En los pocos metros cuadrados de la habitación del Hospital de Jerez en la que lleva más de un mes ingresada, Leire, de cuatro años, juega con sus padres, dibuja, colorea y por las noches se duerme oyendo cuentos de boca de sus progenitores. Una vida comprimida en una sala fría a la que han llenado de color y entretenimiento para que la pequeña lo lleve lo mejor posible.
El 14 de abril, después de detectarle su madre unos puntos rojos en el cuello y varios y hematomas en las piernas, decidieron llevarla a su pediatra, que la derivó al hospital. Desde entonces está ingresada. Hace dos semanas tuvieron el diagnóstico: aplasia medular grave. Hace falta una médula compatible. Y nadie de su familia lo es. Ni sus padres, ni su hermana mayor, de siete años.
Por eso, la familia, residente en Estella del Marqués, una Entidad Local Autónoma (ELA) de Jerez, profirió una llamada de socorro para pedir donantes de médula en redes sociales, tras lo que se ha colapsado, durante varias mañanas, el Hospital de Jerez. "Está viniendo mucha gente, hay unas colas tremendas, lo que nos ha sorprendido", confiesa Daniel Román, el padre de la pequeña, en conversación con lavozdelsur.es.
La aplasia medular grave es una insuficiencia en la médula caracterizada por una desaparición total de precursores hematopoyéticos (células) en la médula ósea. Los hematomas que detectó la madre de Leire son uno de los síntomas de esta enfermedad. La trombopenia, que es como se llama a la falta de plaquetas, puede producir mínimos traumatismos, sangrado de encías o nariz. También la anemia (déficit de hematíes) conlleva cansancio, palidez, mareo o dolor de cabeza. La falta de leucocitos (leucopenia y neutropenia) puede producir úlceras en la boca e infecciones.
Leire, de cuatro años, lleva tres residiendo con sus padres y su hermana en Estella del Marqués. Antes estuvieron en Jerez, aunque sus padres proceden del mundo rural. Su padre, del Puente de la Guareña, y su madre de Rajamancera. No fue hasta hace un mes cuando la madre detectó los primeros síntomas en la pequeña. Y desde entonces sus vidas ha dado un vuelco. De su casa en la ELA, a una habitación de hospital, que pronto cambiará. La previsión es que la semana que viene sea trasladada a Córdoba. En el Hospital Reina Sofía de la capital cordobesa para someterla a un tratamiento previo al trasplante de la médula que la familia anhela.
Para inscribirse como donante de médula, tan solo hace falta acudir al Hospital de Jerez por las mañanas, rellenar un formulario y someterse a una analítica de sangre, para estudiar su composición. De momento, no hay donante compatible para Leire, que lleva "bastante bien" su ingreso hospitalario. Sus padres y familia cercana, mucho peor. "Los días se nos hacen muy largos, no dormimos, no comemos, por la angustia que no nos deja respirar", cuenta Daniel Román, padre de la pequeña.
Leire, sin embargo, tras unos primeros días en los que reclamaba la vuelta a casa, se ha acostumbrado a la vida en la habitación del hospital. "Seguro que echará de menos su vida anterior, pero no lo dice. "Ella solo piensa en jugar", insiste Román. La niña, que es "muy alegre y extrovertida", según su padre, no para de hablar y de inventar. "Siempre tiene algo en las manos". La niña, que "nunca ha estado enferma", dice su padre, necesita ahora con urgencia una médula que la ayude a retomar su vida. De momento, la respuesta a la petición solidaria ha tenido una gran repercusión.
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