"Mi nombre es Derek pero eso es lo que me llamó mi madre así que no es gran cosa, excepto que es mi nombre y me gustaría decir que se me pidió escribir las notas para Yellow Submarine. Ahora bien, Derek Taylor solía ser el agente de prensa de los Beatles y luego en América se volvió el anterior agente de prensa de los Beatles (habiéndolos dejado) y ahora Derek Taylor es el agente de prensa de los Beatles de nuevo así que cuando se le pidió que escribiera las notas de Yellow Submarine decidió que no sólo no tenía nada nuevo que decir sobre los Beatles a los que adora demasiado como para aplicar cualquier razonamiento crítico, y por los que es pagado demasiado como para sentirse completamente libre, y tampoco podría sentirse irritado, y también quería que la gente que compró el álbum de Yellow Submarine comprase y disfrutara el realmente maravilloso álbum "The Beatles" en el mes de noviembre del '68 así que aquí y ahora, in-comprada, in-solicitada, inexpurgada, desapegada, pura e inmensurablemente favorable hay una review de "The Beatles" (el nuevo disco de Apple/EMI) del London Observer por Tony Palmer, un periodista y cineasta de cierta distinción especial..." Era finales de los 60 y hasta las notas del libreto de un disco podían estar colgadas. Derek Taylor, recordado por sus descripciones pedantonas de los álbumes de los Beatles, no era el único que se entusiasmaba tanto...Rellenar las páginas de un disco con algo más que letras de canciones es todo un arte que se ha merecido su particular premio Grammy. Es este el espacio donde los músicos pueden expresarse con sus propias palabras, recordar momentos de la grabación, esbozar directrices sobre la obra o desgajar sus propias virtudes fingiendo que lo hace algún tercero. Desde las extensas cavilaciones de The Anti-Group Communications (TAGC), que se deshacían en citas y notas a pie de página, hasta las ristras de palabras incoherentes de Hafler Trio, hay mucho por descubrir en el fascinante mundo de los libretos y las contraportadas: manifiestos demenciales, declaraciones pomposas, crípticas verdades esotéricas, insolentes burlas hacia el lector...Los vanguardistas de todos los tiempos han sentido la necesidad de expresar en encendidos manifiestos los fundamentos de su visión artística, ante el temor a la pazguata incomprensión de sus contemporáneos. En el rock no iba a ser diferente. Gentle Giant, una de las agrupaciones más extrañas de la época dorada del rock británico, dejó unas memorables declaraciones en las sleeve notes de su seminal Acquire the Taste (1971):“Es nuestro objetivo expandir las fronteras de la música popular contemporánea al riesgo de ser muy impopulares. Hemos grabado cada composición con un solo pensamiento –que debía ser única, intrépida y fascinante. Nos ha costado cada jirón de nuestro conocimiento musical y combinados técnico lograr esto. Desde el principio hemos abandonado todos los pensamientos preconcebidos de descarada comercialidad. En lugar de eso esperamos darle algo mucho más sustancial y gratificante. Todo lo que tiene que hacer es sentarse y pillarle el gusto”.