Amou Haji llevaba 63 años sin ducharse y, curiosamente, ha muerto después de asesarse por primera vez en tanto tiempo. No pasaba por la ducha por miedo a enfermar y, a tenor de su longevidad, no le ha ido nada mal.
A pesar de vivir en la calle y de su suciedad, Amou ha superado la longevidad media de los hombres de Irán, que suele estar en los 77 años.
Tenía, según un examen médico que le hicieron hace ocho años, un fuerte sistema inmunológico. En aquel análisis médico di negativo en las pruebas de hepatitis, parasitología y ETS. Los propios médicos llegaron a la conclusión de que podría haber desarrollado un sistema inmune al vivir en condiciones insalubres, rodeado de basura y animales muertos, tan extremas.
Hace unos meses, sus vecinos, que le habían construido una choza, le convencieron para que se diera un baño y, poco después de acceder a romper con décadas sin ducharse, Amou ha fallecido a los 94 años de edad.