La desconexión definitiva de la red móvil de Yoigo marca un epsodio importante en el sector de las telecomunicaciones en España, tras casi dos décadas de actividad. La operación, gestionada por MásOrange —la compañía resultante de la fusión entre MásMóvil y Orange— responde a una estrategia de consolidación que busca optimizar recursos, eliminar duplicidades y mejorar la rentabilidad en un mercado cada vez más competitivo, según avanzó El Periódico.
El cierre de los nodos de Yoigo es la consecuencia natural de la integración tecnológica entre ambas compañías. La desaparición progresiva de esta infraestructura permitirá a la nueva entidad reducir antenas, recortar gastos de mantenimiento, ahorrar en alquileres y disminuir pagos a proveedores.
Ahorro millonario
De acuerdo con los planes de MásOrange, la fusión generará sinergias superiores a 500 millones de euros anuales a partir de 2027. En la primera mitad de 2025, el grupo ya ha logrado un ahorro de 230 millones de euros, con previsiones de cerrar el ejercicio en torno a los 300 millones.
A principios de 2025 aún quedaban en activo 7.400 nodos -puntos de puntos de unión y distribución de gestión de datos- de Yoigo. En abril la cifra bajó a 6.300 y, en agosto, apenas se mantenían 439. Se espera que en septiembre la red desaparezca por completo. La mayoría de las antenas activas estaban situadas en Barcelona, trabajando en la banda de 1800 MHz, la misma que permitió a Yoigo ser pionera en el lanzamiento del 4G en 2013.
Qué supone para los clientes
El final de la red de Yoigo no implicará cambios perceptibles para los usuarios, incluidos los de MásMóvil, Pepephone, Virgin Telco o Euskaltel, todas marcas del grupo. Según El Periódico, los servicios móviles se transferirán automáticamente a la red de Orange, que cubre con 4G al 99% de la población y con 5G al 90%. No será necesario cambiar de SIM ni modificar los dispositivos, lo que garantiza una migración invisible para los clientes.
La historia de Yoigo en España arrancó en el año 2000, cuando obtuvo licencias para desplegar el 3G, aunque no comenzó su actividad comercial hasta 2006. Su llegada supuso una auténtica revolución: tarifas agresivas y una imagen innovadora hicieron que se consolidara como la cuarta gran operadora nacional.
El gran hito llegó en 2013, cuando introdujo el 4G en España, lo que obligó a los operadores tradicionales a replantear su estrategia y permitió a los usuarios acceder a tarifas de datos más asequibles. Aun así, su red nunca alcanzó la dimensión de las grandes compañías del sector.
En 2016, Yoigo fue adquirida por MásMóvil y, años después, quedó integrada en MásOrange tras la fusión con Orange. Ese movimiento empresarial terminó relegando a su red propia, que poco a poco perdió relevancia estratégica hasta su apagón definitivo en 2025.