Antonio Hurtado (Jerez, 1966) y su perro Flodo pasan largas horas sentados en un mismo banco de un pequeño parque de la zona Norte de la ciudad. Son habituales de ese espacio desde hace dos meses. El mismo tiempo que ambos llevan viviendo en la calle. Antonio dice que acudieron a albergues y comedores sociales, pero que "como no dejan entrar al animal, tampoco he ido yo".
"Para mí es lo único que tengo", expresa compungido. Y es que no se ha separado de él desde que lo recogió en un parque "tirao, con tan solo dos semanas de vida", hace ya un año y medio. Ante el desamparo, Antonio metió sus pocas pertenencias en una maleta, algo de comida para él y para Flodo —al que bautizó así en honor a Frodo, el protagonista de El Señor de los Anillos—. Por las mañanas, dan vueltas por la zona; por las noches, duermen en la entrada de un establecimiento de la avenida Europa.
El jerezano Antonio Hurtado durante la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA.
Muchos son los vecinos que se percataron de la reciente presencia de Antonio y su fiel amigo. Él no pedía. Tan solo se dedicaba a observar. Son los vecinos quienes se acercaban a saludar al peludo de Flodo y entonces empezaban a interesarse por la situación del jerezano. Una de ellas fue Janeth, una argentina criada en Bolivia y afincada en Jerez desde hace 16 años. "Lo veía con su perrito y pensaba que simplemente lo sacaba a pasear tarde en la noche, como yo", cuenta. "Hasta que me dije que no era normal verlo siempre en el mismo sitio. Así que me acerqué a él y le pregunté".
—¿Y por qué tú estás en la calle?—, le preguntó Janeth.
—Cosas de la familia...—, le respondió Antonio.
"Se me caían las lágrimas", cuenta la joven a lavozdelsur.es. Él le contó su historia y ella le dijo que no se preocupara, que intentaría hacer lo posible por cambiar su situación. "Yo tengo perro también. Sé lo que es la entrega emocional a un animal... Que una persona sin recursos se vea en la calle por no querer abandonar a su perro...", expresa Janeth emocionada. "Comida tiene, de cosas que le han dado los vecinos, pero comida caliente no... Tampoco tenía manta, así que le di una... Pero él lo que necesita es un techo donde dormir", continúa la argentina.
El fiel amigo de Antonio, Flodo. FOTO: MANU GARCÍA.
Antonio Hurtado, que ha trabajado en la hostelería desde que tenía tan solo 13 años, como camarero o ayudante de cocina, lleva en paro desde la crisis de 2008. Hace casi 30 años emigró a Cataluña en busca de trabajo. Allí conoció a la que hoy es su ex pareja y madre de sus dos hijas. Formó una familia en Figueras, pero al quedarse desempleado, llegaron los problemas. Dice que ante una situación insostenible, decidió regresar a su tierra. El jerezano residía en Los Naranjos hasta hace tan solo dos meses, cuando se quedó sin dinero para seguir pagando el alquiler. "Tengo hermanos aquí, pero no quiero importunar a nadie", confiesa.
En la actualidad no tiene donde cobijarse, es por ello que pide un trabajo y un techo donde ambos puedan dormir. "Busco a alguien que me acoja en un campo para cuidarlo o algo", manifiesta. "Para un techo y un plato de comida caliente", enlaza Janeth, quien nada más verle le ha preguntado dónde pasó la noche. "Anoche me dijo una pareja que me fuera para su casa a dormir, que iba a llover", contesta. "¡Ah! Pues agarré tus cosas del parque y lavé tu manta", le devuelve.
Antonio dice que ha sentido en sus carnes la solidaridad de la gente, pero no la ayuda por parte de las administraciones. "La gente le prejuzga, por eso quizá él prefiere pasar su tiempo con el animal antes que con las personas", piensa la argentina. "Eso es. Él es mejor que muchas personas", apostilla Antonio.
Comentarios