Es una de las desapariciones más inquietantes de los últimos años. El 2 de diciembre de 2013 se cumplirán doce años de la desaparición de Malén Ortiz, una joven que por entonces tenía 15 años y a la que se le perdió la pista en la isla de Mallorca. Este domingo está prevista una concentración en Calviá, municipio en el que residía la adolescente hasta aquel trágico día en el que nada más se supo de ella, que se celebrará bajo el lema “prohibido olvidar a Malén”.
Los hechos se remontan al 2 de diciembre de 2013, cuando la menor asistió a clase y después regresó a su domicilio en Calviá. Al no encontrar allí a su padre, con quien convivía tras la separación de sus progenitores, decidió dirigirse a comer con su novio en Son Ferrer. Antes de marcharse, pidió al conserje del edificio que informara a su padre de que se iba con su pareja. Más tarde tomó un autobús, aunque se pasó la parada prevista y bajó finalmente en la rotonda de Pirates, en Magaluf.
Su desaparición sigue siendo un enigma
En aquel momento vestía zapatillas rosas, unas Vans que dieron nombre a la Operación Vans, aún activa, así como unos pantalones rajados. Llevaba con ella un patinete verde flúor con el que inició el recorrido hacia Son Ferrer, unos cuarenta minutos a pie. Lo que ocurrió después sigue siendo un enigma. Tres cámaras deberían haber registrado su desplazamiento: en la primera apareció con normalidad, en la segunda la imagen quedó borrosa y en la tercera ya no se la vio. La desaparición se produjo tras pasar frente al vivero de Sa Porrassa, una zona de tráfico constante y viviendas cercanas.
Desde entonces, no ha surgido ninguna pista concluyente. Una de las hipótesis analizadas ha sido la de un secuestro improvisado, aunque no ha podido confirmarse. No se ha encontrado el cuerpo pese a numerosas búsquedas en los últimos años, no hay condenados y nunca se ha celebrado un juicio, lo que mantiene el caso en un limbo judicial y emocional para la familia.
El paso del tiempo ha traído también giros inesperados. En septiembre, un juzgado de Instrucción de Palma investigó a un joven que aseguraba saber dónde estaba el cuerpo de Malén y que tres personas la habrían secuestrado y matado. En mayo de 2024 fue entrevistado por agentes y volvió a ofrecer informaciones que ya había declarado años atrás, sin aportar ningún dato verificable.
Finalmente, el joven admitió ante los investigadores que había realizado esas afirmaciones bajo los efectos del alcohol y de las drogas y que no eran ciertas, lo que obligó a descartar esa línea de investigación. Doce años después, el caso sigue abierto y la familia insiste en mantener viva la memoria de la adolescente mientras aguarda respuestas.