Rafael Chirbes era un autor de escritura desoladora, incisiva y excesivamente lúcida para el lector.
Rafael Chirbes era un autor de escritura desoladora, incisiva y excesivamente lúcida para el lector. A menudo, sus libros describían una realidad desagradable. Desagradable por infecta y mundana. Nos retrataba tan bien como sociedad que el resultado no nos amparaba. Más bien nos detestaba. No suele ser cómodo que se nos recuerde nuestra facilidad para caer en la abyecta corrupción moral.
En 2011, Canal Plus adaptaría Crematorio, su octava novela con la que ganaría en 2007 el Premio Nacional de la Crítica. Bastaría una única temporada de ocho capítulos para batirse en duelo y ser la mejor serie española de la cosecha. Pepe Sancho destacaría en el papel protagonista. Un daguerrotipo cruento de la burbuja inmobiliaria patria. Sin embargo, la ambición del autor no quedaría reducida a esto. En una entrevista con Borja Hermoso, Chirbes matizaría sus intenciones: "Crematorio no quiere ser una denuncia de la corrupción urbanística, eso de la corrupción es solo uno de los temas que circulan por detrás. Lo que se quiere contar aquí es cómo nuestra modernidad, lo que se suponía que íbamos a traer detrás del franquismo, ha dado como fruto esta especie de planta venenosa que nos asfixia. La novela trata también de si los ideales se han cumplido o no, y de la deriva de los individuos [...] La literatura no está para hablar de buenos y malos, está para otras cosas más complejas, como el mal que anida en nosotros, el bien, nuestras contradicciones, nuestros remordimientos... De cómo y por qué se mueven las cosas y las personas. Y al primero que le fastidia lo que cuenta es a mí. Así que cuando termino una novela no me quedo consolado, sino destrozado. Termino como para ir al psiquiatra, pero entonces, si fuera al psiquiatra, a lo mejor ya no seguiría siendo novelista".
Su siguiente obra, En la orilla, ganó en 2013 la votación a libro del año para los críticos de Babelia y, de nuevo, se alzaría con el Premio Nacional de la Crítica y el Premio Francisco Umbral. Puro relato negro que indaga en las miserias humanas. El 15 de agosto de 2015, Rafael Chirbes expiraría. No obstante, quedaría un último testamento: Paris-Austerlitz, su obra póstuma publicada durante el presente año. Alejada de su narrativa habitual, en Paris-Austerlitz nos relata las peripecias parisinas de un acaudalado joven pintor madrileño. En mitad de una huida de la opresora España franquista, una historia sobre la incomunicación y el amor homoerótico.
Quien se acerque a esta novela, toca a un hombre.
