El martirio de una vigilante de Prosegur: un compañero intenta atropellarla tras agredirla

La compañía de seguridad privada se niega a activar el protocolo de acoso por razón de sexo ya que considera que esta agresión "fue un incidente aislado"

Un vigilante de una casa en una imagen de archivo.
Un vigilante de una casa en una imagen de archivo.

Una vigilante de seguridad de Prosegur ha sufrido un terriple episodio durante su jornada laboral. Según ha publicado el diario Público, un compañero le profirió insultos vejatorios e intentó atropellarla con su coche tras grabarla en vídeo cuando la retenía. La dirección de la empresa se ha negado a activar el protocolo de acoso por razón de sexo ya que considera que esta agresión "fue un incidente aislado" y no se ajusta a la figura de acoso que recoge su Plan de Igualdad.

La trabajadora sufrió este acoso el viernes 20 de agosto cuando fue al campus de la Universidad de Vigo en Ourense, donde se encarga de la vigilancia. Allí, conversó con el vigilante al que debía darle el relevo, pero para su sorpresa, éste empezó a insultarla y a hacer gestos machistas. En ese momento, ella le impidió cerrar la puerta del coche y le recriminó su conducta. Pero el hombre comenzó a agredirla. 

La mujer quiso grabarle pero el agresor le arrebató el móvil. Después, intentó atropellarla mientras la víctima intentaba quitarle el teléfono introduciendo sus brazos por la ventanilla. El hombre cerró la ventanilla con los brazos dentro y dio marcha atrás y adelante arrastrándola por el suelo. Además, la grabó mientras le hacía gestos obscenos. 

Según detalla el diario Público, la mujer llegó a orinarse debido al suceso. Otro compañero se personó en el lugar y le dejó un teléfono móvil para llamar a la Policía. Uno de los agentes se ofreció como testigo tras ver el vídeo del guardia y llamó a la ambulancia para que fuera trasladada de inmediato al Servicio de Urgencias.

La empleada de Prosegur fue atendida por lesiones presuntamente producidas por violencia de género física y psíquica. El parte médico señala crisis de "ansiedad secundaria a episodio de violencia en el ámbito laboral". Magulladuras, nerviosismo, miedo, contusiones y otras heridas fueron detectadas en el centro privado al que asistió la mujer tras abandonar el ambulatorio.

Pese a los partes médicos, el testimonio policial y la denuncia de ella, la compañía ha denegado la apertura del protocolo. Además, asegura que está investigando el suceso pero, tres semanas después, nadie se ha puesto en contacto con la víctima, que se encuentra de baja. El martes 24 la dirección se pronunció tras la denuncia de la Confederación Intersindical Galega (CIG), sindicato al que está afiliada la trabajadora. En su carta respondió: "El incidente no es constitutivo de ningún tipo de acoso, es un incidente aislado y no una acción sistemática o recurrente en el seno de la relación de trabajo".

La empresa deja claro que está realizando una investigación interna y, aunque manifiesta "la gravedad de los hechos", la única medida que ha tomado es que la víctima y el agresor no coincidan en su jornada laboral.  Prosegur pidió a la mujer que aportara pruebas y detalles, y así lo hizo ella en 72 horas. Sin embargo, todavía no hay novedades y la compañía no argumenta el motivo de no activar el protocolo.

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