El mundo del periodismo español despide a una de sus figuras más reconocidas. Manuel Piedrahíta, natural de Baena, en Córdoba, ha fallecido en Madrid a los 91 años, según ha informado Radio Televisión Española (RTVE). Con una trayectoria marcada por el rigor y la vocación internacional, Piedrahíta se convirtió en un referente dentro y fuera de nuestras fronteras.
Su nombre está ligado a la corresponsalía de RTVE en Bonn, ciudad que en aquel momento era la capital de la República Federal Alemana. Allí ejerció como corresponsal de Radio Nacional de España entre finales de 1974 y febrero de 1981. Antes, ya había trabajado en el exterior como enviado en Londres en los años 60 para el diario Pueblo, consolidando así un perfil periodístico con fuerte proyección internacional.
Pasión por la gastronomía
Además de su labor informativa, Piedrahíta desarrolló una intensa faceta como escritor y colaborador en distintos medios. Publicó varios libros, firmó artículos en cabeceras como Diario Córdoba y participó activamente en conferencias. Su pasión por la gastronomía le llevó también a destacar como crítico, difundiendo las bondades del aceite de oliva de Baena, producto del que fue uno de sus grandes embajadores.
Su implicación con la cultura y la tradición local le llevó a ser presidente de la Federación Andaluza de Cofradías Vínicas y Gastronómicas (Fecoan) y de la Cofradía Amigos del Olivo en Baena, desde donde defendió con entusiasmo la identidad enogastronómica de su tierra.
Las muestras de condolencia no han tardado en llegar. La alcaldesa de Baena expresó en redes sociales. “Lamentamos el fallecimiento de Manuel Piedrahíta, periodista baenense que siempre llevó con orgullo el nombre de Baena y sus tradiciones. Lo hizo como histórico corresponsal de RNE y La 1 en Bonn y también a través de su pasión en las cofradías enogastronómicas. Nuestro más sentido pésame a su familia, amigos y compañeros. Baena despide a un hijo universal", expresa.
Con su muerte, desaparece una voz clave del periodismo español que es reconocido como el primer corresponsal de Baena, pero queda su legado como símbolo de compromiso profesional y amor por sus raíces.