Carmen Pulpón le ‘saca los colores’ al flamenco: "Los avances en educación no son suficientes"

La historiadora y antropóloga sevillana señala en la lectura del manifiesto en su defensa que "la oportunidad de una mínima formación en el flamenco como cultura en la enseñanza obligatoria", se ve dificultada por "la forma en la que se plantea su impartición"

Carmen Pulpón daba lectura a un manifiesto en defensa del flamenco cargado de reivindicaciones educativas en Los Claustros de Santo Domingo de Jerez.
20 de noviembre de 2023 a las 21:53h
Actualizado a 26 de abril de 2024 a las 12:54h

Vinculada al flamenco desde su infancia y con un apellido indisolublemente ligado a la época donde las formas más clásicas del género vivían una indiscutible edad de oro, la antropóloga e historiadora Carmen Penélope Pulpón Jiménez ocupaba el atril del refectorio de Los Claustros de Santo Domingo de Jerez, en el día que se cumplían trece años de su proclamación como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco, para dar lectura a un manifiesto en su defensa. O, más bien, sacar a la luz las vergüenzas y carencias existentes en Andalucía para su conservación y protección, sobre todo, en materia educativa.

La licenciada en Historia Contemporánea y doctora en Antropología Social Cultural por la Universidad de Sevilla no dudaba en aprovechar la ocasión para reivindicar que "los avances en la inclusión del flamenco en nuestro sistema educativo, a nuestro parecer, no son suficientes" y reclamaba para el género musical que es punta de lanza de la Marca España en el mundo una serie de medidas para que "la profundización de su inclusión en el currículum de manera sistemática, estable, permanente y profunda, se viese acelerada y redundara en un mejor y eficaz conocimiento del patrimonio material que celebramos hoy por parte de las futuras generaciones".

Así pues, quien también fuese en su día directora de los trabajos técnicos para que la Zambomba de Jerez y Arcos fuese declarada como Bien de Interés Cultural por parte de la Junta de Andalucía, señalaba en su escrito titulado ‘El flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y la realidad educativa de la comunidad andaluza ¿nos vamos por fiesta?’, la necesidad de "abordar cuestiones que tiene que ver con el flamenco y la educación, por razón de mi profesión de la enseñanza de ciencias sociales en institutos de secundaria".

"Solo lo coral y compartido adquiere la fuerza suficiente para provocar cambios irreversibles"

Y tras dedicar la lectura de su manifiesto a la memoria de su padre — el histórico agente artístico Jesús Antonio Pulpón González— y ofrecer sus primeras palabras a “agradecer a al flamenco, al arte en sí y a las personas que lo crean, interpretan, enseñan e investigan” la contribución a su educación como ciudadana, abordaba cuestiones relativas a la celebración de esta expresión cultural y su proclamación por parte de la Unesco para "revisar lo que se ha avanzado, lo que aún queda pendiente y priorizar cuáles serían los objetivos básicos a abordar en el futuro inmediato".

Carmen Pulpón recogía de manos de la alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, un recuerdo del acto llevado a cabo en Los Claustros de Santo Domingo.   CANDELA NÚÑEZ

"Es indudable que este hecho fue un hito gozoso, que nos llenó de orgullo y dignidad", señalaba en alusión a que el acontecimiento supuso la superación del estigma que durante décadas sufrieron los flamencos como colectivo "dado el carácter popular o popularizado y el importante rol de la etnia gitana en su configuración y desarrollo como género artístico", o tras haber tenido que lidiar a lo largo del tiempo con distintas apropiaciones que de él han hecho diferentes poderes como “la identificación con lo español durante el régimen franquista” o, incluso, los estudios académicos reglados que, entre otros factores, contribuyeron y abocaban a los artistas a “sufrir precariedades de distinta índole según talento y suerte”.

"Los avances conseguidos hasta el momento, a nuestro parecer, son insuficientes"

Por ello, Pulpón valoraba positivamente el cambio de mirada del conjunto de la sociedad “sobre el flamenco y hacia los flamencos”, como fruto de los esfuerzos realizados por muchas personas y desde múltiples ámbitos, porque "solo lo coral y compartido adquiere la fuerza suficiente como para provocar estos cambios irreversibles".

Y en aras de recordar que la Unesco exige y exhorta a las autoridades competentes la labor de proteger, difundir y promover el conocimiento del flamenco dentro y fuera de su territorio, la responsable de dar lectura al manifiesto señalaba que tanto la reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía de 2007 como la recién promulgada Ley Andaluza del Flamenco en este 2023 que establece su inclusión en la enseñanza “los avances conseguidos hasta el momento, a nuestro parecer, son insuficientes”.

En este sentido, Pulpón ponía de manifiesto que “la nueva normativa fue recibida con esperanza” por quienes ya venían trabajando contenidos de cultura flamenca desde 2014 en diferentes materias en primaria y secundaria, pero el hecho de que “el alumnado deba elegir la asignatura de Cultura del Flamenco entre nueve optativas más” provoca que los centros solo impartiendo las más demandadas, a lo que habría que sumar las complicaciones que genera que “la impartición de la materia esté adscrita al profesorado de la especialidad de música en exclusiva”.

Carmen Pulpón durante la lectura del manifiesto en defensa del flamenco en Jerez.   CANDELA NÚÑEZ
La Unesco exige y exhorta a las autoridades competentes la labor de proteger, difundir y promover el conocimiento del flamenco dentro y fuera de su territorio

Por ello, consideraba que “lo que podría haber sido la oportunidad de una mínima formación en el flamenco como cultura en la enseñanza obligatoria, se ve dificultado por la forma en la que se plantea su impartición”, aun cuando mantenía la esperanza de que “se facilite su presencia en todos los centros” en las próximas modificaciones legislativas que sufra la norma.

“Ni una sola mención (al flamenco) en la materia obligatoria Historia de España, donde se aborda el desarrollo de nuestro arte en los siglos XIX y XX, obviando la importancia de esta manifestación cultural de la formación de lo que denominamos Marca España” subrayaba, mientras proponía distintas ideas para que “se avance en la profundización de su inclusión en el currículum de manera sistemática, estable, permanente y profunda, se viese acelerado y redundara en un mejor y eficaz conocimiento del patrimonio material que celebramos hoy por parte de las futuras generaciones”.

De esta manera, la antropóloga e historiadora sevillana enumeraba que los objetivos pasarían por la puesta en marcha un plan estratégico del flamenco, que este implica un trabajo serio y riguroso; que los principales festivales, así como los museos, centros de interpretación e instituciones como el Ballet Flamenco de Andalucía, cuenten con un programa pedagógico destinado a población escolar; incorporen expertos del flamenco titulados y profesionales del sector en todas las instituciones culturales de Andalucía; incrementar los actos con artistas y agentes flamencos retirados que tan generosamente acuden cuando se les llama a compartir su experiencia y conocimientos; la puesta en valor de todo el patrimonio coreográfico español y promover su conocimiento y disfrute por parte de la población; se mejore las condiciones del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco y se apoye a las distintas cátedras de flamencología; promover exposiciones y facilitar su préstamo, con instrucciones claras para su trabajo con el alumnado, coordinado por profesionales que conozca las colecciones y sus potencialidades didácticas; o la formación del profesorado de forma definitiva en materia de flamenco.

“Una profesora de matemáticas nos solicitaba hace unos días materiales para trabajar el Día Internacional del Flamenco con su tutoría, lo que quiere decir que las cosas han cambiado”, apuntaba Pulpón en aras de que el público no quedara “ni con la idea, ni con el ánimo de la derrota, pues es cierto que se ha avanzado mucho”, pero, a su parecer, no lo suficiente.

Sobre el autor

David Montes

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