Las señales que recibe una familia de Jerez de su hija fallecida hace dos años y medio

Marina Gallego falleció a los 20 años en junio de 2022 tras una enfermedad. Su madre ha relatado las sorprendentes apariciones de su imagen, una amapola y una libélula roja

Rocío, madre de Marina Gallego, contando en 'La noche infinita' las señales que ha recibido de su hija tras haber fallecido.
17 de febrero de 2025 a las 10:39h

Es uno de los grandes enigmas de la humanidad. ¿Hay vida más allá de la muerte? Y después de la vida, ¿hay posibilidades de comunicarse con las personas que se quedan en este mundo? Preguntas que nunca tendrán respuesta, aunque muchas personas han ofrecido testimonios de la posibilidad de comunicación con los seres queridos que han partido. Ya sea a través de sueños o sensaciones inexplicables, muchas personas han afirmado recibir señales desde el más allá de gente que ha muerto. 

El pódcast La noche infinita, que presenta y dirige Adrián Martínez, ha ofrecido en su último capítulo el testimonio de la familia de Marina Gallego, una joven jerezana que falleció en junio de 2022 a los 20 años de edad tras una enfermedad. Marina era una gran amante del mundo del misterio y de los enigmas, llegando a participar en su día en una de las rutas misteriosas por Jerez que suele proponer Martínez. 

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A raíz de su muerte, su familia comenzó a recibir señales desde el más allá. Rocío, su madre, ha contado que al poco tiempo de marcharse, empezaron a sonar dos teléfonos sin que nadie los accionara y, en el sofá salón de la casa de la parcela de verano donde se sentaba Marina, apareció la imagen de esta joven. 

Eva, una prima de Rocío, también empezó a recibir señales extrañas: "En el mes de agosto empiezo a recibir mensajes extraños al sentarme en un banco, en un azulejo de un baño o al ver en un coche. Eran textos escritos que a mí me influían. Eran mensajes como que la vida es corta. Un día estando en una papelería voy a pagar y me encuentro abajo un libro titulado El lenguaje secreto del universo. Automáticamente, lo compré porque ya había recibido mensajes anteriores. Cuando empezaba a leer el libro, no podía porque había un pensamiento constante en mi cabeza que era ‘darle el libro al Guille (hermano de Marina), darle el libro al Guille’. No podía leer el libro. A la mitad decidí coger el libro, meterlo en la mochila y dárselo a Rocío cuando la viera". 

Y ese mismo día, de manera sorprendente, ya que llevaban años sin coincidir, se encontraron. Rocío, la madre de Marina, recibió el libro, lo leyó y "a partir de leerlo he visto señales que no son normales, que son señales de verdad. No son casualidades. Empiezo a leer el libro y empiezo a recibir señales que yo encuentro y existe un paralelismo que veo que son las señales que quiere mi hija que yo vea. Por ejemplo, una libélula, la llamada, una amapola".  

Sorprendente fue el caso de la amapola que apareció y desapareció de forma misteriosa en la casa de veraneo o la libélula de color rojo que aparecía siempre a las doce del mediodía por la piscina familiar. "Me meto en Google para saber si por aquí había ese tipo de libélulas y me indica que son originarias de la India y que significa amor eterno y muerte. Nos visitaba todas las mañanas y ya le hablábamos a la libélula como si fuese Marina". 

Por todas las señales recibidas después de la muerte de Marina, su madre entiende que "hay vida después de la muerte porque los hechos están ahí y percibimos todos los días, a través de señales, que Marina está con nosotros. Nos arropa, apoya y nos quita muchos dolores de cabeza. Ella ha partido hacia un mundo astral, en otra dimensión, pero el ser de ella vive en nosotros. Cada día que pasa lo tengo más claro”. 

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R. G.

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