Íñigo Breña trabaja en Madrid desde hace unos meses y es uno de los primeros casos de jerezanos que han dado positivo por coronavirus. Se encuentra bien y los síntomas en él, que tiene buena salud a sus 31 años, no le han generado muchos problemas. Comezó a sentirse mal el lunes 9 de marzo. Había pasado el fin de semana en Sevilla, y comenzó a sentirse mal hasta que por la noche tenía algunas décimas. En cada persona está enfermedad no se desarrolla necesariamente igual, y este caso es uno de los leves.
El martes, ya con 39 de fiebre y dolor de cabeza, acudió a un centro de salud. Entonces, ni siquiera Madrid estaba alertada de que el coronavirus se había descontrolado. Era la primera vez que iba, hizo los trámites para darse de alta como residente desplazado en el sistema sanitario madrileño y la doctora le dijo que tenía un catarro. No acudió a su puesto de trabajo y poco más de 24 horas después, el miércoles, la fiebre había desaparecido. El miércoles, sin embargo, sintió fuertes dolores durante todo el día en el tórax, "pero no tuve tos y ya no tenía fiebre".
Esperando un diagnóstico "físico, porque me dolía el tórax y no podía ni sentarme", pero sin relacionarlo en ningún momento con el coronavirus tras el primer diagnóstico, finalmente acudió al hospital de La Princesa, donde ya sí le realizaron placas en el pecho. "Hubo algo que no gustó en el pulmón y me aislaron". Le dijeron que se mantuviera en casa. El viernes le recibió la llamada de que la prueba había dado positivo.
El miércoles por la noche y sobre todo el jueves fue cuando los medios de comunicación nacionales empezaron a hablar de que el coronavirus podría estar ya descontrolado en la capital. "No podía pensar que era coronavirus, en el centro de salud me habían dicho que era un catarro". El diagnóstico de su prueba tardó 48 horas, más de las 16 que se suponía que tardaría, fruto de que los laboratorios de la sanidad madrileña empezaban a sobrecargarse.
Íñigo Breña, en su casa, tras la entrevista telefónica.
La situación de la pandemia la ve, evidentemente, ya con otros ojos. "Ha sido un caos, los centros de salud no estaban preparados, ni siquiera los médicos. Lo mínimo es que si llegas con malestar habría que hacer algo. Si no llego a ir al hospital, el jueves habría ido a la oficina y sería un riesgo mayor. Creo que hay más casos de personas contagiadas. Sé que hay gente alrededor con síntomas más graves que los míos, y no están contabilizados".
No sabe quién le ha contagiado, ni cómo, ni cuándo. Sí reconoce que ha podido contagiar "sin saberlo, a 40 o 50 personas", a raíz de haber tenido contacto antes de experimentar síntomas con mucha gente. "Y pocos son, podría haber descontrolado más, si hubiera ido a trabajar también el martes". Lamenta que "se ha actuado tarde, si hubieran aislado los primeros casos... Ya la gente está concienciada, pero han tardado dos semanas". Como el, "¿cuánta gente ha estado dando vueltas sin saberlo y contagiando? Ortega Smith, Irene Montero... Mi caso era primero un constipado. Hay más de 10.000, seguro".
Por el momento, le toca mantenerse en aislamiento, al menos hasta el lunes que viene, es lo que le indicaron los facultativos. Y cada mañana recibe una llamada para controlar cómo se encuentra. Indica que ha sido uno de los últimos casos leves a los que se la hecho test. "En los hospitales sí tenían, en los centros de salud no, y no se ha estado siguiendo un protocolo".
Ahora espera recuperarse con normalidad, aunque desconoce si los síntomas pueden volver. Mientras, sigue teletrabajando con la normalidad que casi cualquier español puede lograr en estos días de pandemia. Sólo que él ya lo verá de otra manera, como uno de los primeros recuperados por el coronavirus.
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