El cineasta jerezano Juan Miguel del Castillo estrena el 4 de diciembre en la cartelera nacional 'Techo y comida', un "guantazo de realidad" que supone su debú en un largometraje. "Estoy feliz pero sigo siendo el más humilde", asegura.
Camina por la calle como cualquier ciudadano normal. La fama trata de acecharle pero él se muestra reticente y mantiene los pies en la tierra desde que amanece. Juan Miguel del Castillo (24-09-1975), director de la película Techo y Comida, compagina su rutina diaria con la promoción actual de su ópera prima, su debú en un largometraje tras años de flirteos más o menos serios con el Séptimo Arte. Su vida. “No estoy nada acostumbrado a las fotos”, comenta el cineasta jerezano. La andadura del filme comenzó con buen pie durante el Festival de Málaga después de conseguir dos premios, una Biznaga de plata para Natalia de Molina y otra del público. Los dos galardones unidos al premio Asecan a la mejor ópera prima, fueron los tres primeros reconocimientos de este proyecto que narra la historia de Rocío, una joven madre en paro, sin ingresos, que vive con su hijo de ocho años en un piso alquilado, y que debe varias mensualidades.
Aunque el Festival de Málaga fue tan solo el arranque, hace poco menos de un mes Techo y Comida lograba otros tantos galardones en el Festival de cine independiente de Albacete y en el de Tudela. Todo esto ha convertido a esta película social en un éxito que está llamando la atención de todo el mundo que la visualiza.
El próximo 4 de diciembre llega a las carteleras españolas aunque ya ha habido varios pases en Madrid y Barcelona. La película invita a la reflexión sobre una dura realidad que atraviesan miles de personas que tratan de salir hacia delante junto a los suyos y que tristemente en muchos casos son desahuciadas. Techo y Comida es un drama social, un "guantazo" de realidad, de la realidad que sufren muchas personas en este país. Los que la han visto se quedan clavados en sus butacas con los títulos de crédito, reflexionando. “En Madrid, una señora cuando proyectamos la película y acabó, se levantó de su butaca y gritaba que menuda hostia, qué hostia” asegura Juan Miguel.
Las nominaciones a los Premios Goya están a la vuelta de la esquina pero Juan Miguel del Castillo, padre de la criatura, prefiere seguir viviendo el día a día aunque sin perder las esperanzas a estar en los galardones más importantes del cine nacional. Se crío en Las Viñas, un lugar que sigue llevando por bandera al igual que a su familia y amigos, esos que saben perfectamente lo que está viviendo Juan Miguel actualmente. Aunque los años sigan pasando, sigue recordando a aquel niño de ocho años que disfrutaba cogiendo la súper 8 de su padre o grabando junto a su hermano sketches. Tantos años después, el cineasta jerezano acude al bodegón de La Quemá junto a lavozdelsur.es para repasar el germen de la película, su trayectoria personal y el presente, un camino que marcará por sí sólo este filme a partir del próximo 4 de diciembre cuando se pueda ver en las mejores salas del país.
La criatura ha llegado con un pan debajo del brazo.
Debo de reconocer que estoy muy contento por todo lo que está pasando. Hemos estado hace poco en Albacete, en un festival de cine independiente. Allí hemos logrado una mención especial del jurado además de haber conseguido el premio Jurado Joven. Volvimos a repetir lo de Málaga. Posteriormente en Tudela se ha conseguido el premio especial del jurado a la dirección, a la igualdad y también uno a Natalia de Molina por su trayectoria. Estoy feliz pero sigo siendo el más humilde.
¿Pensaba que iba a tener este éxito?
Si te soy sincero tenía esperanzas. Cuando empezamos a hacer la película confiaba en lo que estábamos haciendo. Desde el inicio, el objetivo de la productora fue llevarla al Festival de Málaga, un lugar que te permite tener visibilidad en el proyecto. Sabíamos que era muy complicado y al final conseguimos tres galardones. Nunca puedes saber lo que pasa pero siempre se va con esperanzas a los sitios. En Málaga por ejemplo había 120 películas y a competición iban 12. Yo me sentí premiado al estar allí.
Sin duda la aceptación ha sido una de las claves.
Es una película con la que la gente se solidariza por el tema que trata. Todo el mundo conoce la situación por la que atraviesan muchas personas como Rocío. Es un guantazo a la realidad que le puede pasar a cualquier vecino o familiar. Todos sabemos que pasa pero hasta que no te lo ponen delante no te das cuenta. En uno de los pases una mujer se levantó de la butaca al acabar la película gritando ¡hostia, hostia! La gente tarda en reaccionar y hasta que no pasan unos minutos no pueden hablar ni del tema. Con la película invito a una reflexión al espectador porque es una situación que por desgracia sigue pasando. Espero que las conciencias dormidas puedan despertar y que vean lo que pasa.
"Es una película con la que la gente se solidariza por el tema que trata. Todo el mundo conoce la situación por la que atraviesan muchas personas como Rocío"
¿Cómo despertó su afición por el cine?
Viene desde que yo era niño. Mi padre tenía una cámara de Súper 8 y grabábamos imágenes familiares. Me acuerdo que hasta que no revelaran lo de la cámara no podíamos ver la película. Adoraba aquellas tardes en el campo viendo aquellos videos. A los trece años entró la primera cámara de video y la cogí yo para grabar tonterías con mi hermano. Mi sueño era siempre hacer una película y cuando iba al cine o veía los festivales en televisión yo decía que quería estar allí. En una rueda de prensa lo dije que yo había soñado con esto toda mi vida. En Málaga no podía ni hablar de la emoción que sentía, estuve a punto de llorar. Hay gente a la que le gusta ser famoso pero yo lo odio. No me va ese rollo, a mí me tira el cine, contar historias.
"Me he encontrado gente por la calle que no se cree que yo haya hecho esta película. Es lo que siempre he querido mostrar a la hora de hacer cine"
¿Recuerda a aquel niño cuando comienza un proyecto?
Lo vivo de la misma manera. Estudiando imagen y sonido, cuando me daban la oportunidad cogía mi cámara y era feliz. Sigo manteniendo esa manera en la que tengo la misma ilusión como si fuera a hacer mi primer cortometraje.
¿Algún referente que le marcara?
Tengo muchos pero actualmente me gusta mucho el cine social de Michael Haneke o los hermanos Dardenne, hacen un cine pausado y social. Pertenezco a la generación de Los Goonies o E.T. y flipaba cuando veía esas películas. Como espectador veo de todo.
Techo y Comida no tiene nada que ver con el Curso Dandalú.
Eso surgió en Barcelona, cuando estaba estudiando cine. Allí vivía con un compañero guionista y siempre estábamos de cachondeo. Aquel compañero era minusválido y un día me pidió que le acercara las zapatillas. Yo le decía que no veía sus babuchas entonces me preguntó el significado de aquella palabra y le dije que era zapatilla. A partir de allí hicimos un guión, nos poníamos los dos a reírnos de todo lo que hablábamos. Tenía un amigo informático y me pidió el video, que lo iba a subir a internet. Le dije que sí y al poco tiempo el video tenía un millón de espectador. Fue muy divertido porque la gente me lo mandaba a mi como diciéndome que tenía que ver aquello. Al poco tiempo Manu Sánchez me llamó que estaba interesado en hacer una serie con eso y salieron 13 capítulos.
Pero no es humor lo que ha terminado haciendo.
La gente me conoce por eso pero yo quería hacer algo más serio. Contar una historia seria, en profundidad. Me he encontrado gente por la calle que no se cree que yo haya hecho esta película. Es lo que siempre he querido mostrar a la hora de hacer cine.
Además es una historia real.
Cuando vivía en el centro de Jerez una vecina con dos niños a veces venía y me pedía leche. No conocía su situación personal y un día esa mujer desapareció. Al tiempo puse una noche la televisión y esta mujer salió contando su vida. Estábamos pared con pared y uno no se daba cuenta. Me quedé hecho polvo cuando escuché su caso. Yo por aquella época estaba buscando una historia así que me puse a escribir sin ninguna pretensión. Al acabar el guión lo mandé a la productora, la única que conocía porque en este mundo si nadie te conoce no te suele apoyar. Les comenté en plan colega que tenía aquello y que se lo mandaba. Al poco tiempo me llamó Germán el productor y me dijo: Juan, somos catalanes, ambiciosos y queremos producirte la película. Ha sido un rodaje que ha costado mucho, sin subvenciones, la gente se ha ido apuntando poco a poco. No me creo aún todo lo que está pasando, lo importante es que la película se vea y que la productora no se arruine. Tiene que recuperarse dinero si no voy a tener que quitarme de en medio (risas).
¿Fue muy duro el rodaje?
Realmente el rodaje lo viví como aquella pasión que tenía de niño. Lo he dado todo en esta historia y la película tiene mucha fuerza. Se ha tardado en hacer pero estoy feliz porque si se quiere, se puede. No tengo padrino, soy un hombre humilde de Las Viñas y la productora somos del mismo estilo, trabajadores.
El día 4 de diciembre es el gran día.
Exacto pero una vez que se estrene los nervios se acaban. Todo lo de antes se vive con mucha intensidad. Para mí toda esta situación es nueva, en Madrid por ejemplo una mujer me vino llorando después de ver la película. Lo estoy viviendo todo con mucha tranquilidad y el día 4 la película ya va a ir sola, como dice la productora.
El público es el que debe responder.
Nunca se sabe cómo va a responder el público. Puede ser que funcione o que nadie vaya a verla No hay una fórmula matemática. La película está teniendo acogida y si se hace ruido se ve, eso desde luego. De la misma forma pasa en Los Goya, estamos convencidos de que si los 1.300 académicos la ven, estaremos en los premios pero es que hay muchas películas. Tengo muchas esperanzas en Natalia de Molina, hace un papelón. En Madrid hicimos un pase y la gente del cine estaba allí. Algunos actores se pusieron de rodillas. Realmente el mayor premio es que los que estaban allí hayan visto la película.
A Natalia de Molina la alaban por el papel.
Es sobrenatural cómo lo hace. Una chica que no es de aquí de Jerez, porque la ves fuera de la película y no tiene nada que ver con Rocío, su personaje en el film. Ella lo borda, ha sido precioso trabajar con ella y sobre todo fácil porque el papel lo tenía muy preparado. Es una gran actriz que vivía cada día de rodaje con mucha pasión. Cuando empezamos yo tenía unas expectativas pero ella ha estado por encima de ellas. Es simplemente brutal lo que hace.
El papel de Natalia de Molina: "Es sobrenatural cómo lo hace"
El pequeño Jaime López otro descubrimiento.
Ese niño es increíble. Hay muchos directores que lo quieren, me preguntaban que de donde lo había sacado. Les he dicho que como no se den prisa no llegan porque ya ha dado un buen estirón. Recuerdo que cuando hicimos el casting él llegó imitando aOmaíta la de Los Morancos. Tiene un desparpajo innato, muy natural y no tiene vergüenza. Todos los actores que han estado en la película lo hacen muy bien, son todos creíbles.
A pesar de todo, la problemática de los desahucios no pasa de moda.
Tristemente es así. Me molesta mucho como está la situación. Las injusticias duelen mucho, solo miran para un lado y a los pobres desfavorecidos no les miran. Lo veo continuamente en las noticias. El otro día leía una crítica que comenzaba diciendo que la película podía provocar una indigestión al gobierno central y a la Junta de Andalucía. Espero que se remuevan las conciencias. Hay gente incluso que se piensa que somos una película de Podemos y se equivocan por completo. Paso de las etiquetas políticas, no queremos que se nos mezcle con eso. Aquí hablamos de una realidad. Una anécdota de esta índole política ocurrió antes de las elecciones Municipales. Santiago Sánchez de Ganemos Jerez, antes de presentarse como candidato, él se presentó al casting como extra y vino de figurante. La gente lo veía por la calle Larga y daban voces sobre que si era una película de Podemos. No tenemos etiquetas políticas.
¿Cree que existe alguna solución a la problemática de los desahucios?
Se podría solucionar si hubiera una mejoría de intenciones. Cuando se quiere se puede, mira por ejemplo el rescate que le han dado a la banca. ¿Por qué no se puede ayudar a la gente más desfavorecida, por qué no se le ayuda a esa gente? Me molesta mucho también que se diga que en Andalucía digan que somos flojos o que nos acostumbramos a las paguitas. Yo ahora mismo estoy parado aunque haya hecho una película. La gente se cree que soy millonario y eso es Spielberg. No me gusta que se nos tache de flojos y que con 400 euros ya estamos bien porque eso no es así.
¿Qué le dice su familia?
Mis padres viven toda esta situación de otra manera. Ellos siempre me han apoyado mucho y agradezco enormemente el esfuerzo que hicieron por pagarme mis estudios. A veces les digo mirad me han nominado a esto y ellos lo viven con mucha alegría. Noto que me arropan al igual que mis colegas que están locos por todo lo que está sucediendo. No hemos conseguido nada, simplemente hemos hecho una película. La película está sonando y sigo siendo tan humilde como siempre. Ojalá pueda sonar en toda España.
¿Próximo proyecto?
Estoy dándole vueltas pero con todo lo que está pasando no me puedo concentrar. Quiero preparar otro proyecto aunque no sé si social, cuando llegue el momento quiero hacerlo con calma. Me tiene que encantar sino no me voy a meter. Hace unos días descarté un proyecto en el que estaba trabajando pero lo tuve que tirar a la basura porque no se están dando las condiciones para pensar con tranquilidad.
¿Y dirigir un proyecto que no sea suyo?
Estaría encantado de igual manera de que me llamen. Siempre me he dedicado a hacer videos de lo que salga. Tengo los pies en la tierra. Me acuerdo que cuando Natalia aceptó un amigo me dijo por qué no miraba otra actriz. Yo le respondí que me dedico a montar comuniones. Su participación ha sido un premio para mí. Es como si me llaman para grabar un concierto en cualquier lado, yo lo hago, necesito trabajar como todo el mundo.