El artista Manuel Mateos Chacón, multinstrumentista y antropólogo, lanza 'Canciones para después de un naufragio', el primer LP de su proyecto 'La Costa de los Esqueletos'. Once cortes entre la indignación y la esperanza: "Nunca hay que bajar los brazos, es lo que quiero representar en la música".

Densa niebla, vientos de arena y fuerte oleaje. Atlántico Sur, Trópico de Capricornio y desierto de Namibia. Todo en un mismo punto de la costa occidental africana. 16.000 kilómetros cuadrados de turbación y leyendas de marinos muertos, pecios y enormes huesos de ballenas y focas conforman la Costa de los Esqueletos. En la cubierta del LP una pequeña gatea dejando tras de sí un buque varado en ese mismo paisaje distópico y casi fantasmagórico. Es el nombre que el músico jerezano Manuel Mateos Chacón (1964), Mateo, ha querido dar a su nuevo proyecto artístico. La Costa de los Esqueletos no es solo un evocador paisaje incierto e hipnótico, es un reflejo también de una sociedad en la que “todos somos náufragos”, proclama, “lo que pasa que unos lo saben y otros no se dan cuenta en toda su vida”.

Músico multinstrumentista y antropólogo, Mateo alimenta las canciones de su primer trabajo discográfico, Canciones para después de un naufragio, a partir del “terrible escaparate que nos rodea en el mundo que nos ha tocado vivir”, así como de sus vivencias personales. También de sus gustos personales, que lo mismo se enriquecen del cine negro y la ciencia-ficción que de la fotografía o la poesía. Y por supuesto de la música. Psicodelia, garageo, power pop, new wave… géneros que pululan como sombras por esta Costa de los Esqueletos en las que también suenan reverberaciones de Big Star, Syd Barret, Nick Drake, Television, Replacements, Beck… En fin, la música que este artista y compositor lleva escuchando toda su vida. “Después de estar desde los 13 años pillando discos me ha dado tiempo a casi todo, pero hay influencias vitales imprescindible a la hora de entender este proyecto.

¿Por qué ahora?

Porque llevaba un tiempo con las guitarras desempolvadas y era el momento. He estado grabando canciones poco a poco durante una temporada, cuando me han ido dejando los problemas, y ahora era el momento, tenía que salir, las canciones no podían estar más tiempo ocultas, ha sido un proceso muy largo y lo que iba a ser rápido se convirtió en algo lento y tedioso. Era ahora o nunca. Todo esto ha surgido de la raíz de Fatal Tango, nos íbamos a reunir para hacer un concierto y al final entre una cosa y otra no cuadró y yo me lo monté por mi cuenta. A partir de que compuse una canción para el documental Luz en los márgenes, obra de Miguel Rosales (íntimo amigo de Mateo y ex componente de Fatal Tango) y dedicado al pintor Juan Carmona, al final cogí carrerilla y grabé canciones hasta quedar conformado el grueso del disco.
¿Qué ha querido plasmar con estas 'Canciones para después de un naufragio?

Creo que todos somos náufragos, la única diferencia es que algunos nos damos cuenta y otros no. La vida pasa por delante nuestra solo una vez y tenemos la obligación de exprimirla todo lo que podamos, disfrutar con lo que nos gusta y nos hace felices y más humanos, aunque a veces es difícil. Hay que correr el riesgo de vivir, a pesar de poder salir perdiendo, si no para que estamos aquí. Los demás solo se dejan arrastrar por la corriente sin saberlo, un gran desperdicio. Canciones para después de un naufragio es un acto de amor. Amor a la música, al arte, al rock 'n' roll, amor a la libertad, al inconformismo, a la independencia y al espíritu de hazlo por ti mismo de los tiempos del punk 77, a la insumisión, a la necesidad de crear algo bello. En definitiva de amor a la vida.

El trabajo, a pesar de lo que pudiera pensarse, está preñado de esperanza. “Las canciones son una especie de metáfora de un renacimiento, la portada (obra del pintor y amigo Joaquín Terán) ya lo indica, de un barco varado sale un niño. Una metáfora sencilla pero que enseña eso, de algo negativo puede salir algo bello y positivo”. Después de un período larguísimo y accidentado de grabación, y a punto de cumplirse 30 años desde que pusiera en pie la banda Fatal Tango, que alcanzó cierta repercusión a nivel nacional y especialmente en la zona, Mateo navega, naufraga y sobrevive musicalmente en esta sinuosa Costa de los Esqueletos.

"Este disco ha sido como una especie de tabla de salvación; crear y hacer cosas, mantenerme en alerta y peleando con cosas que me gustan"

Da la impresión de que ha partido de una necesidad.

Sí, ha sido totalmente necesario, Como una especie de tabla de salvación, de intentar abstraerme de otras cosas, crear y hacer cosas, algo que siempre más o menos he hecho, pero necesitaba mantenerme activo, en alerta, con los brazos en alto y peleando con cosas que me gustan. 

A pesar de cierto tenebrismo, se ve luz al final del túnel en la mayoría de las composiciones.

Siempre hay que dejar abierta la puerta de la esperanza, hay que pensar que habrá una semilla que reverdecerá lo que hay alrededor. Nunca hay que bajar los brazos y eso es lo que quiero representar en la música. No puedes nunca bajar la guardia y siempre hay que hacer lo que te motive.
¿En qué se ha inspirado para componer los once cortes del disco?

Hay montones de fuentes de inspiración, desde películas, poesía, novela… Cada vez que me pongo a escribir intento buscar muchos referentes que me inspiren y me tomo bastante tiempo, no me lo tomo con prisas o a la ligera, dejo madurar las ideas hasta que encuentro el sentido. Hay desde referencias a poetas como Dickinson, Poe o José Mateos, hasta películas de Pasolini, y cine francés de los 60. Me gusta mucho el cine negro y la ciencia ficción, y evidentemente la música. Aquí está todo lo que he escuchado durante toda mi vida y creo que cualquiera que sea amante de la música se percatará de que hay cosas de la Velvet, Big Star o de la psicodelia de los 60. También mis vivencias personales han tenido mucho peso a la hora de componer. Y por supuesto, el mundo que nos está tocando vivir; un escaparate terrible. Ni imaginábamos que íbamos a contemplarlo así, tiempos de barbarie, conformismo, sumisión y mediocridad a partes iguales.

Una de sus canciones habla del mito de Prometeo. ¿Usted ante qué se rebelaría si tuviese sus poderes?

Me rebelaría contra el dios del dinero y del neocapitalismo salvaje, me rebelaría contra el dios de la ignorancia, del colonialismo. Hay demasiadas cosas por las que estar con la guardia en alto, no son tiempo para el conformismo, son tiempos de luchar y poner el grito en el cielo, que diría La Zaranda. El propósito de quienes manejan el cotarro es conseguir uniformizar el carácter de la gente, uniformizarnos, callar las bocas, tener a la gente asustada y encima que nos sintamos culpables por nuestras circunstancias; hacernos pensar que la culpa de lo que pasa es nuestra, no de los gobernantes o de los banqueros. Es alucinante. No digo que lo quememos todo, pero es que nos la están metiendo por todos lados y no paran. Prometeo en el fondo habla de eso, para qué me diste la llave de la libertad y de la sabiduría si al final pasa lo que está pasando.

"Quieren tener a la gente asustada y encima que nos sintamos culpables por nuestras circunstancias"

Luego está 'Huellas invisibles' y la tragedia de las migraciones.

Está dedicada a todos esas personas que pierden sus vidas antes de llegar a nuestras playas, tierra de promisión (ja!, exclama). Una visión poética, si puede haberla de esa crueldad. 

Autoproducir un disco hoy en día es casi tan necesario para sacar la cabeza del agua como complejo y heroico. Mateo lo ha sentido en sus carnes. Cuando el disco estaba a punto de tocar tierra, nuevos problemas, nueva burocracia extramusical. "Lo haces todo solo y se convierte en anodino. Componer y meterte en el estudio sí es divertido, hacer todo lo que se nos viene a la cabeza. Pero luego viene la parte burocrática musical, la producción física de los discos, el código de barras... En estos días si quieres hacer algo esto es lo que hay. No hay ni suerte, ni amistades para que alguien te edite algo porque no es barato si quieres hacer algo en condiciones. Desde luego, he tenido la suerte de que ha habido mucha gente en el camino que me ha echado un cable desinteresadamente, es la suerte de tener amigos artistas".

"Me encantaría hacer el disco en directo pero me gustaría defenderlo de manera sólida porque el trabajo merece la pena"

En este punto, no quiere dejar atrás a ninguno de sus colaboradores: "El dibujo de portada es de Joaquín Terán, amigo desde hace 40 años, y la contra y los dibujos de interiores son de Antonio Ojeda Monje, amigo de El Puerto que también es dibujante. El diseño gráfico y la maquetación es de Luis Vázquez Pinteño. Y luego está Rafael Camisón, del estudio 79, con el que he tenido una simbiosis muy buena, y Eduardo Amblar, que se ha ocupado de las mezclas en Barcelona". En conjunto, 57 minutos de pop-rock ambiental que, a veces, te mecen como olas en calma y, otras, te sacuden hasta llevarte al desasosiego por un territorio musical reconocible pero inhóspito.

Usted llega a tocar en el disco el piano, armónica, arpa de boca, órgano, y guitarras dobladas... ¿Se podrá escuchar en directo?

Me encantaría hacerlo pero me gustaría defenderlo de manera sólida porque el trabajo merece la pena. Habría que adaptar canciones al directo, no hacerlo calcado porque sería muy complicado pero siempre hay maneras. En todo caso, es complicado porque al hándicap de buscar músicos hay que añadir el estado del showbusiness. Ya casi ni se cobra, no hay salas, se persigue la música en directo, solo hay que ver como está el tema por aquí. Corramos un tupido velo. Por otra parte, tocar tantos instrumentos ha sido producto de la necesidad. Cuando componía una canción y me planteaba qué tipo de instrumentación podía meter, cogía y lo hacía yo, no hace falta ser un virtuoso para transmitir emociones, por lo que podía hacerlo yo mismo. Aun así, he contado con gente de clásico para meter violines, o con un contrabajista, pero todo ha venido del autoaprendizaje y tú mismo te das cuenta de la capacidad que tenemos para hacer cosas.

El primer LP de La Costa de los Esqueletos, 'Canciones para después de un naufragio' puede adquirirse en Jerez en Discos Mala Música y Librería Agrícola Jerezana. Y también pinchando en este enlace

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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