La 'gota fría' arruina un poco más el prestigio de Canal Sur

Jesulín de Ubrique ha sido uno de los invitados del programa de Juan y Medio que ha ocupado la parrilla matinal de Canal Sur tras las graves inundaciones.
Jesulín de Ubrique ha sido uno de los invitados del programa de Juan y Medio que ha ocupado la parrilla matinal de Canal Sur tras las graves inundaciones.

Hace un año ardía Huelva y en Canal Sur Televisión estaba María del Monte cantando sevillanas con sus niños y niñas, mientras en la radio había un programa de toreo. Este año la gota fría ha tenido a media Andalucía sin dormir por las lluvias torrenciales caídas en la Sierra Sur de Sevilla y en la Comarca de Antequera (Málaga). Hasta cuatro líneas de ferrocarriles de media distancia de toda la comunidad autónoma están sin servicio, gente que ha perdido sus pertenencias y vehículos y, lo más grave, un camión de bomberos ha sido arrastrado por la corriente del agua y un bombero ha fallecido en acto de servicio.

Mientras todo esto ocurre, en Canal Sur demuestran una vez que lo que era una gran radio y televisión ha sido arruinada y convertida en un medio de comunicación fallido por la ineptitud de quienes dirigen la Radio y Televisión Pública de Andalucía (RTVA). El balance de los efectos de las lluvias extremas es desastroso, pero en Canal Sur no han aprendido nada y están como cuando ardió Doñana: emitiendo programas enlatados de Juan y Medio -que ha tenido como invitado estelar a Jesulín de Ubrique-, de María del Monte y de toros. No es casualidad, es que la programación de Canal Sur no tiene más variedad.

Profesionales de la RTVA consultados por este periódico admiten la incapacidad para afrontar eventualidades donde la información de servicio público y de prevención de riesgos es vital para una buena gestión de las emergencias. Lejos de actuar como un servicio público, Canal Sur se excusa con la emisión de un “especial informativo” de 15 minutos de duración, sin periodistas, a las 11 de la mañana del domingo, con el que intenta engañar a los espectadores de que está ofreciendo la información que se espera de un ente público como Canal Sur.

Un presentador, el de los informativos de fin de semana, se pone en directo delante de una cámara en plató y, mientras se emiten imágenes grabadas con un móvil por tuiteros o enviadas por ciudadanos, habla por teléfono con alcaldes de la Comarca de Antequera y el delegado de la Junta de Andalucía en Málaga. Y a esto lo llaman “especial informativo”.

Nadie contextualiza, nadie da datos más allá de los lugares comunes que puede decir un alcalde, nadie indica qué pasará en las próximas horas y no hay imágenes grabadas ni crónica de lo que está ocurriendo bajo criterios periodísticos, que es lo que se le presupone a un ente como la RTVA que tiene en plantilla a 1.500 profesionales, que cuenta con diez delegaciones territoriales repartidas por toda la geografía andaluza y que le cuesta a los andaluces cada año más de 160 millones de euros.

Sólo en la Sierra Sur de Sevilla hay cortadas en este mismo instante diez carreteras comarcales. Es decir, la zona está casi en su totalidad incomunicada, pero nadie de los servicios informativos de Canal Sur lo ha explicado en su conexión primera de 15 minuto con Málaga. Tampoco en la siguiente conexión con la provincia de Sevilla, que no ha durado ni 10 minutos, y en la que un pobre redactor de Andalucía Directo, al que han llamado esta mañana corriendo para que trabaje a cambio de una miseria y que está contratado por una productora dirigida por dos comisarios del PSOE andaluz, antiguos jefes de Canal Sur, que en realidad es una puerta giratoria que se nutre en un 95% de la producción que le venden a la RTVA.

Mientras, la plantilla de redactores, cámaras y realizadores de Canal Sur no puede ser movilizada ante un caso de emergencia porque a los jefes de la empresa pública no se les ha ocurrido organizar un plan de guardias para casos especiales. Los redactores precarios de Andalucía Directo son usados como mano de obra barata para salvarle los muebles a la dirección de una RTVA que cada día que pasa hacer caer más bajo el prestigio y la audiencia del ente público que un día fue motivo de orgullo de los andaluces y andaluzas. ¿Qué cobertura daría Canal Sur si, Dios no lo quiera, ocurriese una atentado en Málaga o Sevilla en el que el mundo estaría mirando a Andalucía para saber de primera mano qué ha ocurrido? Da miedo sólo de imaginar el bochorno que podríamos sufrir.

Al terminar las dos conexiones “especiales”, que juntas no suman ni 25 minutos, Canal Sur ha seguido con su vida, con un programa de ‘qué bonito es mi pueblo’ y con otro de toreo, presentado por el mismo periodista que el año pasado, cuando en la Playa de Matalascañas (Huelva) había 50.000 personas que no se podían mover porque el fuego en Doñana estaba enfurecido, emitía en Canal Sur Radio la versión radiofónica del programa de toros preferidos por los jefes de la radio y televisión pública de Andalucía.

Los medios de comunicación públicos se examinan cuando la ciudadanía reclama información para salvar su vida o sus pertenencias. La nueva televisión valenciana, À Punt, lleva varios días recibiendo felicitaciones porque ha superado con éxito, de profesionalidad y de audiencia, la primera gran cobertura de una catástrofe meteorológica en la gestión de las lluvias provocadas por la gota fría en la Comunidad Valenciana.

Canal Sur, sin embargo, lleva ya dos ocasiones, en dos años consecutivos, demostrando que es mucha televisión para unos jefes tan nefastos que mañana llamarán a sus amigas las asociaciones de la prensa, como ya hicieron el año pasado después del incendio de Doñana y las críticas en redes sociales, para que defiendan la gran labor de la RTVA y así salven la imagen de quienes gestionan una empresa pública que se ha convertido en la casa de los líos y que a la manipulación informativa, el control político, el castigo a los profesionales díscolos, los dedazos y el bloqueo para que no entren Podemos y Ciudadanos en el órgano de gobierno de la empresa pública, se suma la incapacidad manifiesta para responder cuando el pueblo andaluz más lo necesita.

No quiero ni imaginar lo desolador que tiene que ser poner Canal Sur para saber si tu hijo podrá llegar a casa, si podrás ir al trabajo o si seguirás otra noche sin dormir y, en lugar de información que calme tu angustia, te encuentres un programa de toros que se ha ido a de capeas, a una presentadora invitándote a hacer turismo por algunos de los muchos y bellos pueblos que tiene Andalucía o un “especial informativo” donde los periodistas han sido sustituidos por declaraciones de alcaldes y los recursos de imagen por vídeos de aficionados publicados en redes sociales.

Para salvar los muebles, este domingo por la tarde está previsto que los trabajadores de Andalucía Directo, a los que tienen explotados y ganando la mitad del dinero que les corresponde, salven los muebles de los jefes de la RTVA con conexiones en directo cuando las aguas ya hayan vuelto a su cauce. Porque prevenir y e informar, para que la gente tome medidas que eviten una tragedia por una catástrofe que estaba anticipada por la Agencia Estatal de Meteorología, los directivos de Canal Sur aún están pensando cómo hacerlo mientras Andalucía está incomunicada, con sus carreteras comarcales cortadas y llorando la muerte de un bombero en acto de servicio.

Sobre el autor:

Raúl Solís

Raúl Solís

Periodista, europeísta, andalucista, de Mérida, con clase y el hijo de La Lola. Independiente, que no imparcial.

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