o de pie al fondo de espacio escénico, son su objetivo. Y no paró hasta que levantó a todo el mundo de sus asientos para ponerlos a bailar, hacer compás y hasta los coros.
Así pues, cual César de la época romana, Tomasito llegó, vio y venció. Recordando a Miguel Benítez de Los Delincuentes o a Moraíto, en algunos de sus temas, o incluso hasta al ladrón que entró en su casa hace ya algún tiempo y que “me dejó en calzoncillos”, en esa misma ropa interior acabó el artista jerezano – como es habitual-, tras cerrar su intervención con la mítica rumba Oh, mare, mare en la que repasa a compás binarios parte de las muchas letras que componen el disco Canta Jerez, que para él tiene un fin de fiesta por bulerías que es “una de las referencias fundamentales del flamenco, aunque nosotros lo cantemos por rumbas”.
Para finalizar la noche y con el público absolutamente on fire, Soleá Morente tenía que lidiar con la patata caliente de cerrar la jornada. Dificil papeleta la que tenia que afrontar la hija menor del inolvidable Enrique. Ella hace ya algún tiempo que vive musicalmente más allá de las fronteras del flamenco y, como contrapunto de la jornada, ofrecía una sesión estática y monocorde, que distaba mucho de lo que el público demandaba en ese momento.
Marina Heredia, Planeta Jondo, Rosario La Tremendita y Cristian de Moret para clausurar el festival Bierzo al Toque
La segunda de las jornadas del festival flamenco Bierzo al Toque tiene programada una intensa sesión de actividades que, desde bien temprano, ofrecerá al público local sendos talleres de compás llevados a cabo por Los Mellis y El Torombo, además de una cata de vinos de Verónica Ortega a la que Carlos de Jacoba pondrá cante y toque.
En horario vespertino, será la proyección Pájaros de Agua con fotografías de Enrique Morente las que abran una tarde que tendrá continuidad con sendas conferencias en torno a Manolo Sanlúcar ofrecidas por Fermín Lobatón y José María Velázquez-Gaztelu, respectivamente. La noche de conciertos tendrá como protagonistas, por este orden, a Planeta Jondo, Marina Heredia, Rosario La Tremendita y Cristian de Moret.
