Fue hace cuatro años cuando se descubrió una tumba romana en la localidad de Carmona, que tiene una de las necrópolis romanas mejor conservadas de la península. Juan Manuel Román, arqueólogo municipal, acudió a una obra en la que había aparecido un hueco en una excavación comprobando que se trataba de una tumba romana.
Además de vasijas, platos de vidrio y cerámica de gran valor, en una de las seis urnas funerarias con los restos de tres hombres y tres mujeres que vivieron en el siglo I d.C., se encontró una pieza con cenizas junto a un frasco de cristal cuarzo sellado con un tapón. Se trataba de un frasco que conservaba su contenido en estado sólido.
Entonces se concluyó que podría tratarse de un tarro de ungüentos o de un perfume de la época romana. Este trabajo de investigación de la UCO y el mencionado arqueólogo, ha sido publicado esta semana en la prestigiosa revista científica Heritage. Un elemento fundamental para la conservación del contenido era el tapón fabricado con un mineral, la dolomita. Para conseguir que permaneciera estanco, se había empleado betún que, según el estudio, absorbió el contenido del frasco.
Los especialistas han hallado algunos indicios de que la base pudo ser aceite de oliva y que el aroma tenía un componente esencial, pachulí, cuyos componentes aparecían en las pruebas. Así que hace 2.000 años una familia pudiente utilizaba perfume, solo al alcance de los poderosos, económicamente hablando, de la época y un hallazgo que los expertos en la civilización romana consideran muy importante para conocer cuáles fueron las prácticas higiénicas y cosméticas.
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