En la puerta del centro de barrio de San Joaquín de Jerez, Javier Sáez y Toñi Soto hablan sobre las actividades programadas para el resto de la semana. Ya hace ocho años y medio —fue en octubre de 2010— que nació la asociacion de familiares para la integración y mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad (Afamedis). Una iniciativa surgida al calor de la necesidad de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad.

“Cuando pasan los 21 años no es posible seguir estando escolarizados, por lo que aquí damos una alternativa”, comenta Javier Sáez, que tiene a su hermana integrada en un colectivo que difiere bastante de otros dedicados a personas con discapacidad. “No buscamos prepararles para trabajar, por ejemplo, como hacen otras asociaciones, sino que queremos que tengan actividades, como si fueran horas lectivas y actividades extraescolares”, reconoce.

Toñi Soto, secretaria de la asociación, también lo tiene claro: “Yo no quería que mi hermana fuera al mercado laboral porque ella no está para eso, hay que comprender la realidad de cada persona”, indica. Por contra, el pilar sobre el que se sustenta la acción de la organización es la socialización y llevar una vida completamente normal. “Hay niños que hasta que no han venido aquí no salen de su casa, eso genera miedo a la calle, miedo a lo desconocido y lo que intentamos es normalizar”, añade Javi. “En el taller de cocina no tratamos solo de que hagan plato, sino de que vayan a comprar al supermercado, busquen los productos, paguen y sepan administrarlo”.

Miguel y Rosi durante el encuentro con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA.

Rosi, Miguel y Alicia son tres de esos otros campeones, que a diferencia de lo que sucede en la multipremiada película de Javier Fesser prefieren bailar, nadar o hacer karate. “Mejor kárate que baloncesto, y nadar... me pongo las gafas y a nadar”, dice Rosi, a quien le acompaña Miguel: “Pero qué va, qué va, sólo baloncesto”. Y a Alicia, aunque lo que más le guste sea bailar, la natación también le tira. “Nadar... prefiero nadar que el baloncesto”. No obstante, no esconden su simpatía por la película, que vieron cuando se estrenó. “Recuerdo que fuimos a verla, a mí me gustó”, sentencia Miguel, que precisamente al baloncesto no juega nada mal, aunque todos sean ya cinturón amarillo de kárate.

“Las actividades deportivas son fundamentales porque, además, las personas con discapacidad suelen tender al sobrepeso y hacer deporte, además de ayudar a que socialicen, es sano”, comenta Javier. Una de las monitoras, Merci Rodríguez, les pregunta haciéndole recordar una de las actividades que hacen cada mes. “¿Qué hacemos esos jueves con los cumpleaños?”, dice, mientras Rosi, Miguel y Alicia se miran entre ellos y disputan por contestar antes. “Las tartas, las tartas”, comenta Rosi. “Pero yo no puedo, tengo azúcar”, dice entre risas de todos. "Celebramos todos los cumpleaños del mes los jueves últimos en el taller de cocina", aclara Merci.

Miguel, Rosi y Alicia, junto a su monitora Mercí de AFAMEDIS. FOTO: MANU GARCÍA.

Los otros campeones no solo difieren de los campeones de la gran triunfadora en los Goya por el tipo de deporte que prefieren. Javier, Toñi y Merci tienen claro que la película ayuda a concienciar entre la opinión pública sobre la discapacidad, pero advierten de que también puede utilizarse como banalización de la realidad. “No todas las personas con discapacidad pueden hacer lo que hacen en Campeones”, aclara Javier, que cree que si bien la película tiene buenas intenciones, puede interpretarse de otra forma. “Aquí hay muchas historias de superación”, aclara en referencia al concepto de cooperación y de ayuda mutua, y rechazando la competitividad y el éxito como tales.

“El común denominador de todos es que tienen discapacidad pero aquí hay niños que tienen un mayor o menor grado de discapacidad intelectual, mientras que algunos tienen síndrome de down, otros autismo; y hay quien más que nada tiene dificultades para expresarse” explica. “Hay chicos que tienen a lo mejor una discapacidad motora algo más severa que intelectual y viceversa, pero en definitiva lo que intentamos es que se ayuden mutuamente, porque a lo mejor uno que no habla es muy bueno en baloncesto y otro lo es en otra cosa”. Es ese uno de los motivos por los que normalmente los monitores dividen al colectivo en varios grupos y fomentan actividades como el baile o el teatro, que creen que aumenta la cooperación.

Con unos gastos que oscilan entre los 3.000 y 3.500 euros mensuales, y una ayuda pública bastante limitada, Afamedis utiliza, gracias a la cesión del Ayuntamiento de Jerez, el centro de barrio de San Joaquín, así como varias instalaciones municipales para las actividades deportivas. “No podemos quitar los lunes o los viernes porque si no se crea un drama espectacular”, dice entre risas Toñi. “A Jessi la traen desde Paterna y si es lunes o viernes, no falta. Ella está en silla de ruedas y desde que entró, le ha dado vida. Al principio se caía, pero luego...”, hace una pausa. “¡Es que ella en el agua se siente libre!”, exclama emocionada.

Javi, por su parte, no puede olvidar el día que Rosi pisó la playa. “Cuando Rosi entró en la asociación hace unos 4 o 5 años y la llevamos a la playa, casi llora. Era casi la primera vez que veía el agua a sus casi 50 años. Ahora es ella la que insiste a su madre, coge el tren y la lleva a bañarse”, cuenta con satisfacción. “Ella arrastra a la madre; hay padres que tenían miedo a salir con ellos porque se portaban mal o no sabían qué hacer, pero ahora con nosotros normalizan las salidas”. Es ese el objetivo último de la asociación, que con el respaldo de los familiares busca mejorar la vida tanto de ellos y de ellas como de sus propias familias. Precisamente, Rosi recuerda sus salidas a la playa con risas. “Me caí dos veces con las olas”, comenta. “Otra vez recogimos conchas, las traemos y hacemos...”, Merci le recuerda: “Macetas”. “Sí, sí, y luego esperamos a que se secaran”, concluye con una sonrisa.

Algunos alumnos de AFAMEDIS en el centro de barrio de San Joaquín desempeñando diferentes actividades. FOTO: MANU GARCÍA.

“Ahora vamos a hacer otra obra de teatro”, cuenta la monitora. “En los ensayos no es fácil, pero sin embargo cuando llega final de curso siempre representamos una obra y la verdad es que lo hacen genial”, comenta emocionada. En el interior del centro de barrio, todos los compañeros y las compañeras de Miguel, Rosi y Alicia, hacen actividades. Una pared indica, con unas fichas que se pueden quitar y poner, quienes han asistido hoy a clase. Al otro lado, algunos dibujan el mapa de Andalucía. “Esa es la provincia de Sevilla”, comenta Miguel a sus compañeros. A su vera, sentados, otros de sus compañeros están haciendo recortables, y al fondo, un calendario está pegado sobre la pared. En el calendario solidario, algunos traen el butano, otros hacen labores de oficina y hay quien acompaña a los propietarios de la famosa churrería El Cazador de La Asunción. “Churros... ¡qué buenos!”. Doce oficios para doce meses en los que todos y cada uno de sus días son una excusa para superarse y pasarlo bien, eso sí, siempre en cooperación.

AFAMEDIS celebra su IV Gala Solidaria en las bodegas Fundador el próximo sábado 23 de febrero con la actuación en directo dde Solera 60, una tómbola, visita guiada a la bodega y una comida catering. El plazo para conseguir las entradas acaba el próximo 19 de febrero. Se puede obtener más información en los números 615383479 y 646852935.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

...saber más sobre el autor

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído