El otro libro traducido por Brigidina Gentile es The tango files, de la escritora puertorriqueña Lourdes Vázquez. Su familia se trasladó a Harlem (Nueva York) cuando era muy pequeña. Allí Lourdes entró en contacto con la música, nos explicó Elisa. Y quiso ser bailarina. Sin embargo, un accidente le obligó a abandonar esa carrera. Entonces se dedicó a la escritura. Se trata de una autora que cambia de género con gran facilidad: poesía, novela, ensayo… “Y nunca se ha dejado llevar por las modas”. Este libro surge de una exposición: Borges. Time machine. En esta muestra había primeras ediciones de los libros del argentino, fotografías del álbum familiar y muchos recuerdos. A Lourdes le sorprendió la cantidad de documentación que había sobre el tango. Entonces comienza a investigar. Es un libro que celebra su pasión por la literatura, por el tango y por la vida: los movimientos, los silencios, el estatismo en el baile… “Desde su viaje a Argentina, el bandoneón le recorría su espina dorsal. Con este libro quiso que los lectores sintiéramos el tango como ella lo siente, entrando por la cabeza y saliendo por los pies”, recalca Elisa. Poesía y tango siguen el mismo ritmo, la misma coreografía. No distingue entre escribir y bailar el tango: metáforas y cuerpos en movimiento. Y el lunfardo, por supuesto, la jerga del tango, invento de los tangueros para hablar de sus sentimientos, y para ocultar… Tangos que al principio hablan de añoranza y, luego, de las pasiones más poderosas que mueven a los argentinos. El tango hay que saber caminarlo, como la poesía…La presentación contó con lecturas de poemas en castellano e italiano, audiovisuales y, gran sorpresa, una pareja bailando un tango en la sala.Ítaca
¿Y quién alguna vez no estuvo en Ítaca?¿Quién no conoce su áspero panorama,el anillo de mar que la comprime,la austera intimidad que nos impone,el silencio de suma que nos traza?Ítaca nos resume como un libro,nos acompaña hacia nosotros mismos,nos descubre el sonido de la espera.
Porque la espera suena:mantiene el eco de voces que se han ido.Ítaca nos denuncia el latido de la vida,nos hace cómplices de la distancia,ciegos vigías de una sendaque se va haciendo sin nosotros,que no podremos olvidar porqueno existe olvido para la ignorancia.
Es doloroso despertar un díay contemplar el mar que nos abraza,que nos unge de sal y nos bautiza como nuevos hijos.Recordamos los días del vino compartido,las palabras, no el eco;las manos, no el diluido gesto.Veo el mar que me cerca,el vago azul por el que te has perdido,compruebo el horizonte con avidez extenuada,dejo a los ojos un momentocumplir su hermoso oficio;luego, vuelvo la espalday encamino mis pasos hacia Ítaca.


