“No desde el minuto uno. 27=14+13. La salud de nuestros hijos es la salud de todos”, se lee en la pancarta que porta José Manuel Valderas, padre de uno de los 27 alumnos de una abarrotada clase de primero de Primaria del CEIP Blas Infante de Trebujena. Junto a él están las madres y padres de pequeños de primero y tercero, concentrados tras acudir a la llamada de la Ampa. Es la primera de una serie de movilizaciones que pretenden llevar a cabo para que la Junta de Andalucía autorice el desdoble de aulas y permita que se mantenga la distancia social. Ahora es imposible. El hijo de José Manuel no acudirá al centro escolar hasta que haya metro y medio de separación.
“Hemos hecho un esfuerzo muy grande estos meses para que ahora se congreguen en un espacio tan pequeño”, sostiene este padre, preocupado por un posible contagio. “Hemos ido dos veces a la playa y un día a un bar de un familiar, poco más. Hemos hecho mucho sacrificio para que ahora no se solucione este problema”, añade. “Los niños de esas edades —seis años— comparten cosas, juegan entre ellos, no están quietos…”, dice José Manuel, a quien le preocupa que “luego los niños se relacionan con la familia”. Él, en su entorno más cercano, tiene a personas de riesgo. “No son condiciones de seguridad y por eso estamos aquí. Hay menos de medio metro entre los niños, apenas puede pasar el profesor. No debemos permitirlo”.
El hijo de Juan José Fernández también está en primero. “Mi hijo tenía ganas de venir y ver a sus amigos”, confiesa, pero él cree que el colegio durará poco tiempo abierto. “En algún momento tendrán que parar”, expresa, “Trebujena tiene una tasa de contagio elevada porque hay muchos trabajadores sanitarios”. Él mismo y su mujer lo son, sabe de lo que habla. “Estaremos en la puerta hasta que se solucione”, dice. “No tiene sentido que permitan solo diez personas en sitios abiertos como terrazas de bares pero ahora entren 27 niños en una clase, pegados porque no caben”.
Por una puerta lateral se accede al centro escolar y siguiendo un camino de flechas amarillas se bordea el edificio principal, se pasa por el patio y se llega a un edificio anexo, donde están las aulas masificadas, una frente a la otra. La de primero está a la derecha y la de tercero, a la izquierda. Junto a ellas hay dos clases vacías que la dirección del centro, Ampa y Ayuntamiento creen que deberían utilizarse para desdoblar las clases con 27 alumnos. Algunos de ellos, por el miedo de sus madres y padres, no están acudiendo. Siete de primero y tres de tercero faltan cuando se convoca la concentración.
“Hay dos aulas vacías, por lo que se podrían desdoblar las clases”, asegura el alcalde de Trebujena, Jorge Rodríguez, en la puerta del centro, apoyando la concentración. Para él, “no tiene sentido” que haya aulas con 27 alumnos, e insta a la Junta a “contratar a docentes” para poder desdoblar aulas. “Las aulas no están preparadas para tener a 27 alumnos”, abunda Rodríguez, quien avanza que el Ayuntamiento estudia emprender acciones legales contra la Junta de Andalucía por aumentar ratios e impedir el distanciamiento social de un metro y medio.
“Trebujena tiene fama de ser un pueblo reivindicativo”, asegura Rodrigo Martínez, presidenta de la Ampa del CEIP Blas Infante. “Hace dos años estuvimos en las mismas circunstancias, pero nos manifestamos y conseguimos el desdoble”, expresa. “Como no haya movilización, no va a haber solución Pedimos algo que nos pertenece por ley, es increíble que no se haga habiendo aulas vacías”. El representante de la asociación de madres y padres asegura que se trata de una decisión “puramente económica” y apunta que cuentan con el apoyo de los progenitores, otras Ampa de municipio, Ayuntamiento, asociaciones… “Hasta que no consigamos el desdoble no vamos a parar”, adelanta.
Para Martínez es “imposible” meter en una aula a 27 alumnos, sus mochilas y material escolar, abrigos, a las profesoras… en apenas 32 metros cuadrados, respetando la distancia de seguridad. “Hace ocho años nos quitaron una línea y tenemos tres de primero de Primaria entre los dos colegios de Trebujena”, cuenta. Desde entonces se turnan cada curso para tener dos y una clase, provocando problemas de ratio cuando avanzan los años. El presidenta de la Ampa cree que se ha derivado la responsabilidad a los equipos directivos de los centros, que “no son especialistas en prevención ni en salud”.
María del Carmen Delgado lleva dos cursos como directora del CEIP Blas Infante. “Mira qué buen estreno he tenido”, dice. En el primero tuvieron que suspender las clases por el coronavirus y el segundo comienza en plena pandemia. “A la jefa de estudios siempre le digo que si sobrevivimos a esto, ya lo que nos echen”, apunta. La directora considera que falta “voluntad política” para ejecutar un desdoble muy necesario. “El colegio está preparado para tener dos unidades en cada nivel, pero voluntad política que no la hay”. Estos días están faltando pequeños, “los padres tienen miedo”. La dirección del colegio ha enviado escritos a la Inspección educativa y a la delegación territorial de Educación para informarlas de la situación, pero sigue sin respuesta.