La ola de calor dejó la pasada semana su primera víctima en Andalucía, un hombre en Córdoba. Y es solo el principio, ya que las autoridades alertan desde hace años de que a partir de ciertos niveles de temperaturas, la mortalidad aumenta en la población.
Desde la activación del protocolo frente a las altas temperaturas, el pasado 16 de mayo en Andalucía. se ha registrado un fallecimiento en Córdoba y siete casos de golpe de calor, de los cuales cuatro personas continúan ingresadas en distintos hospitales de la comunidad. Por ello, la Junta insiste en extremar las precauciones, especialmente entre los colectivos más vulnerables.
El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento esta semana del Protocolo Andaluz de Coordinación frente a los Efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud 2025, un plan diseñado para proteger a la ciudadanía frente a los riesgos sanitarios derivados del calor extremo. La Consejería de Salud y Consumo será la encargada de su ejecución hasta el 30 de septiembre, aunque se contempla la posibilidad de ampliarlo hasta el 15 de octubre si persisten las temperaturas elevadas. Este fin de semana se espera una temperatura récord en Andalucía, con la entrada de un anticiclón africano que deja hasta 44 grados de máxima.
El documento identifica a tres grupos de población especialmente vulnerables, como mayores de 65 años con patologías crónicas, embarazadas, personas sin hogar, menores de 4 años y trabajadores al aire libre. También se consideran de riesgo quienes sufren discapacidad, quienes viven solos y en viviendas difíciles de refrigerar o quienes toman medicación sensible al calor como diuréticos o antidepresivos.
Casos repartidos por las provincias
El fallecimiento se produjo el pasado sábado 21 de junio en Córdoba, a causa de un golpe de calor. Además, se han reportado otros siete casos en distintas provincias andaluzas: Almería, Cádiz, Córdoba, Huelva, Jaén y Sevilla. De estos, tres afectados ya han sido dados de alta y otros cuatro permanecen hospitalizados, según ha confirmado la Junta de Andalucía.
El protocolo andaluz sigue las directrices del Plan nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas y establece una respuesta intersectorial, en la que participan múltiples consejerías, servicios de emergencias y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. El objetivo: reducir la morbilidad y mortalidad asociada al calor extremo mediante actuaciones coordinadas.
Además, se contemplan cuatro niveles de alerta según el riesgo: desde el nivel 0 (verde, sin riesgo), hasta el nivel 3 (rojo, alto riesgo), en función de las predicciones facilitadas por la Agencia Estatal de Meteorología. Esta información es trasladada por el Ministerio de Sanidad a la Consejería, que la distribuye a centros sanitarios y sociales.
Entre las medidas recogidas en el plan se incluyen campañas de información preventiva, seguimiento a los grupos de riesgo, activación de dispositivos asistenciales en caso necesario y una vigilancia constante sobre los principales indicadores de salud pública. La prioridad es anticiparse para evitar complicaciones médicas graves, como el temido golpe de calor.
El golpe de calor se considera la manifestación más severa del estrés térmico. Es una emergencia médica que eleva la temperatura corporal por encima de los 40 grados, puede provocar delirio, convulsiones o coma y pone en grave peligro la vida del afectado. Las autoridades insisten: el calor no es un enemigo menor, y las próximas semanas serán clave para evitar nuevas tragedias



