Hay quien opina que el mejor disco del rock español de todos los tiempos es Ametsaren bidea de Errobi. Errobi euskal taldearen lehenengo pauso apalekin alderatuta, jauzi izugarria izan zen euren hirugarren diskoa, 1979an argitaratua. Lan bikaina da, garai hartako talde europarren mailakoa. Askoren ustez, bi herrialdetako historiako diskorik onena da, gutxienez: Euskal Herrikoa eta Espainakoa......este es precisamente el problema. El rock vasco-navarro, que en sus orígenes se mantuvo fiel al euskera, suele pasar desapercibido a los extraños a menos que ceda ante la tentación indoeuropea. Hoy vamos a desempolvar la vieja guardia progresiva de las Vascongadas, una de las más olvidadas tanto en su tierra natal como en el resto del mundo. En poco tiempo la música popular vasca tomará un rumbo muy diferente, lo que, sumado a lo indescifrable para el forastero de las fuentes y del propio material, ha conseguido que no abunden los estudios sobre aquella etapa.Empecemos señalando que en cuestiones de revolucionar la música los vascos no se adelantaron al ritmo de la nación: como en Madrid o Sevilla, la movida progresiva no alzará el vuelo hasta la segunda mitad de los 70. Lo hará con un perfil aún más bajo, ya que las diferencias lingüísticas ahuyentaban a los melómanos de otras regiones, y será auspiciada por los sellos lkar y Xoxoa, donde ficharon Itoiz, Errobi, Haizea y otras formaciones sobrevoladas hoy por los buitres del coleccionismo. Herri bat sortu zen (1978) de Eider, álbum casi inencontrable.Empecemos señalando que en cuestiones de revolucionar la música los vascos no se adelantaron al ritmo de la nación: como en Madrid o Sevilla, la movida progresiva no alzará el vuelo hasta la segunda mitad de los 70. Lo hará con un perfil aún más bajo, ya que las diferencias lingüísticas ahuyentaban a los melómanos de otras regiones, y será auspiciada por los sellosPor supuesto, hubo predecesores. Podemos destacar el movimiento Ez Dok Amairu, facción vanguardista de la Nueva Canción Vasca de donde surgieron nombres como Benito Lertxundi (Ez dok amairu, 1971). Y tenemos curiosidades como la vasquitud funkie de Akelarre (Sorta, 1972). Pero los verdaderos pioneros son Errobi, a decir de todos la primera banda de rock que cantó en euskera, aún en tiempos de la dictadura (les pisaban los talones Haizea y los raritos Koska). Formados en 1973, lanzaron su primer trabajo en el 75 (llamado Errobi) con un retrato psicodélico de lo que debe de ser Euskadi por portada. Rasgo común, las letras estaban traducidas a la vez al francés y al español (por supuesto, al francés antes). El calmo folk de este dúo se convertirá con los años en majestuosidad sinfónica, sin perder nunca el contrapunto acústico. Su clímax será el grandioso Ametsaren bidea; el anticlímax, su precipitada incursión en el pop acto seguido. Koska- Bihozkadak (1978), un disco con reivindicaciones.Pero la oveja negra quizá fueron los navarros Magdalena, que en su único lanzamiento (Lanera sartzen, 1981) se atrevieron al mestizaje con el castellano y al ocasional deje sureño. La tentación de semejante herejía doble debía de ser grande, ya que el mercado en euskera era, como se adivinará, poco menos que minúsculo.Tal vez el espíritu de estos bohemios setenteros llame al asombro al compararlos con el Rock Radikal Vasco que se enseñoreará de la próxima década. Ciertamente su música no parecía estar tan politizada -no podía estarlo- como la de los años por venir. Y cuando un artista decidía significarse no era raro que escogiera temas de interés general, como la farsa de la Transición o los fusilamientos del 27 de septiembre (Urko-Gure Lagunei, 1978). Siempre había espacio para el radicalismo y el nacionalismo, pero de momento no eran la principal preocupación... salvo para unos pocos (Gure Bidea-Nafarroa nora?, 1978).Parece que el mero hecho de que cantasen lo que cantaban ya era suficiente estímulo para ellos, como lo sigue siendo para quienes todavía rastreamos sus nebulosos pasos.