Las autoridades sanitarias han renovado sus recomendaciones para hacer frente a las altas temperaturas, en un contexto de verano especialmente intenso en buena parte del país. Este fin de semana se alcanzarán en diferentes puntos de Andalucía los 42 grados. Entre las medidas aconsejadas se encuentran la hidratación frecuente, el uso de ropa ligera, la búsqueda de lugares con sombra y el uso de protección solar. Se insiste en evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día y se desaconseja el consumo de bebidas alcohólicas, calientes o azucaradas, así como la elección de alimentos frescos, especialmente frutas y verduras.
Ante síntomas leves asociados al calor, como mareos, dolor de cabeza o sudoración excesiva, los expertos sugieren actuar de inmediato mediante la ingesta pausada de agua, la aplicación de paños húmedos y el uso de ropa holgada. En casos donde los síntomas persistan durante más de una hora o se agraven, especialmente en personas con enfermedades crónicas, se recomienda acudir a un centro sanitario para recibir atención especializada.
Las situaciones más graves
Las situaciones más graves, como los golpes de calor o insolaciones, pueden manifestarse con fiebre elevada, convulsiones o pérdida de conciencia. En estos casos, se indica que debe avisarse a los servicios de emergencia, evitar el consumo de líquidos y proceder a enfriar el cuerpo con paños húmedos en un entorno bien ventilado.
El Ministerio de Sanidad mantiene activo desde el 16 de mayo su plan nacional contra el calor, vigente hasta el 30 de septiembre, aunque con posibilidad de prórroga si las condiciones lo exigen. Este plan pone especial énfasis en los colectivos vulnerables, entre los que se incluyen menores de cuatro años, mayores de 65, embarazadas, lactantes, personas con movilidad reducida, quienes toman determinados medicamentos y aquellos que trabajan o practican deporte al aire libre. Según el sistema MoMo, entre 2015 y 2024 se han contabilizado 23.820 muertes atribuibles a episodios de calor, con 2022 y 2023 como los años con mayor mortalidad, especialmente entre mayores de 75 años.