Tenía 31 años. Madre de 3 hijos y toda una vida por delante. Una mujer familiar, muy unida a su abuela, de 83 años, que ha visto cómo un hombre le arrebataba a su nieta, asesinada por su marido, Gabriel, de 39 años.
Juana tenía todo preparado para marcharse la misma mañana en que fue asesinada, según explicaba El País. Una camioneta de mudanza estaba preparada para las nueve de la mañana, pero apenas una hora antes, él cogió una escopeta, la mató, para posteriormente suicidarse.
Había alquilado una vivienda en Belalcázar, para marcharse de la casa que compartía en Pozoblanco desde 2014. Sin embargo, ya en 2017 logró que un juzgado le impusiera a Gabriel una orden de alejamiento. Gabriel era agresivo, según la investigación. Los trámites de divorcio ya estaban iniciándose.
Gabriel rondaba la casa con frecuencia en los últimos días, alertado de que Juana quería marcharse del pueblo. A pesar de las dos denuncias que había cursado, actualmente no estaba activada como posible víctima ante la Junta. La razón, el miedo que sentía.
Fue la niña de tres años, la menor, quien avisó a una amiga de la madre para decirle que se había producido el asesinato. Las dos hermanas mayores estaban con una tía en el momento de los hechos, en otra casa.
Desde UGT han lamentado el fallecimiento. Juana era delegada sindical del partido en la empresa Covap, y era miembro del comité de empresa. Desde el sindicato, subrayan que hay que "rechazar de pleno afirmaciones negacionistas sobre una lacra que supone un terrorismo activo y que tiene su germen en un machismo del que nuestra sociedad debe protegerse mediante leyes, concienciación social, mucha información y todo el apoyo necesario a las víctimas".