María Trinidad Suardíaz, de origen asturiano, y su bebé desaparecieron en 1987 en Matadeón de los Oteros, León. La mujer había presentado previamente una denuncia por maltrato contra su marido, un hecho que condicionó desde el principio unas investigaciones que, durante décadas, no lograron aportar pruebas sólidas. Los registros efectuados en 2017 en la vivienda familiar y un año después en la casa de Berbés tampoco permitieron esclarecer lo ocurrido, por lo que el caso terminó archivado provisionalmente.
Treinta y ocho años después, la Policía Nacional ha reactivado esta semana la búsqueda con un nuevo dispositivo en la balsa de agua de la antigua mina de Berbés, en Ribadesella. Los equipos han trabajado durante dos días para intentar localizar los cuerpos de María Trinidad y de su hija Beatriz, de trece meses, cuya desaparición en 1987 conmocionó a la provincia de León. Un portavoz policial explicó que los resultados del operativo se comunicarán este jueves, una vez informada antes la autoridad judicial.
Una juez ordenó disponer "los medios necesarios" para avanzar en la búsqueda
La reapertura judicial del caso surgió a raíz de un informe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), con fecha de 15 de octubre de 2025, donde se señalaba la imposibilidad de seguir con las diligencias anteriores por falta de medios técnicos. Ese documento motivó que la juez dictara el 28 de octubre un auto en el que ordenaba disponer “los medios necesarios” para avanzar en la búsqueda, incluyendo la colaboración de los organismos especializados que fueran requeridos. Esa orden permitió incorporar a la UME y reforzar el dispositivo con personal capacitado para intervenir en zonas de difícil acceso.
El nuevo despliegue contó con la participación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y comenzó a primera hora del martes, prolongándose hasta última hora del miércoles. Las labores se centraron en el drenaje de la balsa para poder acceder al fondo, ya que existían indicios de que en su interior permanecían dos vehículos sumergidos, cuya inspección podría resultar clave para el caso.
A pesar de la complejidad del terreno y de la acumulación de lodo, los especialistas confiaban en poder completar el acceso a la zona acordonada antes de finalizar la jornada. La balsa se sitúa junto a la bocamina de una antigua explotación de fluorita en Berbés, una zona costera del oriente asturiano que ya había sido inspeccionada años atrás, aunque sin los recursos tecnológicos que ahora se han puesto a disposición de la investigación.
La combinación del nuevo auto judicial, la intervención de unidades especializadas y la tecnología actual ha permitido retomar una de las búsquedas más prolongadas en la historia reciente de España, en un caso marcado por tres décadas de incertidumbre y por la persistencia de las dudas sobre el paradero de madre e hija.
