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El Palacio del Virrey Laserna, enclavado en calle Pozuelo, inaugura su galería con una exposición de Fernando Pemartín y la presencia del ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo.

José de la Serna y Martínez de Hinojosa, primer Conde de los Andes y último Virrey español en Perú nació en el número 8 de la calle Pozuelo en 1770. 245 años después, sus descendientes decidieron abrir su casa Palacio a todos aquellos deseosos de visitarla y conocer un trozo de esa historia de Jerez y de España tan desconocida para el gran público.

Fue el pasado mes de abril de 2015 cuando por iniciativa de los propietarios del inmueble, Asís Moreno y Landahl y sus hermanos Álvaro y Rocío se abría al público este palacio de estilo neoclásico que en la noche de este martes inauguraba la llamada Galería del Virrey con una exposición del artista Fernando Pemartín. A la misma asistía el nuevo ministro de Cultura, Educación y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, quien consideró "bonita esa idea de devolver a la ciudad algo que la ciudad puede utilizar para sus ciudadanos. Siempre es una buena noticia que exista un espacio donde los artistas puedan exponer aquello que hacen en un lugar que se presta tanto para ello como es esta tierra". 

Asís Moreno, por su parte, destacó que ha visto "cumplido un sueño de abrir una galería de arte", a la par que mostraba su compromiso por "mantener el patrimonio de Jerez y abrirlo al público para que todos puedan conocer parte de la historia viva" de la ciudad, además de ofrecer un espacio "para que los artistas puedan exhibir sus obras".

Iniciativa privada para fomentar la cultura

No todos los días tiene uno la suerte de que un marqués le abra las puertas de su casa para contarle al visitante sus mil y un detalles. Asís Moreno y Landahl, marqués de Mortara, es el encargado de recibir a jerezanos y turistas, en español o en inglés, y de mostrarles todas las dependencias de un palacio que impresiona por su arquitectura, decoración y obras de arte. “Al principio me impresionaba ver las caras de la gente al entrar, porque yo que he nacido aquí estoy tan acostumbrado que no me asombra”, comenta.

Columnas de mármol del siglo XVI, bustos del mismo material, ánforas árabes que recuerdan el origen del solar donde se asienta el palacio, cuadros costumbristas en el que destaca un Valdés Leal y una vidriera del XIX con el escudo de la familia, obra de Maumejean, reciben al visitante.

Una galería con trofeos de caza, cerámica de Manises del siglo XVII y cuadros con escenas de batalla de Acisclo Palomino nos conduce hasta el amplio jardín de estilo regionalista, donde Asís muestra un edificio anejo que, explica, se añadió en 1925 para que allí se alojara Alfonso XIII durante sus visitas a la ciudad.“Mi familia ha sido siempre muy monárquica. Mi bisabuelo era muy amigo del rey Alfonso XIII y luego mi abuelo también estaba en el consejo privado de Don Juan, con lo cual estaba muy próximo a él”, explica el propietario del palacio.

Desde el jardín subimos a la primera planta, donde encontraremos las dependencias más destacadas de toda la casa. Primero el llamado Salón Blanco, donde sobresale una Inmaculada de Murillo. Al lado, la biblioteca, antigua capilla, donde se puede contemplar una Virgen María de Zurbarán. Jarrones chinos del siglo XVII, pinturas de Antonio Carnicero –discípulo de Goya-, Van Aelst, Iriarte, Esteve o Gutiérrez de la Vega, lámparas de araña y retratos de los antepasados de Asís nos conducen hasta el salón de música, primero, un salón de estar, segundo y finalmente el comedor principal, con una larga mesa inglesa de estilo Chippendale, del XIX, donde se sentaron a comer, entre otros, Alfonso XIII, Don Juan o Alfonso de Orleans. Y observándolo todo, una pintura, de las mejores que pueden contemplarse en el Palacio, obra de Rubens y Snyders.

La visita concluye tras bajar unas escaleras donde encontramos una bonita estatua de alabastro, en un saloncito presidido por dos tapices flamencos, uno de ellos con los cuatro evangelistas. El marqués, antes de dar por concluida la visita, nos pide que prestemos atención a una escultura de una pelea de gallos, obra del francés Gueret, de 1862, y creada de una sola pieza de madera.

La pregunta, una vez contemplado la inmensidad del palacio, es casi obligada. ¿Cuánto cuesta mantener todo este patrimonio? “Esto es como un agujero negro que chupa y que no deja de chupar. Son unos gastos de mantenimiento tremendos y por mucho que te pongas, las visitas tampoco mantienen la casa, pero ayuda”.

El palacio del Virrey Laserna (calle Pozuelo, 8) abre de martes a domingo de 10 a 14 y de 17 a 19 horas (hasta las 20 a partir de septiembre).

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Jorge Miró

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